Viajera restaurada por Ildefornso Ramírez en Alcañiz, en 1996 Fuente: Revista Motor Clásico |
En una tierra demasiado
acostumbrada al expolio cotidiano y que sólo en los últimos años ha aprendido a
recuperar como patrimonio lo poco que le
ha quedado de su época histórica más relevante no tiene sentido continuar
hablando de lo que se perdió, principalmente, porque no se puede hacer nada ya
por recuperarlo. Por otra parte, si de
algo sirviera hacer memoria de la desmemoria que nuestra sociedad padeció en un
pasado reciente sería como ejercicio de autoestima que dé valor a lo que hoy se
hace por él, que es bastante, y también como terapia que nos inmunice contra el
olvido, aborrecible enemigo que siempre amenaza con volver. El BIC para el Cerco
y los castilletes mineros, la construcción de la vía verde del Guadiato y Los
Pedroches, la restauración del cementerio francés, la transformación de una
caseta de la vía estrecha en centro de interpretación o la conversión de la
chimenea de la fábrica de papel en icono nocturno del municipio son sólo
algunos ejemplos del cambio de mentalidad real que ya existe en
Peñarroya-Pueblonuevo respecto a su patrimonio industrial.
Ahora, precisamente ahora, cuando
empezamos a respetar lo que tenemos
empezamos a mirar lejos del municipio para descubrir que durante nuestros años más
oscuros ya había coleccionistas
foráneos que si apreciaban
lo que aquí había no para venderlo como chatarra, sino por
la filantrópica necesidad de conservarlo
para el disfrute propio y/o el de
futuras generaciones.
Uno de estos héroes ajenos y anónimos es Ildefonso Ramírez, empresario
cordobés de origen jiennense y referente
nacional del coleccionismo de vehículos
históricos, cuando allá por el año 1987 adquirió el
primer autobús que la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya puso en
servicio para el transporte de sus altos empleados a las instalaciones mineras e industriales.
En los albores del desarrollo minero industrial de la
comarca tanto obreros como personal técnico acudían a trabajar a pie, en el caso de los primeros desde sus infraviviendas
y chozos, o bien desde las casas-jardín racionalmente
construidas, en el caso de los segundos. La ausencia de unos medios de transporte eficientes, unida a
razones de control laboral y de rentabilidad para cada empresa motivó la
construcción con el tiempo de barriadas junto al Cerco Industrial o incluso dentro de él, muy
cerca del importante Pozo Antolín así
como en otros grandes pozos de la cuenca
ubicados en La Parrilla, las minas del
Soldado, en Villanueva del Duque, o las minas de Santa Bárbara, en Fuente
Obejuna. Los empleados más afortunados y también los de más alto rango dispusieron
de diligencias para desplazarse de forma discrecional a tajos
y oficinas. La bicicleta en aquellos tiempos era todavía un juguete
exótico, incómodo y caro al que aún no
se le había visto todo su potencial.
El incremento de las explotaciones mineras en toda la cuenca
del Guadiato a finales del siglo XIX y principios del XX llevó aparejada la
expansión de las líneas de ferrocarril y viceversa. Ello permitió al proletario vivir más lejos del lugar de trabajo. Un ejemplo ilustrativo es la utilización de La Maquinilla
por centenares de trabajadores belmezanos
para trabajar al Cerco
Industrial de Peñarroya en 1920. El personal facultativo utilizaba igualmente
los mismos ferrocarriles para desplazarse a las minas e industrias, aunque en coches
especiales y lógicamente más confortables.
Con la invención de la rueda neumática en 1890 (patente Dunlop) y del modelo T de Ford en 1901 empezó a popularizarse, por un lado, el uso de la bicicleta en la clase obrera y, por otro lado, comenzó la expansión del vehículo con motor de gasolina entre la gente más adinerada. En Europa aparecieron como setas en el campo innumerables marcas de artesanos del automóvil
con vocación industrial, la mayoría de efímera vida. Otras, en cambio,
alcanzaron una enorme fama o se fusionaron dando lugar a muchas de las
firmas actuales.
Cuadro de mandos de la primera viajera de la SMMP |
Las grandes compañías industriales de la época
y sus potentados dueños así como aristócratas y demás fauna financiera, siempre a la vanguardia de los
cambios tecnológicos y con mucho dinero
para gastar, no fueron ajenos a estas novedades y se dejaron seducir por estos primeros ingenios producidos en serie.
Otros modelos, aunque a precios igualmente prohibitivos para una mayoría, si llegaron
a ser asequibles para el sueldo de altos empleados y dueños de minas, fábricas
y explotaciones agrícolas , por lo que no era extraño ver a ingenieros extranjeros al volante de los primeros
turismos de carácter privado de la provincia circulando por las calles de
Pueblonuevo del Terrible entre 1915 y 1920. Del mismo modo, también
empezaron a verse como habituales los
primeros autobuses de empresa llamados viajeras,
una de los cuales ha sobrevivido hasta nuestros días gracias a la generosidad de Ildefonso Ramírez.
