A raíz de la publicación en este blog
de la reseña del recientemente editado libro “Almorchón-Belmez-Córdoba. El
Ferrocarril del Guadiato”, ha habido bastantes comentarios en las redes
sociales que manifestaban que el título correcto debería ser “Almorchón-Peñarroya-Córdoba”,
por ser Peñarroya-Pueblonuevo la localidad más importante por la que discurría
la línea.
Se trata ahora de aclarar las cosas y
de divulgar un poco de cultura ferroviaria básica.
Plano esquemático con las cinco líneas ferroviarias del Guadiato |
Hubo un tiempo en el que no existía la
RENFE. La Renfe se creó en 1941, pero ferrocarriles había en España desde
muchas décadas antes. Y en ese antes los ferrocarriles los construían empresas
privadas que hacían y gestionaban diferentes líneas, con material y personal propio
e independiente. Eso es lo que sucedió con el ferrocarril del Guadiato, que en
realidad fueron dos líneas diferentes, con distintos propietarios, distinto
personal, distinto material y distinta gestión.
Vamos por partes. La primera línea la
construyó la “Compañía del Ferrocarril de Ciudad a Badajoz y de Almorchón a las
minas de Carbón de Belmez” (Sí, así de largo era el nombre de la compañía). La
línea de Almorchón a Belmez se inauguró en 1868 y en 1880 pasó a manos de la
compañía MZA, que fue su propietaria hasta que se creó la Renfe. La estación de
Belmez era entonces una estación término, pues ahí se acababa este ferrocarril.
La segunda línea fue la de Córdoba a
Belmez, construida por la “Compañía del Ferrocarril de Córdoba a Espiel y
Belmez”. Fue inaugurada totalmente en 1873 y siete años después pasó a manos de
la “Compañía de los Ferrocarriles Andaluces”, que fue su propietaria durante
sesenta años, hasta que se creó la Renfe.
Horario de trenes - 1891 |
Como ya se ha dicho, ambas líneas eran
independientes y se gestionaban por separado, con personal propio para cada una
de ellas, de tal modo que en la estación de Belmez había edificios de MZA (los
principales), pero también de Andaluces (una casa de pequeño tamaño). Había una
báscula de MZA y otra de Andaluces, vías de MZA y de Andaluces, etc. Y, si bien
los pasajeros y mercancías no hacían trasbordo de los vagones de una compañía a
los de la otra, en la estación de Belmez sí se cambiaban las locomotoras,
circulando en cada tramo locomotoras diferentes.
Cuando en 1941 se creó la Renfe ambas
líneas pasaron a ser una sola (Córdoba-Almorchón), pero el cambio de
locomotoras en la estación de Belmez siguió haciéndose durante más de
veinticinco años, con la expresa prohibición de que las locomotoras de un tramo
pasaran al otro, a pesar de estar unificada la línea en manos de Renfe.
El título del libro no es, por tanto,
ningún desprecio hacia Peñarroya-Pueblonuevo. Todo lo contrario, en sus páginas
queda bien clara la importancia de su estación y las vicisitudes por las que
fue pasando, considerando siempre que era la más grande y con más tráfico de la
línea.
No hay que olvidar por otra parte, que
cuando se construyeron ambas líneas (A-B y B-C), realmente existía un solo
ayuntamiento, Belmez, del que por entonces dependían Peñarroya y El Terrible.
El auge, la secesión y la posterior unificación de estas dos poblaciones en un
solo e importantísimo ayuntamiento, Peñarroya-Pueblonuevo, no se culminó hasta
1927.
Horario de trenes - 1965 |
Tal como se decía en la reseña,
esperamos que pronto vea la luz el tercero de los libros referidos a nuestros
ferrocarriles, dedicado a la línea Fuente del Arco-Peñarroya-Puertollano-San
Quintín, con los nombres de las estaciones que corresponden a los distintos
tramos y que en un principio fueron tres líneas diferentes cuyo propietario era
la SMMP: Fuente del Arco-Peñarroya, Peñarroya-Conquista y Puertollano-San Quintín.
Pretender que el
“Almorchón-Belmez-Córdoba” sea “Almorchón-Peñarroya-Córdoba” sería, desde el
punto de vista del ferrocarril, un error semejante a que el “Fuente del
Arco-Peñarroya-Puertollano” fuera, por ejemplo, “Fuente del
Arco-Pozoblanco-Puertollano”.
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