jueves, 9 de junio de 2016

ALUMBRADO Y CAMINO DE LAS ESTACIONES DE PEÑARROYA

En 1895, con la apertura del ferrocarril a Fuente del Arco, la estación de Peñarroya adquirió la condición de estación de enlace entre dos líneas, alcanzando un tráfico desconocido hasta entonces, incrementando el número de viajeros y el intercambio de personas y mercancías entre las estaciones de vía ancha y estrecha, la una frente a la otra, pero sin un paso habilitado al efecto.
Plano del camino y de ambas estaciones a principios del siglo XX
Aunque en Peñarroya y Pueblonuevo era grande la queja por la lamentable situación de los accesos a una y otra estación y la falta de alumbrado de ambas, donde más se trató este asunto fue en Fuente Obejuna, por el necesario trasbordo que tenían que hacer los viajeros que de allí procedían para ir a Madrid o Córdoba. En enero de 1901 se podía leer en el Diario de Córdoba:
(...) También hemos reclamado varias veces, y con resultados igualmente negativos, respecto a la falta de consideración que tienen las compañías de los ferrocarriles de M.Z.A. y de Peñarroya a Fuente del Arco con los viajeros que se ven precisados a transbordar en Peñarroya de una a otra línea, no estableciendo el indispensable alumbrado y dejando franco el trayecto que media entre las dos estaciones durante el tiempo que se invierte en el trasbordo.
Ya indicamos los peligros a que se exponía el viajero recorriendo el trayecto citado en medio de la mayor oscuridad y a través de una porción de obstáculos como, por ejemplo, los terraplenes para el asiento de las vías, las agujas, el hilo metálico que tendido a una tercia del suelo mueve los discos, los raíles y traviesas aquí y allá diseminados, etc., etc.
Si pudiéramos presenciar todas las noches el indicado trasbordo rara sería la en que no pudiéramos dar cuenta de una o varias caídas más o menos graves.
Pocos días después el corresponsal en Belmez daba la razón al de Fuente Obejuna y ponía el dedo en la llaga, en los siguientes términos:
(...) Para pasar de una a otra estación no sólo hay que cruzar seis u ocho vías, sino hacerlo entre vagones estacionados y máquinas en movimiento, las que hay que sortear para no ser cogido por ellas (...).
Tan malo y más que todo esto es tener que ir de noche de las estaciones de Peñarroya a Pueblonuevo del Terrible, cuya distancia no llegará a un kilómetro. Si es de día, el que vaya por vez primera no sabrá qué dirección tomar, pues no hay camino ninguno señalado ni transitable, y si es de noche se le hacen indispensables dos cosas: un guía que conozca bien el terreno y una buena luz para ver donde pone los pies con seguridad.
¿Quién tiene la culpa de todo esto? Las compañías ferroviarias prohíben terminantemente cruzar por las vías mientras esto no sea por los pasos a nivel y en horas hábiles para ello. Ni en estos ni fuera de las estaciones entiendo que las compañías tengan obligación de tener luz alguna.
Al dejar los jefes de las estaciones de Peñarroya que el público cruce a cualquier hora las vías, creo toleran lo que no deben tolerar y se hacen responsables de cualquier desgracia que ocurrir pudiera (...).
La importancia que hoy tiene Pueblonuevo del Terrible le hace acreedor a tener una buena carretera a la estación, y esta falta no es de las compañías férreas.
Estación del Peñarroya-Fuente del Arco (Vía estrecha)
La contestación desde Fuente Obejuna tardó algunos meses, pero llegó el 14 de mayo:
Desde luego estamos conformes en que tal como hoy verifican el trasbordo los viajeros que tienen necesidad de pasar de una a otra línea es molesto y peligroso por los obstáculos fijos o móviles que tienen que sortear sin más luz, la mayor parte del año, que la de la luna y la de las estrellas, cuando no lo impiden las nubes.
También estamos conformes en que es abusivo y las compañías no deberían tolerar el paso de una a otra estación por el paso en que se vienen verificando el susodicho trasbordo.
Y por último estamos de acuerdo en que las compañías ferroviarias no están obligadas a urbanizar ni a alumbrar trayectos que ha de utilizar el público fuera de sus jurisdicciones. Perfectamente, luego si las compañías no tienen las obligaciones citadas, y además, en uso de su derecho prohíben el paso por las vías, dicho se está que los viajeros que lo necesiten no harían el trasbordo por los aires, sino por un camino, por una carretera o al menos por un sendero más o menos transitable y con mejor o peor alumbrado.
¿Quién, pues, es el obligado a abrir y concluir este paso? Yo no lo sé con certeza, y por eso me abstuve de dirigir mis quejas o censuras a determinado municipio, dada la anomalía con que vienen funcionando hace años los de Peñarroya, Pueblonuevo y Belmez.
Puso fin a este asunto el corresponsal en Pueblonuevo varios días después:
Contesto a la alusión que me dirige el digno corresponsal del Diario en Fuente Obejuna, respecto a la manera de verificarse el trasbordo de viajeros desde la estación de vía estrecha a la de vía ancha y viceversa, manifestando que, efectivamente, existen los peligros que delata por la multitud de wagones y máquinas que a todas horas interceptan dichas vías; pero estos pueden evitarse, aunque con alguna molestia para el viajero, suspendiendo el tránsito por las referidas vías, que está prohibido, y verificándolo por el paso a nivel correspondiente. Lo que sucede es que como las estaciones están casi enfrente una de la otra y a una distancia, atravesando las vías de unos cincuenta metros, y haciendo uso del paso a nivel hay que dar una vuelta de unos doscientos metros, sin duda el público prefiere recorrer la menor distancia aún a trueque de tener algún tropiezo desagradable, del cual, en mi concepto, no se puede hacer responsable a las compañías, por cuanto éstas advierten al público por medio de carteles colocados en sitios adecuados, que la circulación por las vías está prohibida. El camino que, atravesando el paso a nivel, une a las dos estaciones es bueno y sin obstáculos de ningún género.
El alumbrado de este trayecto corresponde al municipio de Belmez que es el amo de la bolsa; pero ¡vaya V. a pedir a Belmez esas gollerías! (…)
Se ha terminado por cuenta de esta Sociedad Minera y Metalúrgica una nueva carretera que partiendo de la Plaza de la Iglesia, conduce a la estación de las vías férreas, faltando sólo pequeños detalles para abrirla al servicio público. Tiene el inconveniente de que en vez de ir recta para no interrumpir la instalación minera y de la fundición, se desvía bastante del pueblo, por lo que hay que dar un rodeo en el que se invierte más del doble del que se emplea hoy en hacer el viaje a dichas estaciones.

Estación de Peñarroya (vía ancha), frente a la de vía estrecha
Fue por tanto la S.M.M.P. quien construyó en 1901 la carretera desde Pueblonuevo a la estación. Para ello fue preciso que la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces le cediera parte de los terrenos necesarios.
Para solucionar parcialmente el tema del alumbrado hubo que esperar hasta mayo de 1904, que fue cuando la S.M.M.P. instaló varios focos eléctricos en la estación de vía estrecha. Veinte años después M.Z.A. todavía no había solucionado los problemas de alumbrado en su estación, a pesar de los numerosos requerimientos del Ayuntamiento de Pueblonuevo del Terrible para que instalara un adecuado alumbrado eléctrico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario