jueves, 29 de septiembre de 2016

EL CRIMEN DEL EXPRESO DE ANDALUCÍA


Cualquiera que se proponga dar un repaso a los episodios más sonados de la España Negra, topará de bruces con el Crimen del Expreso de Andalucía, de gran repercusión nacional e internacional, por la forma en que se produjo, el momento y sus nefastos resultados, no solo para las víctimas, sino también para sus autores. Y sobre todo, porque tanto su planteamiento como su ejecución y hasta la investigación y el posterior juicio, fueron calificados con el tiempo como una auténtica chapuza.
Y parte de esa chapuza la tuvimos en la línea Córdoba-Belmez-Almorchón, ya que uno de los detenidos lo fue en esta última estación, por la Guardia Civil de Pueblonuevo del Terrible y conducido a esta población para ser interrogado y después trasladado a Madrid.

 
Hay que reconocer que la historia lo tenía todo: Personajes de mala vida, de buena posición y de los bajos fondos; el robo de un tren correo que trasladaba las nóminas de los soldados de África; un doble crimen que no entraba dentro de los planes; la desordenada huida de cada uno de los autores y hasta el suicidio de uno de ellos. Al pastel se le añade la situación política del momento; la tremenda repercusión que tuvo el crimen ocupando día tras día las portadas de los periódicos de toda España y el fatal desenlace para tres de los autores, condenados a muerte y ejecutados a garrote vil. Y la guinda, que todo ocurrió en menos de un mes: el crimen fue el 11 de abril de 1924 y la ejecución de los autores el 9 de mayo.
El correo había salido de la estación de Atocha, en Madrid, aunque los autores tomaron el tren en la estación de Aranjuez con la intención de ejecutar el robo y bajarse en la estación de Alcázar de San Juan. Se trataba de robar el furgón postal, en el que viajaban los dos empleados de Correos, a los que pretendían dormir con un somnífero. Pero la cosa no salió como estaba previsto y acabaron matando a ambos empleados.
Escena del crimen en el Museo de Cera de Madrid
Puesto que los furgones postales estaban blindados y nadie podía acceder a ellos, en Marmolejo comenzó a sospecharse que algo extraño había sucedido, al no entregar el correo en la estación.
Lo mismo pasó en Villa del Río y Montoro, por lo que se avisó a la Guardia Civil de Córdoba. Cuando el tren llegó a la capital, la expectación era enorme, y más aún al descubrirse la escena del espantoso crimen.
Por resumir lo sucedido con los autores, uno, Antonio Teruel, se suicidó antes de ser detenido; tres de ellos, José María Sánchez Navarrete, Francisco de Dios Piqueras y Honorio Sánchez Molina, fueron ejecutados en el garrote vil, y el quinto, José Donday "Pildorita", fue condenado a 20 años de prisión.
Precisamente Francisco de Dios Piqueras fue detenido el 24 de abril en la estación de Almorchón por la pareja de la Guardia Civil de Pueblonuevo que escoltaba el correo procedente de Cercadilla. Lo rocambolesco de la detención fue que estos guardias civiles, José Torres Gallego y Baltasar Cantador Pedraza, tuvieron que litigar con otra pareja de guardias civiles, procedente de Mérida, por ver cuál de ellas efectuaba la detención, disputa entre ambas parejas que llegó al punto de que el propio detenido exclamó irónicamente: “¡Cómo se disputan ustedes la presa!”
Finalmente, el detenido fue trasladado al cuartel de Pueblonuevo del Terrible y después al Ayuntamiento, donde estaba el juzgado, para ser también interrogado. La repercusión de todo ello entre la población y en la prensa fue enorme.
A muy grandes rasgos, esto fue lo sucedido, por lo que recomiendo pinchar en estos dos enlaces para conocer la historia completa. El primero corresponde al programa “Documentos de Radio Nacional”, en el que se narra la historia y se hace un análisis de cómo sucedió y su trascendencia:

Y el segundo, un episodio de la serie “La Huella del Crimen”, del Televisión Española:

Ambos duran aproximadamente una hora, pero de verdad que merecen la pena.
Tal como dicen en el de programa de radio, además del capítulo de televisión, el suceso dio origen a varias películas y hasta a que se le dedicara una exposición en el Museo de Cera de Madrid. En ninguno se cuenta el traslado del Piqueras a Pueblonuevo, pero esto es algo que queda para nuestra pequeña historia del tren en el Guadiato.  

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