Autor: Diego Ruiz Expósito
He aquí la eterna asignatura pendiente. La piedra en la que siempre tropezamos con diferentes zapatos. El gran anatema. El del Cerco Industrial del Peñarroya es, de cuantos asuntos patrimoniales a los que hemos dedicado nuestros esfuerzos, el que se encuentra, no en el mismo punto que cuando comenzamos a trabajar, sino en claro retroceso. Lo decimos con tristeza y en parte, también con vergüenza, por no haber sido capaces de cambiar o hacer cambiar, aunque sólo fuera un poco, la deriva de este asunto. Desde luego, como colectivo dedicado al Patrimonio Industrial no eludimos nuestra parte de responsabilidad en lo que ocurre. Ahora bien, nuestras autoridades tampoco pueden presumir de lo que han hecho hasta la fecha por este Patrimonio.
Y es que, a nuestro modo de entender, no ha sido tanto la falta de ideas sino la incapacidad institucional para llevarlas a cabo lo que ha impedido invertir esta vorágine de destrucción y olvido que se cierne sobre el Cerco y desarrollar un plan de protección adecuado o puesta en valor coherente y adaptado a las posibilidades económicas del municipio.
Y es que, a nuestro modo de entender, no ha sido tanto la falta de ideas sino la incapacidad institucional para llevarlas a cabo lo que ha impedido invertir esta vorágine de destrucción y olvido que se cierne sobre el Cerco y desarrollar un plan de protección adecuado o puesta en valor coherente y adaptado a las posibilidades económicas del municipio.
Se cuentan por decenas las iniciativas que no han fructificado para
poner en valor o aprovechar, aunque sea, sólo una parte de este legado tras la adquisición de este espacio por parte del Ayuntamiento en 2009 e incluso antes de la compra por parte de éste. Nuestras actividades destinadas a concienciar a la población como el Día del Cerco, que ya van por
la tercera edición, las Jornadas Andaluzas de Patrimonio Industrial de
Peñarroya-Pueblonuevo por las que desfiló la flor y nata de la
investigación regional o actividades organizadas por otros movimientos
culturales de la zona como Desde la Cima, mociones presentadas por
partidos políticos (IU) tanto en el Ayuntamiento de
Peñarroya-Pueblonuevo como en Diputación de Córdoba tampoco han servido para seducir a las administraciones en el cuidado del sitio ni para concienciar a una
población local lógigamente más preocupada por otros problemas y necesidades en esta coyuntura tan adversa.
Por recordar algunos asuntos que ya podrían estar solucionados y que permanecen en el mismo punto que hace 4 años, se encuentra el expediente de Bien de Interés Cultural (BIC), que dormita en los cajones de Delegación de Cultura en Córdoba, las partidas de airsoft en la zona, que se siguen permitiendo y el plan de vigilancia del lugar, que jamás se ha planteado con seriedad. Sinceramente, no perdemos la esperanza de que, algún día, nuestros gobernantes resuelvan, aunque sea, uno solo de estas preocupaciones. Si de algo han servido estas últimas elecciones ha sido para comprobar que el Cerco preocupa a todos los candidatos. Sus debates y discursos han estado trufados de promesas relativas a la conservación de los elementos que se puedan salvar de este lugar así como a la promoción turística del mismo.
Chimeneas y fábricas, la memoria de Peñarroya-Pueblonuevo
Cuando está todo por hacer, como ha quedado demostrado en el Cerco Industrial de Peñarroya, es muy fácil equivocarse a la hora de establecer prioridades: ¿Restaurar chimeneas? ¿Restaurar la fundición de plomo? ¿Hacer viales con carril bici? ¿Descontaminar? ¿Continuar con las obras de la mina Santa Rosa? ¿Diseñar un trazado de tren turístico por el interior del Cerco?... Aceptando que tenemos que elegir y sin menospreciar cualquiera de las opciones anteriores, a nuestro juicio y aunque parezca una redundancia, el primer paso hacia la recuperación patrimonial del Cerco se encuentra en la construcción de una Vía Verde: la Vía Verde del Cerco.
