lunes, 30 de mayo de 2011

Año 2015. Un día cualquiera en la Vía Verde del Guadiato


Hola a todos. Somos una familia normal, con un coche normal, una casa con hipoteca y un sueldo normal,  es decir, con  uno de los dos miembros en paro. Mi mujer es veterinaria y trabaja en una clínica. Yo, en cambio, trabajaba en LOCSA.

Llevamos una vida también normal. Nos encanta la naturaleza, el deporte y la cultura. ¡¡Ah!! se me olvidaba. Tenemos 2 trastos de niños. Nos gusta ir de aquí para allá durante los fines de semana con nuestras bicicletas, buscando, sobre todo, lugares con encanto. El Valle del Guadiato es uno de ellos.

El boletín virtual que la Fundación de Vías Verdes tiene en su página web, confirmó la ejecución de los primeros 20 km. de Vía verde del Guadiato. La verdad sea dicha: conocíamos la existencia del proyecto por los folletos que editó la Delegación de Medio ambiente de Diputación de Córdoba en el año 98, pero,
hasta la fecha, no habíamos tenido nuevas noticias sobre este particular. Siempre que visitábamos algún tramo de las dos vías verdes que hay en el sur de la provincia nos preguntábamos qué pasaba con la vía verde del norte, sí, sí, la Vía Verde del Guadiato. La respuesta que durante tantos años hemos estado esperando la tenemos hoy. Es por ello que felicitamos a las administraciones locales de los municipios implicados, a la Mancomunidad y a la Diputación de Córdoba por satisfacer las demandas de sus ciudadanos y por haber demostrado, una vez más, que lo que se promete se cumple. No hace ni un día que pasamos por allí y ya estamos deseando su ampliación.
  
La experiencia fue tan gratificante que decidí ponerme en contacto con esta gente de "La Maquinilla" para contarla. Este recuerdo va dedicado a todas aquellas personas que han contribuido a crear esta infraestructura. Hasta pronto. Volveremos vernos en la Vía Verde del Guadiato. Un fuerte abrazo para todos.

Nuestro lugar de residencia dista 150 km. de la Estación de Cámaras Altas. Un viajecito de 2 horas en coche, más o menos. Salimos de casa temprano, como de costumbre, y llegamos a la estación a las 9:30 de la mañana. Estacionamos el coche en el aparcamiento habilitado para turismos y acto seguido bajamos nuestras bicicletas y las de los niños. Están impacientes por echar a rodar. Frente a nosotros, el aparcamiento de autobuses se encuentra abarrotado de turistas españoles y extranjeros que, en el largo camino que une las ciudades monumentales de Mérida con Córdoba, se han detenido en este punto estratégico de la ruta para estirar la piernas y, de paso, comprar las bondades gastronómicas de esta tierra.


Ya en el interior de la estación, la sala es un verdadero Babel. Los espabilados regentes de la tienda-bar ofrecen a los turistas café artesanal de Peñarroya, quesos de Hinojosa del Duque, lechón y morcilla de Fuente-Obejuna, magdalenas gigantes de Belmez, aceite de Villanueva del Rey, vino de Villaviciosa y miel de Viñas Viejas entre otros, en un dialecto parecido al  inglés. Unas cuantas frases hechas son suficientes para captar la atención alemanes, japones y británicos, quienes, seducidos por la calidad universal de nuestra dieta, adquieren los productos sin importarles el precio. Parece como si el gracioso acento del tendero ejerciese un efecto hipnótico sobre ellos. Por el contrario, los españoles, los de casa, miran con desconfianza las estanterías, reconociendo la excelencia de los artículos y lamentándose, a la vez, por lo abusivo su precio. Demasiado quizá para el agujereado bolsillo de un mileurista.


Al fondo de la estación hay habilitada una zona donde se ofrece a los visitantes que lo desean un desayuno compuesto por pan tostado, jamón  ibérico Covap y café Mis Nietos (Gran Capitán). Todo por el módico precio de 2 euros. No para de entrar y salir gente de este hormiguero en que se ha convertido la que fuera en su día una de la estaciones más populosas de la antigua vía estrecha Peñarroya-Puertollano. Parece como si el tiempo no hubiese pasado por ella y el tren estuviese a punto de llegar.

Al final picamos el anzuelo y degustamos por segunda vez la primera comida del día. Los niños tomaron un zumo de naranja y pistachos de La Granjuela.


Después de pagar y despedirnos de los simpáticos dueños del establecimiento nos ponemos en marcha.  Nos alejamos lentamente del bullicio con dirección a Belmez y su atalaya morisca. Son las 10 de la mañana y la verdad es que apatece quedarse a merodear por estos bosques de pino donde al parecer estuvo parte del temido y odiado Frente de Peñarroya, en la Guerra Civil. Al parecer muchos "enchufados" y niños de papá de la retaguardia eran aleccionados en el respeto y el orden so pena de ser enviados a esta sucursal del infierno en la tierra. Investigadores y simples curiosos de desconocida procedencia se adentran por los caminos de este remoto lugar en busca de enmudecidos nidos de ametralladora, solitarios búnkeres, derruidas casamatas y heridas en la tierra en forma de trincheras. En fin, el último grito en frikismo. Ni mi mujer ni yo sabíamos que la muerte de unos podía ser una atracción turística para otros. Sin embargo, ahí estaban, como nosotros, dispuestos a "echar el día". Cada loco con su tema.  


