jueves, 13 de agosto de 2020

EL TANQUE Y OTROS CONTENEDORES CULTURALES

Hay quien dice que no, pero la gran mayoría piensa que la música que se hace actualmente es una mierda: Reguetón, trap y poco más. Y no digo yo ni que sí, ni que no, que allá cada uno con sus gustos musicales.
Lo cierto es que en las últimas temporadas pusieron en televisión un programa ciertamente distinto, que demuestra que en España la gente joven sigue haciendo música muy variada y de una calidad excepcional. Se trata de “Un País para escucharlo”, que ponían en “La 2”. Con Ariel Roth como anfitrión, cada semana visitaba una o varias provincias mostrando a sus mejores exponentes (estos programas pueden verse en Televisión a la Carta de TVE).
Espacio cultural El Tanque 69 (foto de elbaifoilustrado.com)
Pues bien, en el programa dedicado a las islas Canarias me sorprendió una extraña estructura situada en Tenerife. Se trataba de un enorme depósito para almacenar combustible, de los muchos que hay en las refinerías de petróleo. Aparentemente era solo eso, pero poco a poco te vas dando cuenta de que sí, que era un gran depósito, reconvertido en espacio cultural de vanguardia. Tan genial y tan simple como eso.
Indagando en internet, pude averiguar que se trata de un nuevo espacio cultural, “El Tanque 69”, un gran bidón de 50 metros de diámetro y 20 de altura, que sirvió para almacenar petróleo en la Refinería de CEPSA de Santa Cruz de Tenerife, construida en 1930, y que fue declarado bien de interés cultural, en la categoría de monumento histórico, en 2014. Es el último testigo de aquel espacio industrial, que pudo salvarse para un nuevo uso cultural tras una mínima intervención, con la incorporación de materiales de desguace.
Interior de El Tanque 69 (foto de comunicae.es)
Como es fácil suponer, algunos colectivos ciudadanos están solicitando su derribo (en todas partes cuecen habas).
Es solo un ejemplo, pero son muchos los edificios y estructuras industriales de todo tipo que se van reciclando en espacios culturales. Ya denunciamos aquí hace unos años el desmantelamiento de los silos de mineral de Almería (el Toblerone), aunque parece que en otros lugares sí se están haciendo interesantes intervenciones para la protección del patrimonio industrial, tales como la fábrica de vidrio La Trinidad, en Sevilla; la biblioteca de los depósitos de agua, en Albacete; el Palacio de Congresos en el edificio de la térmica de la SMMP en Puertollano; el Teatro García Lorca en la antigua fábrica de harinas de Getafe, o las naves del Matadero de Madrid.     
Pero quiero quedarme una de las últimas, la reconversión en un teatro del vestíbulo de la Estación del Norte (Madrid).
Vestíbulo y fachada de la Estación del Norte, ya rehabilitada (foto de esmadrid.com)
Desde hace años daba mucha pena pasar por delante de esta espectacular estación y ver su lamentable estado. Si la estación de Atocha fue debidamente restaurada y reconvertida en el centro neurálgico de la red de alta velocidad, la otra gran estación de Madrid, la del Norte (o Príncipe Pío) fue abandonándose poco a poco. Siguió prestando servicio a los trenes de cercanías y los antiguos andenes fueron reconvertidos en un coqueto centro comercial que conservaba su arquitectura ferroviaria. Pero el vestíbulo y la fachada principal fueron deteriorándose y los “artistas urbanos” hicieron de las suyas con pintadas y grafitis hasta en las cúpulas del tejado (me resulta muy difícil establecer dónde está el límite entre arte urbano y gamberrismo).
Después de 24 años de abandono, en 2017 se inició la reconversión de este gran edificio en un espacio multicultural con teatro, restaurantes, salas de exposiciones y conciertos, escuela de actores, etc.
Aunque las obras no han acabado totalmente, ya está en uso el teatro (con un aforo de 1100 espectadores como teatro y 2.500 como sala de conciertos). También están rehabilitadas y visitables su escalera de corte imperial, los antiguos ascensores, sus lámparas originales, las taquillas, y se pueden ver elementos decorativos como escudos, balaustradas o cornisas exteriores. Se ha rehabilitado también la sala de autoridades, una pequeña capilla utilizada por Alfonso XII o Francisco Franco para rezar mientras esperaban el tren.
Teatro de la Estación del Norte. Puede verse la estructura del techo del vestíbulo. (foto de madridiario.es)
Queda pendiente la restauración de la planta del sótano, para convertirla en una sala para música electrónica, y las torres de Levante y Poniente. La de Poniente se dedicará a la gastronomía y la de Levante será un mirador de 360º con vistas al Palacio Real y la Sierra de Madrid.
Aunque su uso estaba previsto para el pasado 1 de marzo y su inauguración oficial el 4 de abril, la pandemia obligó a modificarlo todo y, para cerrar el círculo, volviendo al tema musical, el día que se inaugure el teatro lo hará con dos musicales, primero A Chorus Line, y después, la nueva versión de We will rock you, el espectáculo sobre Queen.

Quien guste de asistir a musicales de este tipo, que se recree visitando no solo el teatro, sino toda la estación. Merece la pena.


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