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jueves, 6 de abril de 2017

VISITA Y PRESENTACIÓN – LA CRÓNICA

Tal como anunciamos, el pasado sábado 1 de abril la Asociación Cordobesa de Amigos del Ferrocarril (ACAF) nos honró con su presencia y, ciertamente que la jornada no pudo ser más interesante. Días después su presidente, Álvaro Olivares, nos hizo llegar el agrado que había causado en todos los asistentes.
Y es que, para un aficionado a los ferrocarriles, es muy satisfactorio poder ver las seis locomotoras (4 de vapor, 1 diesel y 1 de baterías) expuestas en el Almacén Central de Peñarroya, más si, como sucede en este caso, han sido hasta ahora tan desconocidas dentro del mundo ferroviario.

Locomotora nº 5 echando humo
Pero vayamos por orden. Como estaba previsto, hacia las once de la mañana comenzó la visita a la estación de Alhondiguilla, donde estaba detenido uno de los trenes carboneros que hacen los servicios entre la Central Térmica y Puertollano.
La visita continuó en la restaurada estación de Espiel, actualmente un albergue en el que había muchísima animación. 

Visita a la estación de Alhondiguilla
En Belmez la cosa dio para visitar las tres estaciones o, al menos lo que queda de ellas: Por un lado la rehabilitada estación de Belmez-Ermita (actual piscina municipal), en la vía estrecha, además de El Montadero, antiguo apeadero del ferrocarril minero La Maquinilla. También tuvo interés la estación de Renfe (antigua de MZA), no por tanto por lo que queda de ella (nada), sino porque aún conserva la señalización del punto de unión en el que cambia el kilometraje de las antiguas líneas Almorchón-Belmez y Córdoba-Belmez.
En Peñarroya-Pueblonuevo también se visitaron las tres estaciones: Pueblonuevo del Terrible, Peñarroya (vía estrecha) y Peñarroya (vía ancha), estas dos situadas una frente a la otra.

Comida en Peñarroya-Pueblonuevo
Después de la comida y tras un agradable paseo en el que nuestros invitados pudieron conocer algo del Barrio Francés, el edificio de la Dirección de la SMMP y hacerse una idea de lo que fue el Cerco Industrial, comenzó la segunda parte de la jornada.
Se trataba de la visita al Almacén Central y la presentación del libro “La Maquinilla – Ferrocarriles mineros de Belmez y Peñarroya”, publicado el pasado verano por nuestra asociación.
Añadir leyenda
Es muy de agradecer el trabajo que en las últimas semanas ha llevado a cabo la Fundación Cuenca del Guadiato para que el acto resultara brillante. El lugar elegido para la presentación no podía ser más acogedor: la recreación del antiguo Casino de El Terrible. Con asistencia de José Ignacio Expósito, alcalde de Peñarroya-Pueblonuevo, y Dori Cuadrado, concejala de cultura, además de Álvaro Olivares y María del Carmen García, Presidenta de la Fundación Cuenca del Guadiato, la presentación resultó de lo más interesante.
Mª Carmen García, José Ignacio Expósito, Álvaro Olivares y José A. Torquemada
 
 
 
Público asistente a la presentación del libro. Un rincón realmente acogedor 
 
Tras la presentación del libro, Francisco José Aute fue explicando a los asistentes la historia de las locomotoras expuestas y Manuel Muñoz hizo lo propio en la visita a la galería de mina, recientemente remodelada con un magnífico resultado.
Como anécdota, hay que decir que Isabel Jurado preparó una divertida performance en la locomotora nº 5, actualmente en restauración, instalándole un sistema de sonido y que durante toda la tarde estuvo echando humo, lo que causó las delicias de los asistentes, que no cesaron de fotografiarse ante ella. (Dejamos la restauración de esta locomotora para una futura entrada en este blog).
Visita a la galería de mina
Antiguo CTC de la estación de Córdoba, instalado en el Almacén Central

Una de las pequeñas asistentes, disfrutando en la locomotora nº 1
 
Pasadas las siete de la tarde finalizó la jornada. Aunque aquí solo se han mencionado algunas, son muchas las personas a las que hay que agradecer su trabajo. Fueron muchos voluntarios y empleados del Ayuntamiento los que se afanaron en que el Almacén Central luciera como debería lucir siempre, limpio, ordenado, abierto a visitas: sencillamente espectacular. Y parece que nuestras autoridades, por fin, se están dando cuenta de ello.   