Ya en el camino, la banda sonora de un afluente del arroyo Albardado nos acompaña durante los primeros kilómetros. No es muy común escuchar acordes cristalinos tan cerca del verano y a las puertas del Sáhara. En uno de los viaductos que salvan la corriente de agua detuvimos la marcha para que los pequeños se remojaran los pies y la cabeza. Con buen criterio los constructores de la Vía Verde habilitaron allí un área de descanso. La sombra de los almeces convertían aquel lugar en un oasis de paz únicamente perturbado por la cabezonería que solo un niño de 6 años puede tener, cuando quiere bañarse en un río y no se le permite.


El imponente y altivo macizo de Peña Ladrones nos persigue a cada pedalada que damos. La roca viva lucha con el horizonte por mantenerse a la vista al tiempo que las águilas perdiceras que se cobijan en ella, vigilan  nuestros movimientos. Todas las vías verdes, como las personas, tienen un olor particular. La Vía Verde del Guadiato huele, sobre todo, a romero y a jara.



Decenas de senderistas y ciclistas de aquí y allá nos saludan al pasar, fascinados por la belleza natural de estos parajes. Algunos se detienen a charlar con nosotros. Sea cual sea el tema de conversación, el coloquio suele terminar con el puesto que a nuestro parecer debería ocupar la del Guadiato en el ranking regional o nacional de vía verdes. Muchos de los que hemos visto por aquí ya cuentan con cientos de kilómetros de vía verde a sus espaldas, tantos como para tener una opinión autorizada al respecto. La Vía Verde del Guadiato no sale mal parada; todo hay que decirlo. Esperamos corroborarlo al final de la jornada.

De repente y sin avisar,  el castillo de Belmez nos asalta como un ladrón de panorámicas a la salida de una trinchera. No podemos apartar la vista de su imponente silueta. También me acuerdo de las bestias y hombres que tuvieron que transportar los materiales de construcción desde la base del cerro hasta la cima. Toda una proeza.



Sin dar pedales llegamos a un viaduacto metálico que salva la N-432 y nos detenemos en la antigua estación de Belmez-ermita, ya en el casco urbano de la histórica población cordobesa. Actualmente es la piscina municipal. Accedemos a su interior y comprobamos que el edificio ha sido transformado en un bar-restaurante donde se celebran bodas y comuniones. Lugareños y visitantes se mezclan en este lugar, los primeros para tomar la primera copa del día, los segundos para reponer fuerzas que les permitan llegar a  Peñarroya-Pueblonuevo o Camaras-Altas, según tomen la Vía Verde en sentido de ida o de vuelta.


Tras tomar un merecido refrigerio en la estación nos dirigimos a una graciosa caseta de tren anexa a juego con la anterior. Allí se ha instalado un punto de información turística para visitantes donde encontramos folletos sobre dónde comer, dónde dormir o qué ver en este paraíso.

Una vez fuera de la caseta, abandonamos momentáneamente las bicicletas en los aparcamientos acondicionados para tal fin y nos perdemos por las abigarradas calles de Belmez. Los extranjeros que deambulan por la villa se refugian del sol en las terrazas de los bares próximos al acceso del castillo. Con sus inseparables guías y sus mochilas gastadas parecen colegiales esperando embarcarse en la  próxima travesura.


La ascensión al castillo se hace larga y penosa. Tras haber sofocado el motín de cansancio de  lo niños a mitad de subida logramos coronar. El esfuerzo ha merecido la pena: las vistas son espectaculares. Toda la belleza e inmensidad del Valle del Guadiato se ponen al alcance de nuestros ojos. La brisa del mediodía refresca nuestros cuerpos macerados por el calor y el esfuerzo. Un sentimiento de envidia hacia los seres alados se apodera de mi mente.

El descenso es agradable y rápido. Ya en la estación, recogemos nuestras monturas y tomamos la Vía Verde de "La Maquinilla", ramal que conecta con la Vía Verde del Guadiato para llevarnos a Peñarroya-Pueblonuevo. En otro tiempo fue un ferrocarril minero que conectaba todas las instalaciones que la SMMP y más tarde ENCASUR tenía en la zona, desde la mina Cabeza de Vaca hasta El Porvenir de la Industria. Hoy en día, el programa vía verdes solo ha podido salvar el tramo que une los núcleos mineros por excelencia de la cuenca, Peñarroya-Pueblonuevo y Belmez. Las canteras a cielo abierto han mutilado parte del trazado, insaciables bocas que engullen sin piedad pasado, presente y futuro.


Nada más salir de Belmez el paisaje trilero juega con los colores. En un kilómetro pasamos del verde   bosque mediterráneo al  amarillo de los pastos para ganado y al negro de los pozos mineros. El castillo de Belmez ejerce de anfitrión en este banquete de contrastes.