Reciclar los viejos trazados ferroviarios que serpentean por el interior del Cerco para un uso ecoturístico sería muy útil, como ha quedado demostrado en la recuperación de trazado de La Maquinilla, que recibe miles de usuarios al mes, por los siguientes motivos:
En primer lugar, porque es barato. Con una inversión mínima en relación a otro tipo de proyectos que demandarían muchos más recursos públicos, se abriría el corredor seguro a la gente del municipio y a los posibles turistas. Además, la posibilidad de conectarla con la Vía Verde de La Maquinilla y con el Vial Norte diseñaría una atractiva ruta de más de 15 km. de longitud por el Patrimonio Industrial Minero y Ferroviario del Guadiato.
En segundo lugar, porque es socialmente rentable. La población de Peñarroya-Pueblonuevo dispondría de un punto de esparcimiento ciudadano ideal para realizar actividad física y relacionarse en un entorno fundamental para entender la historia del municipio.
En tercer lugar, porque una Vía Verde es una marca registrada reconocida a nivel nacional e internacional. Desde el punto de vista de la promoción exterior, no es igual "vender" una ruta por el Cerco Industrial de Peñarroya que una Vía Verde del Cerco Industrial de Peñarroya. Las rutas son restrictivas y están circunscritas a un ámbito local y, por tanto, pierden potencial de difusión. Las Vías Verdes, por el contrario, tienen una dimensión global gracias al potente Programa Nacional de Vías Verdes cuya información tiene presencia en medios nacionales e internacionales. Asimismo, La expresión Vía Verde es versátil, inclusiva porque puede recoger la palabra "ruta", pero no al revés. Una Vía Verde puede ser una ruta, pero una ruta no siempre es una Vía Verde.
No podemos perder este lugar
II Día Del Cerco
En cuarto lugar, y lo más importante, la habilitación de una Vía Verde por el interior del Cerco facilitaría la vigilancia del sitio histórico por parte de las fuerzas de orden público, al tener un acceso directo, rápido y permanente a las instalaciones. Actualmente, miembros de la Policía Local de Peñarroya-Pueblonuevo confirman que no pueden acceder con sus vehículos, lo cual da ventaja a las alimañas ciudadanas en el trabajo de desmantelamiento y entorpece la respuesta de los primeros.
En quinto lugar, esta actuación es compatible con otras que se planteen ulteriormente. No afecta a la integridad de edificios ni estructuras existentes y podría ser conectado con algún vial o avenida, en el caso de que ésta se construyese.
Logotipo del Año Europeo del Patrimonio Industrial
Los argumentos expuestos son más que suficientes para reivindicar la construcción de esta infraestructura básica en una nueva edición (y van diecisiete) del Día Nacional de las Vías Verdes. Pero esta vez no queremos detenernos únicamente en este punto. Aprovechando que 2015 es el Año Europeo del Patrimonio Industrial, queremos clamar, una vez más, por la protección del Cerco y muy especialmente de sus chimeneas como símbolo de la localidad de Peñarroya-Pueblonuevo y de toda la comarca. Hemos perdido muchos castilletes como depositarios de nuestra memoria colectiva a lo largo del tiempo. No dejemos caer, también, nuestras chimeneas. Verdaderamente, son la última frontera entre el recuerdo y el olvido de lo que somos, de lo que fuimos.
Si te interesa el patrimonio industrial, si te duele lo que está pasando en este pedazo de la historia de tu ciudad, de tu comarca ven, acompáñanos, únete a este movimiento ciudadano durante unas horas. Realizaremos un recorrido por lo que debería ser la Vía Verde del Cerco Hay un regalo esperándote, además.
Las personas, los ciudadanos de un lugar se definen,sobre todo, por aquello en lo que creen, por aquello que defienden.
Día del Evento: Sábado, 30 de Mayo de 2015
Hora: 9:30 horas.
Lugar: Almacén Central (Puerta Norte).
Autor: Diego Ruiz Expósito
Logo de nuestras actividades para conmemorar el Año Europeo del Patrimonio Industrial
Ven, A-Cércate
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