El Almacén Central luciendo todo su esplendor
 
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jueves, 2 de abril de 2015

FREAKS

En 1932, Tod Browning dirigió la película FREAKS, que en España se tradujo por “La Parada de los Monstruos” y en Sudamérica  por "Fenómenos". 
Se trata de una película de corta duración, menos de una hora, en la que los actores eran personas deformes, lisiados o mutilados, en definitiva, lo que en aquella época eran considerados “monstruos” de feria. El director no utilizó efectos especiales, todo era real, por lo que las críticas fueron terribles y fue calificada de repugnante, hasta el punto de que hubo que retirarlas de los cines. 
Como sucede con las películas de culto, con el tiempo fue ganando prestigio y en la actualidad es todo un referente. Merece la pena echarle un vistazo. De vez en cuando la ponen en la 2, eso sí, siempre a horas intempestivas. También se pueden ver algunos trozos en internet.
Del título de esta película “Freaks”, surge el inglés “Freaky” y el castellanizado “Friki”, con el que hasta hace unos años se aludía a “monstruos”, personas antisociales, lumpen, degenerados o como quiera llamarse.
Con el tiempo, la palabra se ha ido utilizando para denominar a personajes más o menos extraños o que tienen alguna afición, forma de vida o gusto desmesurado por algo. Va teniendo un tono jocoso y hasta cariñoso.
La Real Academia Española la admite en el avance de la vigésima tercera edición del Diccionario, dándole tres acepciones 1. Extravagante, raro o excéntrico. 2. Persona pintoresca y extravagante. Y 3. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.
A esta última nos vamos. Nunca quise utilizar públicamente la palabra friki para referirme a los aficionados al ferrocarril en general y a los “amigos del ferrocarril” en particular. Pero como fue Álvaro Olivares, el presidente de la Asociación Cordobesa quien la utilizó para referirse al grupo en el pasado IV encuentro de la ACAF, creo que ya se puede usar sin que nadie se sienta molesto. La evolución de su significado en los últimos años lo permite.
 
Sí, algo así debe ser esta gente. Aventurarse a una excursión por la línea del ferrocarril Córdoba-Málaga, parando en casi todas las estaciones a fotografiar hasta el último tornillo, buscando cualquier placa, cartel o estructura metálica de más o menos años, es una afición obsesiva. Ver un tren es la locura, el despiporre.
Todavía me sorprende que muchos de ellos, ferroviarios de profesión, alucinen cuando ven pasar un tren y lo fotografíen por delante, por detrás y por los costados. Increíble. Modifican el programa establecido porque, consultando los horarios, han sabido que “dentro de cinco minutos pasa un AVE por la estación de Puente Genil, nos pilla cerca”. Y bajan todos a hacer cientos de fotografías al AVE que iba para Málaga. Ni un águila imperial hubiera suscitado tanto interés.
 
Además de la modernísima estación del AVE de Puente Genil, visitamos las más antiguas, pero no por ello abandonadas, estaciones de Majaneque, Aguilar de la Frontera, La Roda, Casariche, Puente Genil (la de siempre), Montilla, Montemayor y Torres Cabrera. El personal de ADIF se encargó de abrirlas para que las visitáramos.
Como ya se adelantó en el programa, en la estación de Puente Genil estaba la exposición fotográfica conmemorativa de los 150 años de la línea, y la comida fue en la estación de Montilla, donde además nuestro amigo Ortega Anguiano nos habló del origen, lo que fue y lo que es la línea. Por cuestión de horario, fue una charla corta, pero intensa. No había tiempo para más, pero, personalmente, se me quedaron algunos detalles de la relación de la línea Córdoba-Málaga con las minas del Guadiato.
En fin, una buena jornada en la que  me quedó claro lo que es esta gente: FRIKIS. Ya lo dijo Álvaro.  
 