En lontananza un macizo oscuro de proporciones ciclópeas capta toda mi atención. Parece una ola gigante dispuesta a tragarse todo el progreso y a nosotros con él. A su lado, los paneles informativos indican que estamos ante la escombrera de la Mina Antolín, que en su día fue considerado el pozo de carbón más productivo y carismático de toda la cuenca minera del Guadiato (1904-1955).


Un poco más adelante y pegado a él aparecen el primer arrabal de Peñarroya-Pueblonuevo, con el mismo nombre que el pozo. Atravesamos un polígono industrial y nada más salir del él tropezamos con una zona verde extensísima, repleta de lagos, lagunas y arroyos. Aquí lo llaman el "Barranco de la Ana". En otro tiempo las sociedades mineras, como niños malcriados, jugaban a hacer agujeros de playa durante la I Guerra Mundial, agujeros que después abandonaban porque en este país nadie les enseñó que la habitación debía dejarse recogida después de jugar ... a hacerse rico. Hoy en día ha sido transformado en un magnífico  parque periurbano, el cual, aunque algo descuidado, sirve de refugio para los usuarios de la Vía Verde y como lugar de esparcimiento para la gente del lugar. El hombre siempre maniqueo, es capaz de hacer de un vergel en un basurero y al revés.


Son las 3 de la tarde. Los niños tienen hambre y decidimos almorzar en un mirador que ha sido construido sobre un pozo llamado nº 3. Las vistas panorámicas que desde allí se contemplan pierden todo su sentido al comprobar en los paneles informativos que lo que  hoy es una  atalaya turística en otro tiempo fue una tumba para más de 40 mineros a lo largo de la historia.

Almorzamos algo pensativos y ensimismados por la tragedia humana vivida bajo nuestros pies. Tras reponer fuerzas ponemos rumbo hacia el enésimo pozo minero, "La Montera", que nos da la bienvenida con  su vivo color.  Empiezo a plantearme seriamente si lo que pisamos es tierra firme o si, por el contrario,  es queso gruyer.


A lo lejos, a la derecha del mirador, se dibuja  frente a nosotros la osamenta de lo que en su día fue el complejo fabril más importante del Sur de España. Sus orgullosas chimeneas se resisten a caer, empedernidas ellas, fecundas de aire limpio ya, pero siempre alerta, como centinelas en guardia por si el humo decidiese volver.



Al margen de la tristeza y soledad que se repira en su interior, el cerco industrial de la SMMP necesitaría de una visita monográfica de varios días. No entiendo mucho de esto pero pienso que los arquitectos de toda España deberían pasarse por aquí para aprender un poco. Por resumir, y quedándome muy corto, destacaría de entre todos estos templos del progreso la antigua fundición de Plomo, con sus arquerías y bóvedas de crucería de ladrillo y el Almacén central, auténtica catedral de hierro del proletariado nacional. Solo el coste de restauración de éste último (4 millones de euros) demuestra que será necesario algo más que buenas intenciones para recuperar todo este inmenso patrimonio.


La Vía Verde de La Maquinilla, que atraviesa El Cerco de Norte a Sur,  termina en el primitivo Pozo "Santa Rosa", a juzgar por su original castillete de madera (se cerró en 1933).  El pozo hoy es un Centro de Interpretación de la minería. Los turistas, procedentes de lejanos puntos de Andalucía y España , se arremolinan para bajar a la mina. Muchos han venido desde Puertollano por medio del tren turístico. Lo que en su día fuera una de las actividades humanas más duras y peligrosas hoy en día es objeto de visita cultural. El polvo de carbón, el pico, la pala y el gas grisú de antaño han sido sustituidos por protectores solares, gorritas, riñoneras y aire acondicionado. La auténtica "mina" es el turismo.

El precio de la entrada al Centro de Interpretación incluye una visita guiada por el "Cerco" y el "Barrio francés" de Peñarroya-Pueblonuevo. Pagamos la entrada sin dudarlo. Los niños, con los papeles cambiados, aguantan por un rato a sus padres infantiles en esta  apasionante viaje por la historia de la revolución (La Segunda, aunque algunos autores dicen que solo hubo una) industrial en España. Sin embargo, el mundo al revés duró poco. Nada más poner el pie sobre el pintoresco Barrio francés nuestros niños reclaman su papel como solo un niño puede hacerlo, llorando, gimiendo, deteniéndose y peleándose con su hermano.  Decidimos, como padres, no como niños, volver a casa.

Ya en la estación de Autobuses compramos billete de vuelta a Cámaras Altas. Son las 7 de la tarde y el autobús no sale hasta las 8. Aprovechamos la espera para tomar unos dulces y un café en las terrazas de un parque próximo llamado "El llano". Allí, grupos de turistas sentados en mesas vecinas comentan, cual partido de fútbol, las mejores jugadas turísticas del día.


De vuelta a la estación contemplamos el majestuoso edificio que la SMMP contruyó como sede de su actividades administrativas y como escaparate de su poder.

Subimos al autobús derrengados pero satisfechos, con la promesa de volver algún día, quizá cuando se amplíe la Vía Verde hasta Fuente-Obejuna en 2020.

Nota: Algunas las fotografías del montaje relacionadas con las vias verdes del han sido tomadas en la Vía Verde del Aceite. Todo lo demás es real... o tiene que serlo... algún día.
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domingo, 22 de mayo de 2011

La lista de la vida


Horario ferrocarril Peñarroya-Puertollano 1948 (José Antonio Torquemada)

Si un extraterrestre viniera de visita a la tierra y tuviese que explicar de vuelta a su planeta nuestra manera de ser, la característica que más destacaría en los terrícolas sería su afición por las listas. Admitámoslo. Tenemos una necesidad casi enfermiza por cuantificarlo y medirlo todo. La lista es el valor absoluto.

Nuestros equipos y deportistas favoritos adquieren relevancia en función de una clasificación local, regional, nacional o mundial. Tememos aparecer en la lista de países de segunda categoría. Odiamos las listas negras y que nuestro nombre aparezca en alguna de ellas. Listas de admitidos, listas de no admitidos, listas de parados, listas de la compra, listas de blogs, listas de amigos en nuestra red social, también listas (mentales) de enemigos.

No existe un solo día de nuestra insignificante vida en que no elaboremos o consultemos una lista. Por ejemplo, hoy domingo votaremos una lista de candidatos. Sin embargo, eso ocurre cada 4 años. No es suficiente para avalar la teoría. Pero seguro que ayer miramos la tele para conocer el conjunto de equipos que descendieron a Segunda división en fútbol, así como los que ascencieron. O quizás veremos si Fernando Alonso acaba el primero de una lista de 20 pilotos en el G.P. de España. Hoy Domingo, es el día elegido por los informativos de cualquier cadena de TV para divulgar estúpidos estudios del tipo ¿Cómo besan los españoles y las españolas? ¿Qué puesto ocupa España en el ranking europeo de coitos anual? ¿Cuántos cubatas se bebe un menor en una noche? ¿Qué tipo de bebida? ¿whisky, ron, ginebra...? ¿Qué preferimos hacer los españoles en nuestro tiempo libre? Todos con su lista adjunta correspodiente. Incluso ahora, en esta enumeración de sandeces, estoy elaborando una lista.
Estamos condenados a formar parte de alguna lista desde nuestro nacimiento. Aunque no queramos. Asumiendo esta realidad como inevitable y dado que éste es un blog con vocación ferroviaria, será lógico pensar que nuestros caminos de hierro también tendrán su sitio en alguna clasificación.

La Fundación de Ferrocarriles Españoles ha editado el libro titulado "Historia de los ferrocarriles de vía estrecha de España" (Miguel Muñoz Rubio) volumen II. Además de dedicar un capítulo específico a nuestro ferrocarril de vía estrecha (el autor del capítulo se basa en estudios realizados por el ilustre miembro de nuestra Asociación, José Antonio Torquemada), el estudio incluye decenas de listas en las que se analizan todos y cada uno de los ferrocarriles de vía estrecha de España, en sus aspectos económicos, laborales, técnicos y/o físicos. Los que existen y los que no.

Como decía Rafael Guerra, "hay gente pa tó". Encontramos personas que dedican toda su vida a estudiar el ferrocarril desde todos los puntos de vista. La culminación de su trabajo desembocará necesariamente en alguna lista.

A continuación, expongo a la lista de seguidores de este blog una lista de ítems donde el ferrocarril Peñarroya-Puertollano ocupa un lugar más o menos destacado. Y en el caso que sigan interesados en el asunto, también pueden añadir este libro a la lista de pedidos que la tienda virtual de la Fundación de Ferrocarriles Españoles tiene en la web.

- Velocidad máxima y mínima:

Tren saliendo de Pueblonuevo del Terrible (José Antonio Torquemada)

- Velocidad máxima alcanzada en la línea: 30 Km./h. Tramo Puertollano-San Quintín. Año 1956.
- Velocidad mínima alcanzada en la línea: 12 Km./h. Tramo Puertollano-San Quintín. Año 1912.

Es decir, desde 1912 hasta 1956 los avances tecnológicos permitieron casi triplicar la velocidad máxima en la vía hasta alcanzar unos pírricos 30 Km/h. En el tramo que va desde Peñarroya hasta Puertollano la velocidad máxima era aún menor: 27 Km/hora en 1956. Un ciclista que circule por la futura Vía Verde que se construirá sobre esta línea podría alcanzar más velocidad que la propia locomotora.

- Consejeros e ingenieros españoles de las empresas ferroviarias extranjeras en España:

Álvaro Figueroa Torres (Conde de Romanones). Consejero en 1920.
Ahí es nada. Todo un Presidente del Gobierno del país era accionista de la SMMP, ocupando puestos de alta responsabilidad en la empresa. Por tanto, conocía la existencia del Valle del Guadiato. Claro que, todo hay que decirlo, era solo en su propio beneficio. Lo que yo daría por que Zapatero y Rajoy  supieran situar la comarca del Guadiato en el mapa nacional, aunque solo fuera por interés electoral.

- Relación de líneas de ancho inferior al normal electrificadas:

Locomotora eléctrica Puertollano-Conquista (José Antonio Torquemada)


Cuarto puesto.

