sábado, 21 de octubre de 2023

UNA OPORTUNIDAD PARA LA PIEDRA DE LA DIRECCIÓN

Antigua dirección de la SMMP en Peñarroya-Pueblonuevo, hoy centro mayores virgen del Rosario
  Fuente:wikipedia


Cuando este colectivo inicia  un proyecto de puesta en valor de algún elemento vinculado a la industria  de nuestro municipio solemos encontrar   tres tipos de personas: 1) los que te animan a continuar con sus palabras de aliento  2) los que lo desprecian en redes sociales por ignorancia 3) Los que aportan información que no sabías y que te hace escalar un nuevo peldaño de conocimiento. De todos ellos consideramos el último grupo  como  el más valioso, porque es muy escaso y porque  te incita a poner en marcha nuevos proyectos de recuperación.  Francisco José Aute es una de este selecto grupo.

Hace unas semanas, manteniendo     una     intrascendente      conversación       sobre     el proyecto Horloge (restauración del reloj de torre de la SMMP) con este afamado (además de socio de La Maquinilla) investigador surgió   el asunto de la piedra de la Dirección como otro los elementos olvidados en el entorno de la antigua sede empresarial  y que merecería  ser puesto en valor. La respuesta a todo aquel diálogo  es este  texto del que ya fuera publicado un anticipo   en una revista de feria de los años 2000 y que puede ilustrar mejor el significado de este hito desconocido para una mayoría y que convendría recuperar. El título del reportaje es "Un mojón histórico; la piedra de la dirección".

Francisco José Aute posando sobre el lugar en el que estuvo ubicada la piedra de la Dirección
de gran importancia etnográfica y técnica para Peñarroya-Pueblonuevo y la comarca del Guadiato


Toda actividad minera ha de dotarse necesariamente con una topografía de extrema precisión, especialmente para las labores subterráneas donde sin ella los avances se realizarían de manera ciega, al no carecer de referencias visibles. Solamente un cuidadoso control de las cotas, niveles y direcciones permite que las obras subterráneas puedan alcanzar sus objetivos con exactitud. Por ejemplo, si se acomete la excavación de una galería que deba encontrarse con otra, es preciso conocer con precisión a qué nivel se encuentra la ya existente, en que cota se comienza a excavar y a mantener con precisión esa cota o en su caso dándole la inclinación y la dirección adecuadas durante el trazado de la nueva obra, de otra manera sería prácticamente imposible conseguir que ambas galerías se encontrasen. Para tener precisión en todas estas medidas, hace falta tener una referencia común, un punto cero fijo a partir del cual se establecerán, por encima o por debajo, todos los niveles.

 

Hasta el último cuarto del siglo XIX en España no existía un punto común que fuese utilizado universalmente como punto de partida para todo el país, y la hora de planificar o comenzar una obra de envergadura, solían fijarse como punto cero según criterios en mayor o menor medida arbitrarios. En muchas ocasiones se tomaba la cota de Madrid como base y en el caso de obras provinciales, se tomaba como punto de partida la base o el zócalo de algún señalado monumento o edificio de la capital. Los ferrocarriles, por ejemplo, solían tomar como cotas cero las situadas en sus estaciones centrales, en medidas actuales la estación de Atocha está situada sobre los 640 metros. El kilómetro cero de la Puerta del Sol en torno a los 650 metros y en Córdoba la estación de MZA está justo en 123 metros.

Como es evidente que cada lugar tiene su propia altitud solía tomarse como referencia la altitud del mar en algún puerto próximo ya que se pensaba que el nivel del mar era el mismo en todo el mundo de manera que cualquier punto era bueno para comenzar a medir. En España el nivel medio del mar en San Fernando, Cádiz, se popularizó mucho como cota cero por la fiabilidad de las mediciones hechas por la Marina y que fueron tomadas como referencia por numerosos particulares e instituciones.

 

En el caso de Peñarroya cada sociedad minera usaba sus particulares sistemas de medición según normas tomadas por la misma compañía en base a sus propios estándares, siendo lo más habitual el amojonar un punto cero en algún enclave de sus concesiones independientemente de su altitud real con respecto a las costas. También con frecuencia era considerada una reseña válida la cota establecida en 1868 por el ‘Ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz y de Castillo de Almorchón a Belmez’ en su estación de Peñarroya, y que parece ser que hacía referencia relación al nivel del mar en Málaga.

Libro de trabajos  topográficos de la SMMP en la que aparece  la referencia de la piedra de la dirección
así como su cota exacta: 535,533m. (colección FJ Aute)

Consta que la Sociedad Hullera y Metalúrgica de Belmez usó indistintamente varios sistemas para establecer sus cotas de nivel en las minas, generalmente se tomaba como nivel cero la base del castillete del pozo cuando estos eran de mampostería, y a partir de ahí se comenzaban a descontar alturas.

