Bien sabemos todos que rectificar
es de sabios. Y cuando alguien rectifica, y esto ya lo decimos nosotros, lo
lógico es reconocérselo y darle toda la difusión posible. El pasado 2 de Agosto
publicamos en este medio de comunicación un artículo en el que denunciábamos
que Mercadona S.A. había inaugurado un nuevo establecimiento en
Peñarroya-Pueblonuevo como ejemplo de eficiencia energética pero que,
incomprensiblemente, no contaba con un aparcamiento para bicicletas, a la
postre, el más universal y eficiente de los vehículos.
Pues bien, hace unas semanas,
descubrimos que esta compañía había habilitado en el aparcamiento subterráneo
del centro objeto de discusión un área para poder depositar bicicletas. Para
quienes defendemos este tipo de movilidad urbana y rural, al fin y al cabo la
más sostenible, esta noticia no sólo es una pequeña satisfacción sino que es
la constatación de que este gigante de la comercialización de productos alimentarios
efectivamente lo es, porque cuida los pequeños detalles como éste y, principalmente,
porque sabe escuchar a sus clientes.
No sería la primera vez, ni tampoco la última en la
que una multinacional (Mercadona ya lo es, ha abierto hace poco sus primeros
supermercados en Portugal) lejos de escuchar las demandas de tipo social, las
ignora para dejarlas perderse en la marabunta informativa en la que todos nos
movemos hoy en día. Es más, suele ser su comportamiento habitual, y no siempre por maldad. Simplemente, su tamaño es tan
descomunal que no suelen dedicar tiempo a pequeños asuntos, sobre todo cuando preocupan a cuatro tontos, como nos consideran algunos de nuestros vecinos más inteligentes.
Sin embargo, es este caso, no ha
ocurrido así. Mercadona nos ha sorprendido para bien, ha tenido un
comportamiento honesto y que certifica que su estructura comercial
funciona correctamente en ambos sentidos,
del vendedor al cliente y del cliente al vendedor.
Por ello lo menos que podemos
hacer en esta humilde Asociación es agradecerles
su interés (se ve que nos han leído) por conectar con el entorno en el que instalan sus
supermercados, su atención a las demandas de los habitantes que consumen sus
productos y felicitar a sus gestores locales por
su celeridad en la adopción de estas mejoras tan necesarias.
Desconocemos si esta compañía es un ejemplo de eficiencia. No sabemos tanto del tema como para comprobar las bondades de ahorro energético que publicita. Por otra parte, los actos de fe en los anuncios de los vendedores no es una forma segura de ir por el mundo. Lo que si está claro es que quienes vivimos en el Guadiato siempre o casi siempre hemos comprado en Mercadona, compramos o compraremos por algún motivo relacionado con la proximidad, la calidad, la limpieza, el buen servicio. Tanto da. Desde hoy tenemos una razón más para hacerlo: no tienen ningún problema en dar la razón al cliente cuando se equivocan.
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Pero lo habilita a la intemperie, en lugar de dentro del aparcamiento subterráneo
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