El ferrocarril Peñarroya-Puertollano tenía 55 Km. de su línea electrificados, por detrás del ferrocarril de Irati (58 km.), el ferrocarril Vitoria-Estella (139 Km.) y los Ferrocarriles Vascongados (142 Km.).

Dado lo áspero del trazado entre las poblaciones de Puertollano y Conquista, "con rampas de hasta 35 milésimas" (Francisco de los Cobos Arteaga) se hizo necesario electrificar este tramo, con el objeto de acumular "suficiente fuerza de arrastre".

- Líneas con mayor número de viaductos:

Viaducto del Horcajo (José Antonio Torquemada)


Undécimo puesto a nivel nacional, con 31.
Aunque los datos son de 1949 y teniendo en cuenta la imparable tendencia al cierre de éstas y otras líneas de ferrocarril en España desde los años setenta del pasado siglo podemos inferir sin miedo a equivocarnos que nuestra futura vía verde seguirá manteniendo ese puesto el día que se construya.

- Líneas con mayor número de pasos a nivel:

Locomotora n°1 sobre paso a nivel de la estación de Pueblonuevo del Terrible (José Antonio Torquemada)


Cuarto puesto, con 278 (1949).

Hoy en día, este aspecto esta considerado una desventaja para la competitividad de cualquier ferrocarril, si tenemos en cuenta que en estos puntos hay que pasar a una velocidad reducida. Sin ir más lejos, las vías del AVE no tienen pasos a nivel. Probablemente ésta fue, junto a otras, una de las razones planteadas para cerrar el "P-P", como era conocido popularmente.

- Cronología de las Compañías ferroviarias de vía estrecha en Andalucía:

Quinto puesto (1895), tras el ferrocarril de Riotinto-Huelva (1865), el ferrocarril Buitrón a San Juan del Puerto (1865-68), el Tharsis-Odiel (1868) y el ferrocarril de Alhamilla (1894).

Tristemente, puede observarse cómo eran las mercancías (en este caso minerales) y no las personas las que impulsaban la construcción de ferrocarriles. La expresión "interés social" se inventó 30 años después. No hablemos, entonces, del tiempo que tardó en aplicacarse en éste y en otros ámbitos.

- Longitud:

Trazado del ferrocarril Fuente del Arco-Peñarroya-Puertollano (Francisco de los Cobos Arteaga)

Segundo puesto, con 244 Km. tras el famoso ferrocarril de "La Robla" (335 Km.). Éste último tiene el honor de ser, actualmente, el más largo de Europa Occidental.

- Presente y futuro:


I marcha reivindicativa por la vía verde del Guadiato (Pedro Calzado)
 
El trazado ferroviario Peñarroya-Puertollano aspira a ser la tercera Vía Verde de la provincia de Córdoba y la vigésimosegunda de Andalucía. Que aparezcamos en esta  lista depende de nosotros, la sociedad civil del Guadiato.

El listado de socios de la Asociación "La Maquinilla" no descansará hasta conseguir que este histórico ferrocarril pase de la lista de espera del olvido a  lista nacional de vías verdes.

¿Te alistas?

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jueves, 19 de mayo de 2011

Recuerdo de una (la primera) aventura


 

La consecución de una Vía Verde para el Guadiato es un objetivo muy ambicioso, cuyo proceso tardará en culminar  años, incluso lustros. Sin embargo, pase lo que pase en el futuro, por encima del proyecto de vía verde se encuentran las maravillosas personas que conocí durante ese caminar, los espectaculares  paisajes que crucé, los sonidos y olores de la travesía. El simple hecho de permanecer unidos en torno a una idea llega a ser más importante que la propia idea, en una comarca donde todos hemos perdido alguna vez.

Dice el refranero budista que "lo importante no es el destino al que vayas. Lo importante es el camino". Suscribo totalmente estas palabras. Siento lástima por la gente que, en permanente búsqueda de su destino, nunca disfrutan del viaje que les lleva hasta él.

Este video, elaborado por el infatigable Carmelo Díaz, va dedicado a todos aquellos/as ciudadanos que creen en un mañana mejor para esta tierra, que se esfuerzan a diario por la supervivencia de nuestros valores y señas de identidad. Porque nada se hace solo si no lo hacemos nosotros, todos, juntos.
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domingo, 15 de mayo de 2011

90 amigos de la Vía Verde


Es cierto que el movimiento se demuestra andando, dice el refrán. En virtud de la ley física que establece que la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, la energía generada por ese movimiento debe provocar necesariamente cambios en un ámbito determinado.

En el nuestro, el de la Vía Verde del Guadiato, el movimiento ciudadano pretende eso precisamente, es decir, generar cambios duraderos en la mentalidad de las gentes de nuestro entorno próximo y lejano, cambios que más tarde nos permitan transformar, a su vez, el estado actual de las cosas.