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jueves, 10 de abril de 2014

III ENCUENTRO ACAF – LA CRÓNICA

Sucede muchas veces que las cosas son como vienen y no como se planifican. Un programa bien preparado puede alterarse por cualquier imprevisto. Y un imprevisto puede ser el paso de un tren.
Seguro que a cualquiera que no esté metido en el mundillo del ferrocarril le parecerá una pérdida de tiempo estar casi una hora esperando a que pase un tren de mercancías. Si además, casi todos los que están allí son ferroviarios o de algún modo ligados al tren y estás en una estación por la que pasan trenes a cada momento, sobre todo AVEs, esperar para ver un modesto mercancías puede parecer una locura. (Recordé los dibujos animados para niños en los que los modernos trenes se ríen de los pesados, lentos y bonachones mercancías).
Basta observar para comprobar que la mayoría está disfrutando. Cuando por fin se ve la luz al final del túnel (y esto no es una alegoría ni está relacionado con la crisis), todos sacan sus cámaras fotográficas y se preparan. En el par de minutos que tardó en pasar el tren completo, 30 vagones de contenedores, se hicieron cientos de fotos. Imagino que el maquinista estaría alucinando: varios AVEs parados en las vías de al lado y el grupo fotografiando un mercancías.
Pues eso es una reunión de “Amigos del Ferrocarril”. Quien no conozca a la gente que se reúne no lo podrá entender, como hay quien no entiende que alguien pase horas esperando a un futbolista o a un cantante.  
En definitiva, que así comenzó la jornada, con la imprevista espera del paso de un mercancías (en realidad dos, porque inmediatamente pasó otro). A partir de ahí, visitas a las dependencias de la estación.
Como los que habitualmente estamos rodeados de ordenadores hemos perdido un poco la perspectiva, para comentar el puesto de mando desde el que se controla todo el tráfico ferroviario desde Linares hasta Lora del Río y Antequera, será mejor recordar la expresión de uno de los niños que también participaron en la jornada: “¡catorce pantallas de ordenador y diez paneles gigantes, esto parece lo de los cohetes!” Pues algo así, seguro que lo de la NASA es bastante más grande, pero asombra la tecnología que se usa hoy día para el control del tráfico ferroviario. Cuando en nuestras modestas estaciones de Belmez y Peñarroya se ven las palancas de cambios da un poco la risa, aunque en cierto modo esto sería lo mismo que lo de los AVEs y los mercancías.
Después de un cafelito tocó visitar las “tripas” de la estación o, como decían algunos de los participantes, la estación desde otra perspectiva: andén de servicios, sótanos y accesos rodados a los andenes. Finalizó la visita con otro imprevisto, la salida del lujoso tren Al-Ándalus, que también se llevó algunos cientos de fotos.


 Como la jornada iba dedicada a la estación de toda la vida, nos fuimos después a visitarla. Su estilo “ecléctico” lo es cada vez más. En muchas ocasiones hemos hablado de la nula sensibilidad que hay en Córdoba con respecto al patrimonio industrial: apenas un par de chimeneas se han salvado de la piqueta y lo demás está casi olvidado. Ahí se incluye la estación. En un alarde de “modernidad” los arquitectos lo han convertido en un edificio feo a rabiar, sin personalidad alguna y que muy poco conserva de lo que fue (vale, acepto que el concepto de “feo” es muy subjetivo). Al menos hay algo positivo: No lo han tumbado.
También hay algo de positivo en la pequeña locomotora instalada y abandonada delante de la estación: todavía no se la han llevado al chatarrero. Si sigue así, todo se andará, por lo que se organizó un pequeño acto pidiendo su restauración o, al menos, su adecentamiento.

