domingo, 23 de diciembre de 2018

Dos anillos de compromiso para nuestra chimenea





Una chimenea abandonada durante 50 años  y construida hace más de 100, más que como  monumento, se comporta  como un ser vivo: nació, creció y trabajó  junto a nuestros antepasados durante medio siglo alcanzando su jubilación allá por el año 1969  y como es normal en los seres animados, está envejeciendo por natural  obligación.

Sin embargo, la suerte que ha tenido nuestra chimenea con respecto a las 8 restantes  y también con respecto a los  humanos  que la admiramos es la posibilidad de alargar su vida mucho más allá de lo útil gracias a ciertas operaciones, la mayoría relacionadas con la traumatología y la estética.

De todas ellas, la intervención más importante y compleja desde el punto de vista técnico es la instalación de zunchos en su corona. Para los iniciados aclaramos que un zuncho es una abrazadera metálica que sirve para apretar, asegurar elementos constructivos en ruinas.
Los más observadores o paseantes de los Cercos se habrán percatado de la existencia de una chimenea, concretamente  la de los hornos de Cock, que luce  una decena de estos elementos. Efectivamente, esta chimenea fue atirantada por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en 1955 para evitar su desplome, no por un defecto de construcción, sino por la acción de un potente rayo que unos años antes provocó una grieta en la corona. Dicha grieta  fue extendiéndose en sentido longitudinal hasta comprometer con el tiempo  la propia estabilidad de la misma.
Los zunchos, viejos conocidos y grandes de nuestras chimeneas
Chimeneas de los hornos de Cock. Ambas eran idénticas
hasta que un rayo obligó a cortar la corona  de una y  
reforzarla con estos anillos de acero


Los estudios realizados por la arquitecta responsable del proyecto de restauración, Isabel Payer han detectado  la existencia de un anillo metálico previo que no era perceptible desde el suelo, pero si a vista de dron. Éste se encuentra concretamente sobre el pebetero, el más simple y bajo de los  ornamentos que servía para evitar el manchado de hollín de la chimenea durante los días de lluvia. Este resto arqueológico, unido a las argollas colocadas en sentido longitudinal  evidencian  que era muy frecuente la acción  de los rayos sobre ella que debilitaron su estructura en un momento de su historia y que sugirieron la instalación de un pararrayos, hoy desaparecido.

Los trabajos de reparación, entonces, pasan por la recuperación del zuncho original para que continúe ejerciendo su misión de sostén y la colocación de otros dos sobre el anterior, con el objetivo de imprimir consistencia a la corona y facilitar los posteriores trabajos de rellenado de grietas y limpieza del fuste.

Aquí os presentamos las imágenes de la  fabricación de estos aros gigantes de metal que a buen seguro alargarán la vida de nuestra chimenea por otros 50 años. Tienen un diámetro de 2,55m. lo que ofrece una idea de las dimensiones de esta vieja amiga de nuestro paisaje cotidiano. 
Nuevas técnicas, viejos remedios. Nuestras chimeneas 
se mantienen hoy en pie aplicando las mismas soluciones aunque 
con métodos menos artesanales. 


La empresa que se ha ofrecido a fabricarlos ha sido  Talleres y Montajes Calvo, en la  vecina localidad  Belmez. Desde este medio de comunicación  agradecemos su gran profesionalidad y su colaboración en este proyecto histórico.

Como saben, nuestro colectivo siempre ha apostado en el valor de la  gente del Valle del Guadiato para sacar adelante nuestros proyectos, con notable éxito,, por cierto; por ello, en el tema de los anillos no podíamos hacer una excepción.  
El tamaño, una cuestión de perspectiva. El espacio abarcado
por el anillo en el que caben varias personas dan una idea 
de lo colosal de estas construcciones
Y es que una vez más queremos demostrar que en nuestros pueblos hay grandes personas que quieren ayudar, buenos profesionales que saben hacer  su trabajo y, sobre todo, grandes conciudadanos  que ponen todo su cariño para mejorar nuestro bienestar, en este caso, cultural y estético.

La climatología decidirá el momento de la obras de nuestra chimenea. Mientras tanto, disfrutemos, una vez más, de la buena voluntad  de algunos de los  seres humanos que aquí viven para construir un entorno un poco mejor para todos.
Detalle de la bisagras de un zuncho
El anillo en la iconografía cristina es señal de compromiso eterno entre personas. Para nosotros los dos anillos gigantes de acero para nuestra chimenea representan la promesa de que, algún día, todas las chimeneas de Peñarroya-Pueblonuevo den  el salto de la protección legal a la protección real.

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