El día 14 de Mayo, XIII día Nacional de las Vías verdes, es un día que todos recordaremos por ser testigo del primer movimiento popular serio para reivindicar la transformación de nuestras plataformas de ferrocarril en vía verde. 90 ciudadanos de diversa edad, población e ideología se dieron cita en la Piscina Municipal de Belmez (antigua estación de FEVE) para unirse a "La Maquinilla" en esta reclamación. A la llamada también respondieron asociaciones deportivas y culturales.


También era bonito encontrar representantes políticos de credos bien diferentes como lo son el PP y el PSOE (el Partido Andalucista tambien tuvo representación), trabajando hombro con hombro por un mismo objetivo, demostrando, una vez más que los grandes proyectos, ya sean locales o comarcales, están por encima de credos y convicciones. Sé que mañana volverán a la arena política como gladiadores en lucha por el voto del ciudadano. Sé que pasado mañana se subirán al caballo de la crítica frente a sus adversarios públicos de acuerdo con su idea de municipio, comarca y/o país. Sin embargo, me queda la tranquilidad de que, gane quien gane, la vía verde del Guadiato también avanzará. Debo reconocer con justicia que nuestras autoridades, impartieron ayer una enorme lección de civismo. Les felicito, por tanto, por ello.

Ya en el camino, sobre nuestra futura vía verde, pienso que todos aprendimos mucho. Cada grupo de 3, 4, 5 personas se convertía en una mesa redonda móvil en la que, paso a paso, tropezón a tropezón, salto de valla a salto de valla, se trataba la Vía Verde del Guadiato como tema monográfico. El cómo, el cuándo y el por qué surcaban las dehesas, campos de cereal y cotos cinegéticos en una letanía sin fin, retroalimentada por esperanzas y temores.

Los alegres alumnos del IES José Alcántara de Belmez amenizaban el viaje con sus chanzas, bromas, juegos y carreras. Felices e inconscientes en un mundo de adultos, no saben que acabarán heredando el proyecto, algún día. Son 47 km. de vía cuya transformación en camino verde puede llevar a la lucha a varias generaciones.


El camino también sirvió para constatar que FEVE, empresa pública que gestiona la vía estrecha, trocea y vende todo este patrimonio a particulares, en una ignominiosa subasta de mercadillo que no es otra cosa que un expolio del Estado a sus propios ciudadanos. La plataforma atraviesa o es lindero entre fincas privadas con intereses cinegéticos en su mayoría. Los dueños de las mismas se apropian ilegalmente de tramos de la vía o la compran a FEVE en el mejor de los casos, especulando con una más que probable revalorización futura, en el momento en que se desarrolle el proyecto de vía verde.


Como dice el experto y amigo del ferrocarril José Antonio Torquemada "vamos a tener que comprar el ferrocarril 2 veces: la primera, cuando en 1956 el Estado (Dirección de Explotación de Ferrocarriles por el Estado) compró con nuestro dinero todos los activos de este ferrocarril a la SMMP, constructora del mismo, y la segunda, en la actualidad, porque FEVE nos obliga a comprar de nuevo, también con dinero público, un patrimonio que es de todos para hacer una vía verde".

A la llegada a la estación de Cámaras Altas nos esperaba un frugal avituallamiento compuesto por bocadillo y refresco. Durante la parada, diversos participantes henchidos de entusiasmo, imaginaban que el edificio de carbonilla que les cobijaba del sol era un albergue para visitantes, mientras otro, sensato, le despertaba del sueño replicándole con algún comentario sacado de la tozuda realidad.

La vuelta se hizo penosamente, como no podía ser de otra manera, a través de un camino público cortado y alambrado para variar. El regreso no hizo sino poner de manifiesto las ventajas de la vía verde con respecto a otras vías de comunicación rural (cordeles, veredas, senderos y vías pecuarias) desde el punto de vista de la accesibilidad (menor desnivel, rutas más directas entre poblaciones). El Cuerpo de Protección Civil de Belmez facilitó enormente la asistencia al regreso, transportando a los damnificados por el esfuerzo y las altas temperaturas.

A la llegada no había regalos, obsequios ni premios que repartir. Nadie los pidió tampoco. Tan solo quedaba el recuerdo de esta fantástica convivencia entre amigos, familiares y compañeros alrededor de una idea. Tras los saludos y las promesas de repetir la experiencia en el año que viene todos volvieron silenciosamente a sus casas y pueblos de origen, con la sensación de que la Vía Verde del Guadiato estaba algo más hecha que ayer.

Hoy, primer día después de la marcha reivindicativa, pienso que la Asociación "La Maquinilla" no está sola en la lucha por sus reivindicaciones y me acuerdo con cariño de mi novia, de mi familia, mi perro y leales amigos, que me apoyan y sufren, a diario, con esta idea. Ellos son mi verdadero patrimonio.


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jueves, 5 de mayo de 2011

10 razones para una Vía Verde en el Guadiato


1.- Históricas: la industria minera y ferroviaria hoy en declive ha sido, desde siempre, nuestra principal seña de identidad. La construcción de una Vía Verde supondría recuperar nuestra memoria colectiva como ejemplo de superación para generaciones futuras y representaría un homenaje a todas aquellas personas, trabajadores y trabajadoras, que gastaron su vida en las entrañas, las fábricas y estaciones del Valle del Guadiato.