 
Tras la comida fuimos paseando hasta la Diputación, donde después de ver la exposición fotográfica sobre el ferrocarril en Córdoba se iniciaron las conferencias. La primera, preparada por La Maquinilla, la dedicamos a la llegada del ferrocarril a Córdoba, la formación del nudo ferroviario, los orígenes de las estaciones (Córdoba-Central y Cercadilla) y los cambios sociales y económicos que trajo el ferrocarril a la ciudad. También repasamos la evolución urbana y cómo, poco a poco, las vías se iban convirtiendo en un estorbo, los distintos proyectos para reubicar la estación, el soterramiento de las vías y la construcción de la nueva.
 

La segunda fue la de Gaspar Avilés (en otras ocasiones habíamos hablado de Don Gaspar, pero como no quiere que se le diga Don, lo dejamos en Gaspar, aunque para nosotros, por respeto, siga siendo Don). Sobre la imagen de más de cuarenta fotografías fue comentando cómo fueron las distintas dependencias de la estación, no solo del edificio central, sino también de las instalaciones, muelles, talleres, vías, etc., etc. Todo amenizado con muchísimos datos y anécdotas de una vida dedicada al ferrocarril.
Hubiera necesitado Gaspar varias horas, pero el tiempo no daba para más, eran casi las ocho de la tarde y todavía quedaba otro extra, un documental inédito preparado para la ocasión por Antonio Montilla con grabaciones de la estación y del movimiento de trenes en los años setenta, ochenta y noventa. Maravilloso.

 
En fin, una jornada realmente entretenida en la que quienes son de Córdoba pudieron recordar lo que fue la estación y su entorno, y los que vinieron de otros lugares, Granada, Linares, Sevilla, etc., tuvieron la ocasión de conocer el pasado y el presente del ferrocarril en la ciudad.
Solo queda añadir la buena representación de nuestra comarca pues, además de La Maquinilla, participaron en el encuentro el Grupo de Desarrollo Rural y la Fundación Cuenca del Guadiato.

Nos vemos el próximo año. Se está preparando algo espectacular. 

 
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jueves, 18 de abril de 2013

VOLVIENDO A LOS ORÍGENES

“¡Qué ganitas tengo!” Ha sido la frase más recurrente entre los que estamos en esto de La Maquinilla en los últimos meses.

Nos referíamos a las ganas que teníamos de que, por fin, dejara de llover, que mejorase el tiempo y que volviéramos a las actividades que más nos demandan: los temas relacionados con el ferrocarril, las vías verdes y nuestras vías verdes.

Los que nos siguen con asiduidad habrán visto que a lo largo del invierno no hemos abandonado lo de nuestras vías, pero que debido a las muchas lluvias, no nos hemos atrevido a convocar muchas actividades al aire libre más allá del mantenimiento de “nuestros arbolitos”, con los alumnos del instituto de Belmez.

Sí, ha sido un invierno de actividades “de salón”, lo que se ha acentuado con el tratamiento de lo relativo al patrimonio industrial. Hemos considerado que la gravedad de lo que estaba sucediendo, el darlo a conocer y los contactos con otras asociaciones andaluzas con las mismas inquietudes, merecían nuestra atención preferente.

Pero sí, ahora volvemos a los orígenes. Parece que el invierno ha pasado, y si el verano llega cuando tiene que llegar y no aprieta mucho la caló, tenemos por delante un par de meses para los que tenemos programadas diversas actividades.

Asistentes al II Encuentro de la ACAF, ante el Puente de Hierro de Mirabueno
Y como anticipo de todo ello, el auténtico regreso a los orígenes fue la estupenda jornada del pasado domingo organizada por la Asociación Cordobesa de Amigos del Ferrocarril.

Como ya anunciamos, este año estaba dedicada al ferrocarril Belmez-Córdoba. Casi cien entusiastas de estos temas se reunieron para visitar algunos puntos de la vía férrea, con sus oportunas explicaciones, y asistir por la tarde a varias ponencias sobre la línea y una proyección del viaje que en 1990 organizó la ACAF.

