Fotografía inédita de la fundición de hierro del los Talleres Generales del primer Cerco Industrial Esta y otras fotografías podrán disfrutarse en la exposición Industria, paisaje y sociedad |
Hace dos años, en lo peor de la pandemia, llegó al Ayuntamiento de
Peñarroya-Pueblonuevo un misterioso paquete procedente de Francia, con un
remitente francés igual de misterioso.
Con todas las cautelas y
prevenciones que podían tenerse en aquellos momentos, fue abierto por el Alcalde
de la localidad. El contenido del mismo era un álbum de fotografías, más de 500, datadas entre 1949 y 1960 y pertenecientes a Rolando Breton, el último de los Ingenieros franceses que trabajaron los Talleres Generales de
la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, en el Cerco Industrial. Una
cuarta parte de ellas pertenecían al ámbito más personal, posados en su despacho, fuera de talleres o durante
los fastos de su despedida junto a sus
obreros. Sin embargo, el resto pertenecían a instantáneas jamás vistas del Cerco Industrial y de
algunos de los procesos de fabricación que se desarrollaban allí. Dicho libro iba
acompañado de una carta manuscrita de uno
de sus hijos, Phillipe. En esta indicaba que la documentación adjunta suponía el cumplimento de una de las últimas voluntades de su padre
antes de fallecer: entregar a Peñarroya-Pueblonuevo para su custodia las imágenes históricas del lugar de su vida
donde había sido más feliz.
Matriz de madera de uno de los rodamientos que se fabricaban en los Talleres Generales. Fondo histórico de la Asociación La Maquinilla |
En la misiva, asimismo, explicaba que había heredado dos cuadros pintados por artistas franceses encargados por el mecenas Bretón, el primero de panorámica del Cerco Industrial y el segundo de la vivienda jardín donde residió junto a su familia hasta 1960. Ambas obras también serían entregadas a las autoridades locales como obsequio.
El resultado de todo este acto de generosidad es
el mayor y mejor colección de fotografías
del Cerco Industrial que se conservan hasta hoy. Un dato que pone en perspectiva la magnitud de este hallazgo es
que, hasta que se ha producido la donación de este material, los investigadores locales y curiosos conservamos únicamente 20 o 30 fotografías de esta área industrial, muchas de ellas de baja calidad y que contaban poco desde el punto de
vista etnográfico o histórico: deshumanizadas y neutras panorámicas de edificios desde fuera y desde el cielo.
El medio millar de fotografías en
blanco y negro donado por este ingeniero
que tan gratos recuerdos dejó en la población permiten dar conocer, a falta de
personas que pudieran contarlo, qué se hacía en el interior del Cerco Industrial
de Peñarroya y cómo se hacía. Es por
ello que, desde la nuestra Asociación sólo podemos calificar este descubrimiento
como uno los hitos culturales de la historia reciente del
municipio.
Desde que fuimos informados sobre la existencia de esta
información tan relevante tanto la Concejalía de Cultura como nuestro colectivo
han estado trabajando en la organización de un evento a la altura de este
fabuloso tesoro cultural.
El producto de esta labor, que ha
durado varios meses, es la exposición denominada Industria, paisaje y sociedad, que podrá admirarse a
partir de mañana, martes 28 de Junio, y hasta el 15 de Julio en las
dependencias del Mercado de Abastos Sebastián Sánchez. Básicamente, consta de una de las acuarelas mencionadas, una
selección de fotografías de los Talleres Generales y sus exteriores elegidas cuidadosamente por Minerva Solana, comisaria de la
exposición. Como complemento didáctico se ofrece una importante parte de los
fondos materiales que la Asociación La Maquinilla ha ido recuperando de estas
instalaciones a lo largo de la última década como la silla o la mesa del despacho
de Don Rolando o su mesa de delineación, entre otros objetos interesantes.
Percha de los Talleres Generales. Fondo histórico de la Asociación La Maquinilla |
Sabemos por boca de aquellos que le trataron que "Don Rolando" fue persona querida en el municipio por su generosidad y empatía con el trabajador, cualidades que no abundan y que a veces no pueden permitirse quienes habitan el salvaje mundo empresarial actual. Y así hemos podido observarlo en las innumerables muestras de cariño que recibió por parte de obreros, prensa y autoridades locales presentes en el álbum. Pues bien, Don Rolando también debe saber que quienes le hemos conocido a través de esta donación, 60 años después, seguimos pensando lo mismo. Gracias, Don Rolando.
NOTA INFORMATIVA: nos hubiera gustado que Philippe Breton, hijo de Roland Breton, y artífice de esta gesta cultural, hubiese inaugurado esta exposición. De hecho así lo planificamos desde del primer momento. Sin embargo no ha sido posible por causas ajenas a su voluntad. Debe saber que esta muestra se organiza en su honor y está dedicada a la memoria de su padre.
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