2.- Económicas: una vía verde genera puestos de trabajo, especialmente entre las personas más jóvenes (empresas de turismo activo, albergues, bares, restaurantes, casas rurales, hoteles ...).

3.- Turísticas: año tras año, fin de semana tras fin de semana, puente tras puente, las vías verdes son utilizadas por miles de visitantes, familias (padres, hijos, incluso abuelos) con nivel adquisitivo medio-alto que vienen a difrutar de nuestra gastronomía, nuestra cultura, nuestros paisajes, nuestros monumentos y, por supuesto, de nuestras gentes. La Vía Verde del Guadiato es un elemento indispensable para el desarrollo y sostenimietno de las incipientes infraestructuras turísticas de la zona (museos, centros de interpretación, observatorios, clubs naúticos...).

4.- Patrimoniales: las actividades extractivas, íntimamente relacionadas con las ferroviarias, produjeron durante su desarrollo toda una serie de instalaciones y edificios que hoy tienen un valor histórico y arquitectónico incalculable. No en vano, los castilletes, complejos fabriles y barriadas obreras forman parte importante del paisaje próximo a la Vía Verde, a juego con las coloridas casetas y estaciones de tren. La puesta en marcha de la vía verde del Guadiato permitiría poner en valor y conservar todo este inmenso  patrimonio minero-industrial único en España.

5.- Deportivas: la Vía Verde es un punto de encuentro para todo tipo de personas que quieren acercarse a la actividad física desde el punto de vista de la salud (ciclistas, senderistas, marchadores, corredores, caballistas). La escasa pendiente de los trazados ferroviarios (inferior al 3%) los convierte en un terreno ideal para practicar ejercicio físico en contacto con la naturaleza.

6.- Igualdad de oportunidades: las vías verdes tienen un 100% de accesibilidad para las personas discapacitas. Las ciudades y pueblos de nuestro entorno podrían disponer de un espacio idóneo para el uso y disfrute por personas de movilidad reducida (niños, ancianos, minusválidos).

7.- Medioambiantales y de sostenibilidad:  las vías verdes fomentan el uso de vehículos no motorizados (bicicletas, caballos, burros, mulas...) y, por tanto, no contaminantes.

8.- Cohesión del territorio: puesto que la Vía Verde del Guadiato conecta o pasa muy cerca de las poblaciones de Fuente-Obejuna, Los Blázquez, Valsequillo, La Granjuela, Peñarroya-Pueblonuevo,  Belmez, Villanueva del Rey y Espiel, ésta sería una excelente vía de comunicación para favorecer los intercambios culturales entre los diferentes municipios de la de la zona y el crecimiento de nuestra  identidad comarcal. Asimismo, potencia las relaciones intercomarcales (la Vía Verde continúa por el Valle de los Pedroches) e interregionales (la Vía Verde conecta con la Campiña Sur de Badajoz, hasta Fuente del Arco).

9.- Justicia social: el sur de la provincia de Córdoba cuenta ya con 2 vías verdes construidas sobre las plataformas de RENFE (Vía Verde de la Campiña y Vía Verde del Aceite). Este hecho suscita un agravio comparativo entre los ciudadanos del Norte y el Sur de la provincia. Si el Sur de Córdoba cuenta ya con dos vías verdes (en continua ampliación), el Norte de Córdoba también tiene derecho a disfrutar de este tipo de servicios.

10.- La pones tú. Si aún no te ha parecido suficiente ninguna de las anteriores, seguro que tienes alguna razón por la que ayudarnos a defender esta idea. El día 14 de MAYO se celebra el Día Nacional de las Vías Verdes. Todas las infraestructuras de este tipo en España se engalanan y asociaciones de diversa naturaleza organizan actividades para conmemorar este día tan señalado en el calendario. 

Con el objetivo de solicitar la transformación del antiguo trazado de FEVE en Vía Verde, ese mismo día la Asociación "La Maquinilla" organiza una marcha a pie por la antigua plataforma de FEVE desde la Piscina Municipal de Belmez (antigua estación FEVE) hasta la estación de Cámaras Altas. La salida queda fijada para las 9 de la mañana.

En total serán 14 kilómetros para demostrar a nuestras administraciones y a nosotros mismos que una Vía Verde en el Guadiato es posible.

Hace tiempo que no hacemos algo juntos. ¡¡¡Empecemos por la Vía Verde del Guadiato!!!


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lunes, 2 de mayo de 2011

Pensemos todos en verde



Definitivamente no corren buenos tiempos para dedicarse a la política. Como cantaba Radio Futura en la década de los 80 "hace falta valor, hace falta valor..." para ser político. El hastío de la población ante la falta de expectativas debidas a la crisis económica no han hecho sino socavar la imagen de todos nuestros representantes públicos, impotentes ante una situación verdaderamente excepcional en la historia. Tanto es así que desde el año 29 del pasado siglo no nos vemos en ninguna otra igual. Las instituciones públicas, auténticas rehenes de los mercados, se han visto arrastradas por una orgía de gasto sin precedentes instigada por las instituciones financieras.

