Instituciones, empresas y asociaciones culturales unidas por una buena causa |
Más allá de otros aspectos importantes la rehabilitación funcional de nuestros relojes públicos es un deber patrimonial ineludible |
El volumen y la calidad del patrimonio industrial de Peñarroya-Pueblonuevo es tan inmenso y las
posibilidades tanto sociales como económicas de nuestro municipio han sido tan pequeñas desde siempre que consideramos
que ha llegado el momento de revelarle a nuestra gente un secreto: que su recuperación como espacio funcional (a día de
hoy no se entiende restaurar espacio patrimonial si no se justifica su utilidad) implicará a varias generaciones.
Los relojes públicos y de empresa eran instrumentos básicos para el funcionamiento de la sociedades industriales. Reloj Paul Garnier objeto de restauración a principios del siglo XX, Fuente: colección Jerónimo López Mohedano |
Asumir esta realidad no es de perdedores. Antes al contrario. Además de honesto, permite adaptar los esfuerzos a nuestras capacidades para evitar frustraciones. Ese cambio de perspectiva, de ir a lo pequeño más que a lo grande, de centrarse en lo concreto en lugar de pelear por un conjunto que nos abruma es lo que nos ha permitido mejorar algunos aspectos patrimoniales que hace una década eran impensables: la vía verde, recuperada tramo a tramo y aún en crecimiento, la reparación de la chimenea de la fábrica de papel, la transformación de una caseta guardavía como centro de interpretación, la restauración del cementerio francés o la próxima rehabilitación de la estación de Peñarroya FEVE son sólo algunos ejemplos de cómo dedicarse a lo insignificante en relación a un todo inabarcable nos acerca poco a poco a él. Si nuestros antepasados y no los que estamos hoy aquí, hubieran aprendido esta sencilla lección es muy posible que la situación actual de nuestro patrimonio habría sido bien distinta o incluso más que probablemente nos encontraríamos en una posición de excelencia.
En esa senda de lo pequeño hacia lo grande uno de los elementos singulares y diminutos que podemos podíamos y deberíamos haber apreciado se encuentran los relojes públicos. Ubicados en estaciones de ferrocarril, en fábricas, en templos religiosos y en sedes empresariales estos artefactos, desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, fueron los grandes referentes vitales de nuestros abuelos y bisabuelos (el primer reloj de pulsera fue portado por los soldados del ejército estadounidense durante la I Guerra Mundial), siendo convertidos en grandes totems de la cultura del trabajo por la sociedades capitalistas y tratado como un símbolo de alienación del ciudadano por el mundo del arte de vanguardia, principalmente el cine.
En los municipios españoles fueron considerados un emblema de progreso, Tanto fue así que podía medirse la riqueza de una localidad contando el número de relojes públicos instalados en su traza urbana. En Peñarroya-Pueblonuevo tuvieron especial significado en el imaginario colectivo el de la fundición de plomo, el del mercado de abastos Sebastián Sánchez y el del edificio de la dirección de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya.
El cierre y la decrepitud de muchas de estas instalaciones durante los años 60 y 70 del siglo XX unido al marcado nomadismo de la población local no ayudaron a su conservación como elementos identitarios y mucho menos contribuyó a su recuperación como patrimonio. La mayoría fueron desmantelados como suvenires por obreros fetichistas o arrancados para su venta como chatarra. Aún hoy aparecen algunos ellos en casas de coleccionistas que confunden el amor por el patrimonio local con el postureo por el patrimonio personal. En tales circunstancias sorprende que todavía podamos celebrar la supervivencia de dos de ellos, colocados en las torres de la iglesia de Santa Bárbara y de la antigua Dirección de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, actual Centro Geriátrico Virgen del Rosario. Evidentemente su perdurabilidad ha dependido más de la utilidad de los edificios que lo contienen que de una decidida voluntad de conservación.
Si bien el primero fue automatizado hace dos décadas, el segundo dejó de funcionar en 2009 por la rotura de un engranaje. El paso del tiempo y el deterioro del armario de madera que lo protegía dejaron la maquinaria a la intemperie y sin posibilidad de una puesta en valor barata. La lucha por atenuar los achaques del bello edificio centenario, la implantación de nuevas medidas contra pandemias y la implementación de reformas para mejorar la confortabilidad de los internos han obligado a la empresa propietaria a continuas inversiones que han ido posponiendo su reparación.
Consciente de la relevancia social, histórica y etnográfica de este ingenio, que fuera fabricado por la prestigiosa firma parisina Paul Paul Garnier a finales del siglo XIX, el grupo Hispania S.L, la Asociación La Maquinilla, la Asociación Desde la Cima y la Asociación Cordobesa de Patrimonio Industrial han presentado el proyecto Horloge para su rehabilitación, automatización e iluminación. Este proceso, que tendrá una duración aproximada de 6 meses, tiene un presupuesto de 5.400 Euros y está financiado por el Área de Participación Ciudadana y Cohesión Social de Diputación de Córdoba. Está desarrollado por personal voluntario de la Asociación La Maquinilla con experiencia en rehabilitación de patrimonio contando con el asesoramiento de la compañía líder en la recuperación de relojes históricos en España y responsable del mantenimiento de relojes tan famosos como el Carillón de Córdoba.
Estado del mecanismo del reloj del antiguo edificio de la Dirección de la SMMP En unos meses y con la colaboración de todos quedará como nuevo |
Con esta actuación el consorcio de asociaciones e Hispania S.L. tienen por objetivo continuar restaurando el legado francés de la localidad, saldar una deuda patrimonial no pagada por quienes nos precedieron, construir un nuevo icono nocturno en el municipio y, lógicamente, realzar uno de los edificios civiles más bellos y singulares de Andalucía. Pero, sobre todo, el Proyecto Horloge pretende transmitir a esa ciudadanía local que sólo sabe hablar de patrimonio local cuando se ha perdido otra batalla y a los pueblos de su entorno que desde siempre ha mirado a Peñarroya-Pueblonuevo con cierto aire de superioridad cultural el mensaje de que el reloj de su patrimonio industrial, segundo a segundo, minuto a minuto, empieza a ponerse en hora.
La Asociación La Maquinilla agradece a Hispania S.L. a la Asociación Desde la Cima y a la Asociación Cordobesa de Patrimonio Industrial y al Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo el inusitado interés con que han acogido el proyecto Horloge. Tal vez la mayor lección de todo el proceso no sea su reparación sino haber sentado las bases para trabajar todos juntos en la recuperación de más Patrimonio industrial.
Otro de nuestros voluntarios trabajando en la esfera del reloj |
ENLACES RELACIONADOS:
http://www.publicacionesdelguadiato.com/index.php?seccion=noticias&ref=13480
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Super interesante como siempre!
ResponderEliminarAhora debemos hacer que las próximas generaciones se sientan orgullosas de su patrimonio.
Gracias por tu comentario y por tu interés. En ello estamos. Es un trabajo arduo y a largo plazo. Poco a poco vamos viendo resultados. Un fuerte abrazo.
EliminarAnónimo, Gracias tu por tu Opinion. Se ve nos lees y que lo que hacemos es muy importante para ti. Si quieres puedes hacerte socio porque nuestra asociación no está subvencionada. Tu opinión no cambia nada. Tu ejemplo, si.
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