jueves, 26 de julio de 2012

Aprender del vecino

Parque minero de Almadén.
Fuente: abc.es
El pasado 30 de Junio de 2012 el municipio de Almadén fue declarado Patrimonio de la Humanidad por el Comité Mundial de la Unesco, reunido en San Petersburgo. El galardón ha sido compartido con la ciudad eslovena de Idria, que se ha presentado conjuntamente con la primera.

Este reconocimiento pone justo premio al trabajo de conservación y esfuerzo de promoción exterior que durante años vienen haciendo los vecinos y autoridades de esta población ciudadrealeña que tanta relación tuvo con la comarca del Guadiato en el siglo XVIII. No en vano, los primeros intentos serios de extracción del carbón de nuestra zona tuvieron su origen en la necesidad de encontrar alternativa mineral cercana para alimentar a las máquinas de vapor que desaguaban las minas de cinabrio de Almadén, con el fin de sustituir a la madera de unos montes comunales cada vez más diezmados o al lejano carbón de Villanueva del Río como combustible.

Así, por ejemplo, José Simón de Lillo, cuyo nombre bautiza una de las principales avenidas de Peñarroya-Pueblonuevo, es el personaje histórico al que se le atribuye el descubrimiento, digamos moderno, del carbón de la cuenca del Guadiato al encontrar tierras negras en las proximidades del Arroyo de la Hontanilla durante un viaje realizado a nuestra zona en calidad de Visitador de Montes de la Superintendencia de Minas de Almadén. Buscaba leña para los fines comentados anteriormente, pero encontró carbón (Jerónimo López. Peñarroya-Pueblonuevo a cielo abierto).

Nada ocurre por casualidad. Para alcanzar el hito que sitúa a Almadén en el escaparate de las ciudades más turísticas del mundo ha hecho falta algo más que poseer el yacimiento de mercurio más importante de la historia (se estima que 1/3 de este mineral que ha utilizado toda la humanidad ha sido extraído de Almadén).  Ha sido necesaria una labor continua de protección y concienciación patrimonial diseñada por las autoridades locales, un  masivo apoyo popular a estas propuestas y, por supuesto, la inversión autonómica y estatal de millones de euros en materia turística.

Peñarroya-Pueblonuevo. En primer plano, chimeneas de los hornos de cock
La gente como nosotros, que compartimos ciertos rasgos etnográficos e históricos con ellos, debe saber que un éxito patrimonial tan extraordinario ha estado basado en la planificación, en el orgullo y en el trabajo. Mucho trabajo.

Si nosotros, el Guadiato, no hemos conseguido alcanzar niveles aceptables, en materia de turismo y patrimonio ha sido debido, en primer lugar, a la ausencia de un modelo turístico comarcal que establezca prioridades y objetivos a corto, medio y largo plazo; en segundo lugar, a la miopía de algunos de nuestros dirigentes, los cuales nunca creyeron en el turismo como una posible vía, aunque complementaria, de desarrollo; por último, al desinterés de la población autóctona por este tipo de cuestiones.

Sería estúpido e iluso por mi parte creer que el Guadiato tiene posibilidades de alcanzar cotas parecidas a las que les hemos presentado ahora, por razones obvias. No obstante, en el caso de que algún día creyéramos de verdad en un futuro turístico de nuestra zona, éste pasaría ineludiblemente por el aprovechamiento de nuestro patrimonio minero (paisajes mineros, centro de interpretación de la minería) industrial (Cerco Industrial de Peñarroya, museo del pan, barrio francés) y ferroviario (tren turístico, Vías Verdes, barrio ferroviario de Belmez, museo del ferrocarril).

Castillete del Pozo Belmez
Fuente: archivohistoricominero.org
El posible turista de interior valora lo singular por encima de lo antiguo, y el Patrimonio Minero, Industrial y Ferroviario de la zona tiene mucho de excepcional a nivel nacional e internacional. No lo digo yo, que no soy nadie. Lo afirman expertos de las más prestigiosas universidades de España.

Cuando se habla de turismo y la marca Guadiato a menudo tengo la sensación de que otros municipios que se encuentran en una situación socioeconómica parecida a la nuestra han aprovechado mucho mejor sus oportunidades. Han sabido encontrar su hueco publicitario y su público a través de múltiples fórmulas (fundaciones, patronatos, comisiones). Mientras, aquí permanecemos bloqueados en el mejor de los caos, cuando no estamos divididos. El reciente caso del famoso tren turístico, en el que una corporación municipal impulsa la iniciativa mientras otra la abandona, pone de manifiesto la falta de consenso reinante en nuestras instituciones y el fracaso del ¿modelo? turístico para el Guadiato.
Locomotoras del tren turístico del Guadiato
Fuente: callecordoba.blogspot.com
Por lo tanto, asumiendo que no hemos sabido dar el enfoque ni la importancia adecuada a este aspecto, pienso que el despegue turístico de esta cuenca carbonífera pasa necesariamente por empezar a imitar a nuestros vecinos, al menos en un  principio, hasta que logremos encontrar nuestro propio camino hacia el éxito.

Visitar zonas homólogas punteras en materia turística, mantener reuniones con sus promotores, importar ideas para crear otras nuevas, estudiar sus técnicas de promoción exterior y trabajar unidos son pasos previos imprescindibles escapar del error en que nos encontramos actualmente en este tema.

Todo lo que haga falta para que algún día un asturiano, un catalán, un gallego o un francés puedan decir que el Guadiato existe, o existió alguna vez. Que no es poco.

Pozo San José.
Fuente: pueblos-espana.org

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