Bancos y papeleras del parque periurbano de Peñarroya-Pueblonuevo
antes del PROFEA. La basura es lo único que está en buen estado
Desde su rehabilitación como parque periurbano en 1996 con fondos Feder, el área de Peñarroya-Pueblonuevo conocida como el Barranco del la Ana ha pasado de ser un modelo de recuperación medioambiental de una antigua zona minera y una referencia de los parques periurbanos cordobeses tanto por extensión como por posibilidades de ocio a convertirse en pocos años en un estercolero, eso, si, con árboles y vegetación que disimulan algo el punto de vista del que mira poco o desde lejos.
Papeleras arrancadas, árboles secos y que no son repuestos, basura, alambradas cortadas, vallas substraídas, canastas sin tablero ni aro, caminos plagados de baches por el paso indiscriminado de vehículos pesados, turismos y motocicletas, barbacoas desaparecidas, con mesas y bancos incluidos... Hasta 20 tipos de desperfectos diferentes se han podido contabilizar durante estas dos últimas décadas de existencia de este espacio privilegiado y que ha dejado de serlo, en primer lugar, por el escaso civismo de nuestros convecinos y, en segundo lugar, por la falta de sensibilidad que han mostrado las diversas corporaciones municipales con el sitio, que se ha traducido en un nulo interés en su mantenimiento.
En unas condiciones cada vez más precarias, hacía tiempo que el parque había dejado de ser un lugar de solaz y peregrinación de peñarriblenses para convertirse en un limbo verde por el que no pasaba nadie, con la excepción de algún pastor que llevaba sus ovejas a pastar o algún conductor con unas copas de más que hacía el camino de vuelta desde Belmez eludiendo los controles de alcoholemia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Este bucle de abandono, apatía institucional y desperfecto se ha mantenido durante muchos años hasta que el empoderamiento ciudadano o, lo que es lo mismo, la implicación de la de la gente corriente empezó a invertir la dinámica. Asociaciones como La Maquinilla y ANA Guadiato iniciaron una campaña más o menos irregular de actividades de recuperación y reivindicación con el ánimo de volver a colocar este punto en el mapa de la ciudad: comenzó transformarse uno de los caminos de su interior en Vía Verde reconocida, se plantaron nuevos árboles y cajas nido, se instaló señalización y paneles, se han practicado sueltas de aves y se han organizado actividades con colegios. Todo este trabajo ha dado como resultado un nuevo acercamiento de la ciudadanía al parque y a su aprovechamiento recreativo, incluso dentro de las pésimas condiciones en que se encontraba.
Un paque que nos pertenece a todos
Ampa de Alfredo Gil, en el parque periurbano, durante una actividad en 2015
En unas condiciones cada vez más precarias, hacía tiempo que el parque había dejado de ser un lugar de solaz y peregrinación de peñarriblenses para convertirse en un limbo verde por el que no pasaba nadie, con la excepción de algún pastor que llevaba sus ovejas a pastar o algún conductor con unas copas de más que hacía el camino de vuelta desde Belmez eludiendo los controles de alcoholemia de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Este bucle de abandono, apatía institucional y desperfecto se ha mantenido durante muchos años hasta que el empoderamiento ciudadano o, lo que es lo mismo, la implicación de la de la gente corriente empezó a invertir la dinámica. Asociaciones como La Maquinilla y ANA Guadiato iniciaron una campaña más o menos irregular de actividades de recuperación y reivindicación con el ánimo de volver a colocar este punto en el mapa de la ciudad: comenzó transformarse uno de los caminos de su interior en Vía Verde reconocida, se plantaron nuevos árboles y cajas nido, se instaló señalización y paneles, se han practicado sueltas de aves y se han organizado actividades con colegios. Todo este trabajo ha dado como resultado un nuevo acercamiento de la ciudadanía al parque y a su aprovechamiento recreativo, incluso dentro de las pésimas condiciones en que se encontraba.
Sin embargo, pese a todo los esfuerzos y al clamor popular, los recursos para el arreglo del sitio no aparecían, o no se buscaban o no se encontraban. Finalmente la Vía Verde que no servía para nada proporcinado la solución. El Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo, con buen criterio, ha decidido inverir gran parte del dinero del segundo PROFEA de la Vía Verde de La Maquinilla en la recuperación de este pulmón de la población, que, además, posee una alta significación histórica para el municipio. Estos fondos han permitido la instalación de 7 nuevos merenderos, la poda de numerosos árboles, la retirada de basura y escombros, la colocación de 7 nuevas papeleras y bancos, el arreglo de alambradas y un desbroce general. En los próximos días está prevista la eliminación de baches mediante el aporte de zahorra.
Trabajo, merenderos y papeleras, gracias a la Vía Verde
He aquí un nuevo ejemplo de cómo la Vía Verde puede convertirse en un importante elemento dinamizador de espacios degradados como lo era el parque periurbano. Es por ello que se hace necesario, por no decir obligatorio, exportar este modelo de desarrollo a otros puntos de interés del municipio con problemas de visibilidad, expolio o abandono como el Cerco Industrial de Peñarroya o la Corta Cervantes en Fuente Obejuna , si verdaderamente queremos conservarlos. Crear nuevas Vías Verdes por el interior de estos bienes (Vía Verde del Cerco, Vía Verde del Guadiato) rendiría jugosas inversiones de dinero estatal para su mantenimiento y la transformación, a medio plazo, de su entorno próximo y, lo más importante, construir una vía de conexión de estos lugares aislados con el casco urbano del pueblo. La conservación de cualquier espacio, verde o no, de una localidad está relacionada con nuestra capacidad para aproximarlos a la gente, de hacerlos públicos.
Nuevas papeleras
Nuevos merenderos
Arreglo de alambradas y poda de árboles
El Plan PROFEA de la Vía Verde, que finaliza en Marzo,
permitirá corregir gran parte de las deficiencias históricas de esta
zona de Peñarroya-Pueblonuevo, pero no todas. El Ayuntamiento debe completar esta mejora mediante la reposición de las canastas del
mirador (hace 15 años que están así) la colocación de puertas en
aquellos puntos de uso exclusivo para senderistas y ciclistas, la creación de más zonas de sombra o el
aumento de la vigilancia si verdaderamente apuesta por el parque periurbano como centro de ocio al aire libre. La Vía Verde de La Maquinilla ayuda, pero no lo arregla todo. Después de este primer paso, se han ganado el derecho a de que confiemos en que lo hagan posible.
Enlaces relacionados con esta entrada:
http://www.infoguadiato.com/index.php?page=9&liar=11560&p=9
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15 años sin panel
Quedará pendiente de solucionar tras el PROFEA
15 años sin canastas en el parque periurbano. Mirador del Pozo nº 3
Quedará pendiente de solucionar tras el PROFEA
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