La viajers de la SMMP, en la portada de la revista "Motor clásico", la más importante de España en este tipo de aficiones |
La protagonista de la historia industrial de Peñarroya-Pueblonuevo y de la
historia de la automoción española es el modelo 2T4, fabricado en 1928. Fue adquirido por la SMMP para el transporte de sus ingenieros y
directores de servicios. Aunque no existen muchos más datos que los aportados por
Ildefonso a través de la documentación de vehículo, es una hipótesis más que
plausible que la multinacional francesa escogiera este modelo entre otros del
mercado (Ford o Mercedes) por su capacidad (16 viajeros incluido el conductor), por la calidad de la marca y por puro chovinismo. Y es que aunque Hispano
Suiza fuera fundada en Barcelona en 1904, la marca de la cigüeña pronto se hizo
famosa por la confortabilidad, velocidad y lujo de sus turismos, iniciando pronto
su expansión hacia el país galo en 1911 con la creación de su primera filial. En
muy pocos años la fábrica francesa superó a la matriz española tanto en
producción como en capitalización. Lo anterior unido al hecho de que el
gobierno francés embargara todos los bienes de la compañía en Francia en
concepto de amortización de los impuestos impagados por los beneficios de la I
Guerra Mundial (fabricación de cañones, camiones y motores para aviación) permiten deducir que muy probablemente el autobús viniese
directamente de la fábrica de Levallois
Perret, cerca de París.
Libro publicitario de la fábrica empresa Hispano Suiza |
La singladura activa del vehículo
se pierde en las tinieblas de la historia de la localidad minera, aunque es muy
posible que fuera utilizado por la SMMP hasta el final de su aventura
peñarriblense en base al argumento de que otras equivalentes de los años 20
aparecen retratadas en fotos del Cerco Industrial en la década de 1960. La presencia de estos primitivos medios de transporte en una época tan actual era también
una señal inequívoca de que los mejores tiempos de la compañía en la localidad
había pasado.
Viajera Citröen de los años 20 delante de los Talleres generales del Cerco Industrial en los años 60 |
Tras la marcha de la SMMP, la reconstrucción del pasado reciente de la viajera es mucho más prosaico: toda la maquinaria industrial, elementos constructivos de naves industriales, bienes de equipo, coches y de trenes de la multinacional francesa fueron vendidos en el mercado de segunda mano o bien entregadas por cantidades de saldo a la voraz industria del acero, siendo conservados por los nuevos propietarios del Cerco sólo algunos elementos singulares como la viajera Hispano Suiza por ser mayor su precio como objeto de colección que como chatarra.
Estado inicial de la viajera Hispano Suiza de la SMMP en 1987 |
Así, en un deficiente estado de
conservación, es como el autobús cayó en las sabias manos de Ildefonso Ramírez hasta
llevarla a sus momentos de mayor gloria.
Hoy el singular vehículo dispone de motor operativo, ITV en vigor, conserva su número de matrícula original
y es uno de los ejemplares más importantes de España en su categoría, siendo
demandada su presencia en numerosas exposiciones tanto nacionales como internacionales.
Este noble ejemplo de recuperación
de nuestro patrimonio industrial con final feliz merece el reconocimiento de todos y, lejos de generar tristeza por lo que hemos dejado escapar o no hemos sabido proteger, debe servir para estimular esa voluntad
de puesta en valor y aprovechamiento del
Patrimonio Industrial igualmente único que aún conservamos.
Si el coleccionista Ildefonso Ramírez ha
podido hacerlo, nosotros también. Vamos a por ello.
Ildefonso Ramírez montado en uno de los vehículos históricos que ha restaurado Fuente: Diario Córdoba |
Desde esta página queremos agradecer a José Romero las gestiones realizadas para que podamos descubrir de primera mano este bello pedacito de nuestra historia.
Enlaces relacionados con esta entrada:
https://www.diariocordoba.com/cordoba-ciudad/2022/01/30/sanador-automoviles-62087185.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Hispano-Suiza
https://www.anguera.com/marcs.php?subd=galeria&pag=hispano
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Que interesante! Y ña fotografía de ala viajera con los trabajadores. Enhorabuena por la investigación .
ResponderEliminarLaterribleturismo
Super interesante! Gracias
ResponderEliminarEs historia. Gobernantes :Hacer algo pir el presente y futuro de Peñarroya Pueblonuevo. Gracias
ResponderEliminarClaro que es historia, amiguete. Somos un colectivo de patrimonio industrial y vías verdes ¿Qué esperaba encontrar aquí si no? Creo que para sus importantes demandas existen otros foros más adecuados para usted, ¿No cree?. Aquí no podemos ayudarle en esas cuestiones. Gracias por participar.
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