 

Con la implantación generalizada del Sistema Métrico, el flamante Instituto Geográfico Nacional (1870) decidió que, al igual que en los demás países que adoptaron los patrones decimales, se fijaría una referencia nacional que serviría de punto cero para establecer las altitudes de toda la península. Para entonces ya se sabía que no todos los mares tienen la misma altura llegando a haber, por ejemplo, algunos metros de diferencia entre el Atlántico y el Mediterráneo por lo que se decidió señalar un único punto para hacer las mediciones y para ello se escogió Alicante donde en la década de 1870 a 1880 se midieron los niveles del mar Mediterráneo en dicha ciudad siendo considerada la media resultante de dichos niveles como altitud cero para toda la península. En el caso de los archipiélagos se tomaron medidas en la isla más importante de cada uno.

 

En 1881 se fundó la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya y comenzó la gran expansión de la minería del carbón en nuestra cuenca y de la del plomo en las comarcas vecinas de Badajoz, los Pedroches y Ciudad Real. La nueva empresa ya no podía depender de mediciones arbitrarias de nivel, pues necesitaba de una referencia precisa e igual para todas sus explotaciones tan alejadas entre sí, por lo que decidió ajustarse a la recién estrenada referencia nacional, lo que por otra parte era obligatorio por ley. Como para entonces aún no se habían extendido las mediciones fiables por el país la SMMP decidió hacer su propia medición para lo que envió una expedición de geómetras a Alicante.

Los topógrafos de la SMMP, al mando de monsieur Bonnaure, partiendo del monolito que señala el nivel medio de las mareas en Alicante, comenzaron las mediciones en dirección a Peñarroya avanzando muy frecuentemente campo a través durante los muchos meses que duró el trabajo. Una vez aquí establecieron una cota de altitud definitiva que quedó fijada en 535’5 m. Esta cota fue señalada por un mojón en la pequeña plaza que formaban las antiguas oficinas de la SMMP y desde ella había que partir al iniciar cualquier nueva labor de topografía. Desde la Piedra de la Dirección se establecieron los niveles para todas las minas y otras instalaciones y a partir de ella se establecieron también todas las demás nivelaciones necesarias, entre otras, las precisas para la construcción del ferrocarril de vía métrica de Peñarroya a Fuente del Arco.


Servicio de Topografía de la SMMP

Esta cota se consideró siempre como segura y definitiva y era de uso obligatorio para cualquier medida que tomasen los técnicos de la SMMP, por lo que la importancia de la Piedra de la Dirección es manifiesta cuanto que a partir de ella se establecieron los parámetros de construcción de casi todos los edificios del Cerco Industrial, las viviendas de empleados, los niveles de todas las minas y de todos los edificios públicos de Pueblonuevo del Terrible ya que al ser esta medida tan fiable en ella se basaron también todos los trabajos de obras públicas y civiles de envergadura.

Con la construcción en 1918 de un nuevo edificio para oficinas, la Piedra de la Dirección fue respetada pero perdió su posición central con respecto a los edificios quedando inscrita dentro de un parterre a escasos tres metros de los muros de la nueva construcción próxima a la entrada principal donde permaneció hasta hace muy poco y de donde nunca debió desaparecer.

 

En 1993, con la transformación del edificio de la Dirección en internado escolar, la Piedra estuvo a punto de desaparecer y la Concejalía de Cultura intervino para su conservación lo cual la salvó aunque parece que el asunto no trascendió aunque puede ser también que lo que la salvó fueron las dificultades por las que pasó el extinto colegio que le impidieron acometer un adecentamiento de los parterres donde estaba este mojón.

Muy poco tiempo después la Piedra de la Dirección volvió a estar en peligro con las nuevas obras que sirvieron para convertir este edificio en residencia para mayores nuevamente intervino la Concejalía de Cultura que terció ante los constructores y propietarios no ya sólo para mantenerlo si no para restaurarlo y ponerlo en valor con algún tipo de placa que explique su historia en lo que todos quedaron conforme. Como todo aquello no pasó de las buenas intenciones, en algún momento de los últimos años en cualquier trabajo de jardinería la piedra fue arrancada o, tal vez esté bajo una capa de tierra y césped lo que sería probablemente fruto del desconocimiento de su valor histórico y simbólico.

 

Lo mejor sería dedicar a aquella reliquia el muy pequeño esfuerzo que se necesitaría para levantarla de nuevo, no más allá de buenas intenciones y tres o cuatro kilos de cemento, lo diría mucho en favor quienes lo hiciesen y contribuir así a la conservación de nuestro patrimonio. La guinda sería incluirla en el catálogo local de bienes de interés cultural y así proporcionarle los medios legales para que su existencia no vuelva a estar en peligro por ninguna causa pudiendo así por muchos años recordarnos la pequeña gesta que aquellos topógrafos, geómetras y portamiras realizaron desde Alicante hasta aquí y que en ella veamos el vértice desde donde se planificó el crecimiento de Peñarroya y Pueblonuevo del Terrible.


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