Para quien no conozca este mundillo de las asociaciones de amigos del ferrocarril, lo primero que hay que contar es que se trata de gente de todo tipo, con el ferrocarril como pasión común. Y cuando digo pasión tal vez me quede corto. Se encuentra gente venida de toda España (pudimos hablar con asociaciones de Málaga, Huelva, Sevilla, Valencia, Ciudad Real…) y aunque pueda parecer que es monotemático, nada más lejos de la realidad, pues lo mismo se habla de historia, que de modelismo, de la Renfe, de tecnología o del AVE de Medina a la Meca. No hay lugar para el aburrimiento.

"Rastreando" las vías de la estación de Obejo
En este caso, lo que más llamó la atención fueron los muchos asistentes que, de alguna forma, habían trabajado en esta “nuestra” línea, y lo conocidísima que es en todo el país por sus fuertes pendientes del tramo de Córdoba a Cerro Muriano. Sin duda, lo más entrañable fueron los relatos de los mayores sobre cómo tenían que tomar impulso con sus locomotoras de vapor en las más duras rampas del recorrido, de tal modo que en ocasiones tenían que dejarse caer hacia atrás, para volver a intentarlo (y todo ello arrastrando trenes de más de 500 toneladas).

Tuvimos también ocasión de conocer a Joaquín Lucena, el protagonista del accidente de La Balanzona que contamos en este blog allá por septiembre del año pasado (ver “De Córdoba a Cerro Muriano”), que nos contó de primera mano cómo sucedió todo, que fue su primer día de maquinista y que escapó vivo de milagro.

También fueron muchos los que se refirieron al difícil paso del “Puente de Hierro”, motivo del cartel de este año, y hasta nos contaron como se hizo la fotografía a primeras horas de la mañana. Nada improvisada, por cierto.

En la estación de El Vacar (todas las fotos son de Álvaro Olivares)
Y por la tarde, a partir de las cuatro y media, una primera toma de contacto con la historia de la línea, que como ya dijimos en su día, fue a cargo de nuestra asociación (hay que reconocer que teníamos mucho miedo con esta presentación por el altísimo nivel de los asistentes); y después una detallada exposición de José A. Ortega Anguiano sobre los sistemas de seguridad que se utilizaron en su día para detener (o despeñar) los trenes en la bajada de Cerro Muriano a Córdoba, cuando se quedaban sin frenos, un sistema que no ha tenido otro igual en el mundo.

Tras la proyección del mencionado vídeo, la sesión la cerró el presidente de la ACAF, Álvaro Olivares, pasadas las ocho y media de la tarde, lo que pone de manifiesto los interesantes debates que se suscitaron en torno a la línea Belmez-Córdoba, que sin duda se hubieran alargado hasta altas horas de la noche.

Desde aquí felicitamos a la directiva de la ACAF por la magnífica jornada que nos hicieron pasar y los animamos a la organización de la próxima.

Presentación de las ponencias en el salón de actos de la Diputación
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jueves, 20 de octubre de 2011

ACAF, también con la Vía Verde del Guadiato

Álvaro Olivares, Presidente de ACAF, firmando el manifiesto a favor
de la Vía Verde del Guadiato
El pasado domingo, 16 de Octubre, la Asociación Cordobesa de Amigos del Ferrocarril, (ACAF) visitó Peñarroya-Pueblonuevo.

Este colectivo es, desde hace décadas, toda una referencia en el panorama ferroviario español, no solo por su antiguedad (1977) sino por la organización de importantes jornadas divulgativas sobre el ferrocarril y la participación en eventos sobre modelismo ferroviario.

En esta línea de trabajo, colaboró hace dos años con el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos de Minas en la recopilación y clasificación del material ferroviario que se mostró durante la exposición de minerales y gemas celebrada en el Almacén Central de esta localidad.