Coleccionamos adjetivos descalificativos para referirnos a ellos y a su labor, sin importar partido ni ideología. Sin embargo y, aunque nos pese, los políticos son necesarios para construir una sociedad mejor que la que tenemos. De acuerdo con nuestro sistema democrático son ellos en quienes hemos depositado nuestra confianza para que resuelvan nuestros problemas globales y cotidianos.


Me parece algo cínica e injusta esa actitud de desprestigio permanente al servidor de lo público, especialmente cuando viene de aquellos que piensan que participar en la vida democrática de un país se reduce exclusivamente a votar cada 4 años, como si la democracia y todas las ventajas que ha traído consigo (libertad de expresión y asociación pilar fundamental) fuesen algo consustancial al ser humano. No señores, la democracia no nos ha venido de herencia desde los tiempos de Atenas, la democracia es una conquista. Mientras no se invente algo mejor, la democracia es el mayor nivel de madurez al que puede aspirar una sociedad.

Y dentro de ella, nuestros representantes tienen el deber, en primer lugar, de escuchar al ciudadano y, en segundo lugar, tratar de satisfacer, dentro de sus límites y capacidades, las necesidades de todos ellos.

La mayoría de los avances que se producen en cualquier sociedad se imponen desde abajo hacia arriba. Conozco a muy pocos políticos que han sido capaces de cambiar el estado de determinadas cosas sin que los ciudadanos se lo hayan exigido o sugerido previamente, a través de los medios de información y comunicación, manifestaciones, organizaciones, etc. Por esta razón consideramos déspota (de despotismo ilustrado) aquel líder que, sin consultar con su pueblo impone su visión de la realidad al resto, por muy nobles que sean sus intenciones.

Si los políticos todavía no han resuelto la cuestión de la Vía Verde del Guadiato es porque nadie, absolutamente nadie en esta comarca se lo ha sugerido. Callados y ensimismados, los ciudadanos del Guadiato permanecemos estancados en esa minoría de edad democrática que nos impide organizarnos para reclamar aquello en lo que creemos.

Para que nuestro proyecto de vía verde sea una realidad se tienen que dar dos condiciones:
1) ciudadanos críticos, debidamente informados e inconformistas, capaces de exigir a través de los resortes democráticos aquello que redunde en beneficio de todos.
2) gobernantes receptivos que escuchen a los primeros y trabajen por satisfacer esas demandas. 

Ambas condiciones son indivisibles. Y la primera, tiene que darse necesariamente antes que la segunda para avanzar en alguna dirección. La que sea. Lo vemos a diario en las noticias. El político cambia al son de lo que sus ciudadanos tocan y no al revés. ¿Por qué se han producido cambios democráticos en Túnez y Egipto? ¿Tal vez porque sus mandatarios se levantaron por la mañana y pensaron que la democracia era mejor que su régimen autoritario? ¿O tal vez porque cientos de miles, millones de ciudadanos se lo exigieron mediante manifestaciones y protestas?


Hablando en código local (comarcal), con nuestros gobernantes ocurre exactamente lo mismo. Ellos realmente quieren hacer bien su trabajo, pero somos nosotros, los ciudadanos, los que les votamos y los que no lo hicimos, quienes debemos guiarles en el camino de nuestras aspiraciones. Ellos solos no pueden. Nos necesitan, al igual que nosotros a ellos.

Para que nuestros líderes locales y comarcales se conciencien de la conveniencia de construir una Vía Verde en el Guadiato es necesario que antes los ciudadanos se lo hayamos recordado, a través de los medios legítimos de que disponemos en una democracia real: asociaciones, concentraciones, manifestaciones, marchas pacíficas, conferencias divulgativas, campañas de sensibilización, etc.


Al político se le vota para que gestione la voluntad de un pueblo, pero no se le vota para que piense por él.

Hagamos algo de autocrítica. Hace tan solo algunos meses, antes de organizar el Proyecto Camino del Guadiato y presentar la asociación "La Maquinilla" el común de los ciudadanos del Guadiato desconocía el concepto de vía verde. Y quedan todavía muchos que aún no lo saben. El hecho de que comience a sonar el proyecto de Vía Verde del Guadiato, o que hayamos adquirido algo de "conciencia social" sobre qué hacer con las antiguas plataformas ferroviarias, no nos da derecho a despreciar un trabajo que todavía nuestros mandatarios no han comenzado a desarrollar por puro desconocimiento.

Solo cuando, tras años de dedicación ciudadana al proyecto de vía verde, percibamos que nuestros gobernantes no nos acompañan nos habremos ganado el derecho a reprocharles su gestión en este ámbito.

Es época de elecciones. Estos son los primeros comicios municipales de toda la democracia en que algunos partidos políticos locales contemplan en sus programas la  intención de ejecutar el proyecto de vía verde al paso por su término municipal. No es casual. Este pequeño paso se ha dado porque existe un pueblo que sabe reclamar y un grupo de políticos que saben escuchar.

Como decía Winston Churchill, esto es solo el fin del principio de la lucha por la consecución de la vía verde, pero creo que vamos, votantes y políticos, en la buena dirección. Mucha suerte para todos.


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