Desde que fue habilitado el trazado de La Maquinilla como Vía verde, la mayoría de los esfuerzos de nuestras administraciones locales y de nuestro colectivo han sido invertidos en la lucha contra el sol, esto es, en crear zonas de sombra los suficientemente grandes y continuas como para que los usuarios puedan disfrutar de un paseo a pie, a a caballo o en bicicleta en verano o en primavera.
De este modo, en uno de los arcenes de la antigua plataforma ferroviaria se han plantado en los últimos 4 años, aproximadamente, 600 árboles de diferente porte y especie, un tercio de los cuales se han ido perdiendo por diversas causas, algunas inevitables y otras, evitables. Las primeras están relacionadas con el rigor del clima en nuestra zona que somete a los árboles a un estrés hídrico y rango de temperaturas incompatible con la vida en determinadas èpocas del año; también dentro de este grupo se encuentra la degradación de los terrenos sobre los que se asienta la vegetación, cuyo origen minero sólo permite el la adaptación de algunas especies, como, por ejemplo, la casuriana o el eucalipto, pero cuyo uso no se debe generalizar.
Entre los evitables, apuntamos los robos de la ciudadanía post plantación y un déficit en el mantenimiento en época estival desde un punto de vista general como los principales problemas dependientes del factor humano.
Entre los evitables, apuntamos los robos de la ciudadanía post plantación y un déficit en el mantenimiento en época estival desde un punto de vista general como los principales problemas dependientes del factor humano.
Aún así, en la actualidad y pese a todas estas dificultades, la perseverancia de ciudadanos y autoridades empieza a dar frutos: tras el último recuento realizado en otoño de 2015, se han contabilizado algo más de 400 árboles vivos sobre la Vía Verde y, lo que es mejor, con altas posiblidades de supervivencia en el futuro, puesto que la mayoría de ellos tienen una edad media de 3 años, es decir, han resistido durante casi 1.000 días a la escasez de agua y a la extrema pobreza de los suelos de la Vía Verde, lo que les vacuna prácticamente contra cualquier tipo de vicisitud, con excepción de los incendios.
Nuevos árboles para viejos problemas en el Antolín.
Zona de espcial dificultad en la recuperación mioambiental
Con esta actuación, el Ayuntamiento de Belmez quiere contribuir a la consecución de un doble objetivo: por un lado, el de rehabilitación de suelos degradados como consecuancia de las actividades mineras y, por otro, el de recuperación de la memoria vegetal en relación con el trabajo.
Bosque de casuarinas junto al antiguo hospital minero de Peñarroya-Pueblonuevo
La plantación fue llevada a cabo la semana pasada por los trabajadores del PFEA, los cuales están realizando ésta y otras mejoras hasta el próximo 29 de Marzo.
Esperamos que en el próximo mes de otoño, cuando volvamos a hacer recuento, podamos decir que le hemos ganado la batalla al sol, que será como decir que hay más de 500 árboles, no de hecho, sino de derecho, en nuestra Vía Verde.
Desde nuestro colectivo celebramos esta nueva adquisición de árboles por parte del Área de Medio Ambiente del Consistorio belmezano así como la oportuna idea de repoblar zonas de difícil recuperación vegetal con casuarinas, aunque es nuestro deber recordarles la importancia de su mantenimiento en época estival.
Esperamos que en el próximo mes de otoño, cuando volvamos a hacer recuento, podamos decir que le hemos ganado la batalla al sol, que será como decir que hay más de 500 árboles, no de hecho, sino de derecho, en nuestra Vía Verde.
Desde nuestro colectivo celebramos esta nueva adquisición de árboles por parte del Área de Medio Ambiente del Consistorio belmezano así como la oportuna idea de repoblar zonas de difícil recuperación vegetal con casuarinas, aunque es nuestro deber recordarles la importancia de su mantenimiento en época estival.
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