El objetivo de la visita fue conocer el importante patrimonio industrial, minero y ferroviario de la localidad, y también darlo a conocer, mediante la publicación de un reportaje sobre la visita en la Revista Maquetren, de ámbito nacional.

Algunos de los socios de ACAF posando en la estación de Peñarroya
La jornada comenzó a las 11 de la mañana en la casa de la juventud, con la firma del manifiesto a favor de la Vía Verde del Guadiato por parte de todos los socios asistentes. El Presidente de este colectivo, Álvaro Olivares Olmedilla, manifestó su total adhesión al proyecto "no solo por lo que supondría de cara a la conservación y reconversión de un patrimonio ferroviario único, sino para el desarrollo turístico de la zona".

Tras la firma, se inició una marcha guiada por el interior del antiguo complejo fabril de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, marcha que finalizaría, como no podía ser de otra manera, en la estaciones de Peñarroya de vía ancha y estrecha. Allí mismo pudieron comprobar el deplorable estado de conservación de ésta última y lamentaron la falta de iniciativas públicas o privadas para su puesta en valor. En este sentido, el proyecto de tren turístico representa la gran esperanza para la supervivencia de este tipo de construcciones, la mayoría de ellas, centenarias.

La nota discordante del paseo por "El Cerco" lo pusieron los grupos de airsoft que continúan vandalizando este "patrimonio industrial único en Europa" domingo tras domingo, según Julián Sobrino, Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla y ponente en las últimas jornadas sobre patrimonio industrial celebradas el pasado 4 de Octubre.

Desde este blog denunciamos el inapropiado uso que se está haciendo de un sitio histórico de incalculable valor e instamos a las autoridades competentes a corregir esta situación. No parece muy coherente hablar de conservación del patrimonio y, al mismo tiempo, fomentar su ruina por inacción.

Álvaro Olivares en el interior de una de las piezas del futuro
museo del ferrocarril de Peñarroya-Pueblonuevo
Como colofón a la visita, el Ayuntamiento de Peñarroya permitió el acceso al interior del Almacén Central , donde el grupo quedo impresionado por su arquitectura roblonada. Asimismo, en el edificio descansan algunas de las piezas que formarán parte de la colección permanente del único museo del ferrocarril que habrá en Andalucía. Álvaro Olivares destacó la extraordinaria importancia que tiene esta iniciativa.

Tras el almuerzo, la agrupación realizó un repaso, esta vez, de la arquitectura civil al amparo del desarrollo minero, visitando el barrio francés, el hospital minero, el mercado de abastos de Pueblonuevo, la Biblioteca Municipal y la fábrica de harinas. Incluso tuvieron tiempo para pasear por la barriada de "Casas Baratas", residuo de aquel pionero y megalómano proyecto socialista de construcción de una ciudad jardín con capacidad para 7.000-8.000 habitantes, entre Peñarroya y Belmez, allá por el año 1928.

Barrio francés.Vivienda-jardín donde residió el antiguo director del
ferrocaril Peñarroya-Puertollano (Jerónimo López Mohedano)
Como en el barrio francés, reconocieron el escaso nivel de protección urbanística que padece. En este sentido, animaron al consistorio a evitar reformas agresivas en viviendas con carácter histórico así como impedir la proliferación de edificios irrespetuosos con estos entornos tan singulares.

La ACAF dio por finalizada la jornada recorriendo en coche todo el vial norte hasta la antigua estación de Pueblonuevo del Terrible. Una vez allí, sus socios destacaron la importancia de transformar las plataformas ferroviarias abandonadas en nuevas vías de comunicación.

La Asociación La Maquinilla agradece a ACAF el apoyo prestado en relación al proyecto de Vía Verde del Guadiato y le ofrece total colaboración en sus futuros desafíos de carácter ferroviario.

NOTA: Deseamos una pronta recuperación de a F.J. Aute, promotor de la idea de visitar Peñarroya-Pueblonuevo con ACAF y que tuvo que ausentarse por problemas de salud.
 
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