jueves, 22 de noviembre de 2012

HELLO! MISTER BALDWIN

Son las cosas de la globalización. Enreando por las cañerías de este blog descubro que en los últimos meses casi un 20% de nuestros seguidores están en Estados Unidos. Se lo comento a Rubén y también él me manifesta su sorpresa.

Entiendo que tengamos seguidores en América Latina (Chile, México, Venezuela, Colombia, Argentina, Uruguay, Bolivia…). Con el mismo idioma y con algunos amigos y conocidos por aquellos andurriales, no sorprende el seguimiento que nos hacen. Tampoco extrañan las visitas a nuestro blog desde Francia, Bélgica, Alemania y otros países europeos, pues además del mucho interés que hay allí por los temas ferroviarios, nos siguen algunos emigrantes.

Más raras resultan las numerosas consultas que nos hacen desde Rusia, aunque no lo son tanto si consideramos que el número de visitas sube cuando tratamos algo de la Guerra Civil.

Pero tantas visitas desde Estados Unidos nos tienen desconcertados, así que he decidido dedicarles a ellos esta entrada. Claro, que la primera cuestión es: ¿Y qué le podemos ofrecer a esta gente? ¡Si tienen de todo!

Pues algo he buscado para ellos.

Tengo desde hace años un catálogo de locomotoras de vía estrecha de Baldwin Locomotive Works con los modelos construidos hasta 1896 y he decidido hablar de eso, de las Baldwin, de nuestras Baldwin.

Para profanos en la materia, hay que recordar que la Baldwin Locomotive Works, instalada en Filadelfia (Pensylvania), fue una de las empresas pioneras en la construcción de material de ferrocarriles en Estados Unidos. Fundada en 1831 por Matthias W. Baldwin, fue una de esas empresas que se empeñaron en fabricar diversos tipos de ingenios mecánicos ideados en los albores de la Revolución Industrial y el uso del vapor. En 1832 diseñó su primera locomotora, la “Old Ironsides”, y dos años después su segundo modelo, la “Lancaster”. A partir de ahí su evolución técnica y de diseño fue imparable, patentando y diseñando locomotoras de todo tipo.

A finales del siglo XIX empleaba ya a más 14000 trabajadores y sus locomotoras eran vendidas en todos los continentes, llegando a construir hasta 80000 locomotoras de vapor a lo largo de su existencia.
Baldwin Locomotive Works, de Filadelfia, en 1896
¿Y qué tiene que ver todo esto con nosotros? Pues que Baldwin fueron las primeras cuatro maquinillas que, como tales, circularon por nuestro ramal minero tras ser adquirido por la SMMP a finales de 1900: las números 3, 4, 5 y 6, “Terrible”, “Santa Elisa”, “Belmez” y “La Vega” respectivamente, o lo que es lo mismo, y por ese orden, el trazado de La Maquinilla desde Pueblonuevo hasta Cabeza de Vaca. Entre los maquinistas eran llamadas cariñosamente “Las Yanquis”.

Me pregunté qué hacía ese libro (lo de catálogo es un decir, pues tiene 450 páginas) en nuestra comarca, y más concretamente en manos de un fogonero de la locomotora Santa Elisa.

Indagando, averigüé que se lo había regalado un directivo de la SMMP con ocasión de un grave accidente que había sufrido con esa locomotora. Bien, pero ¿por qué tenía la SMMP un catálogo de vía estrecha de Baldwin de 1896? ¿Tuvieron intención de comprar alguna locomotora de este tipo para el ferrocarril de Peñarroya a Fuente del Arco?

Lo cierto es que en el libro aparece un modelo muy similar a las cuatro locomotoras que la SMMP compró para el ramal minero, aunque estas de ancho español. Se trataba de la serie 909, que en función de sus características y dimensiones ofrecía hasta 10 clases, de la 06-8D a la 06-24D.

En el texto que acompaña a la foto de una locomotora de esta serie se decía literalmente que “este este tipo de locomotoras es adecuado para la distribución, reparto, o servicio de plantaciones, donde los cortos trayectos hacen innecesario el ténder, o donde el peso de la locomotora, si tiene sólo dos pares de ruedas, puede ser mayor que el que pueden soportar los raíles”. Y más adelante insiste en que se trata de un tipo de locomotoras para la distribución y el servicio local de pasajeros.

Hay que reconocer que, salvo en lo de las plantaciones, habían definido perfectamente lo que era La Maquinilla: un pequeño ferrocarril, con raíles de 32,5 kg., destinado al reparto y transporte de carbón y otros materiales entre las minas y fábricas, así como a un servicio de pasajeros entre Belmez y Pueblonuevo.

Con estos datos, es claro que los técnicos y directivos de la SMMP se basaron en él para encargar en 1901 sus cuatro primeras locomotoras destinadas a este pequeño ferrocarril, del que eran propietarios desde diciembre de 1900.

Locomotora serie 909 del catálogo Baldwin
Pero seguí haciéndome preguntas. ¿Por qué una empresa tan francesa como la SMMP, tan ligada a Fives Lille y a otros constructores europeos de locomotoras, se decidió a comprar sus primeras locomotoras en Estados Unidos (poco después compró otra más, igual a las anteriores, la nº 7, “Antolín”)? La respuesta es fácil al ver el magnífico resultado que dieron y su larga vida, pues varias de ellas fueron las últimas que funcionaron, ya en manos de Encasur, hasta los años ochenta del pasado siglo.

Y otra pregunta más: ¿No aparecerá alguna de nuestras maquinillas en catálogos o documentos posteriores?

Buscando, buscando, buscando y… ¡premio! En el “Record of Recent Construction” de Baldwin de 1903. Allí está, la ficha técnica y la foto de ¡nuestra Santa Elisa recién salida de fábrica! Con su nombre, su número 4 y todo.

Por cierto, que indagando aún más, he comprobado que existió una gemela a nuestras cinco Baldwin, construida también en 1901 para la compañía del ferrocarril “Arizona & New Mexico”; y después, entre 1904 y 1922, se construyeron otras dieciséis de la misma clase, la 06-26D, todas para compañías estadounidenses.

Y sin más, ahí va este regalo para ellos, para “nuestros” americanos.

Ladies and gentleman: The Santa Elisa locomotive (o algo así):

Fotografía de nuestra Santa Elisa recién salida de fáfrica,
tal como aparece en el registro de Baldwin

Y esta es su ficha técnica:




1 comentario:

  1. Antonio Luis Gallardo23 de noviembre de 2012, 18:30

    Gracias,José Antonio, por haber relaizado tan interesante hallazgo, del origen de algunas de nuestras locomotoras de vapor, del Guadiato.

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