jueves, 21 de abril de 2022

LA MAQUINILLA ADQUIERE UN SACO DE ABONOS PEÑARROYA DE 1940

 




Es lo que tiene internet.  Esta herramienta, bien utilizada, ha permitido a nuestra  voz  llegar muy alto y muy lejos, tanto como para  transformar las promesas incumplidas de nuestras administraciones en realidades palpables. Pero también ha acelerado, por ejemplo, la conexión de coleccionistas aficionados y por consiguiente  el intercambio  y  venta de objetos que nuestros abuelos desechaban  por utilitarios pero  que hoy apreciamos por su valor histórico. Es así como se ha  creado  un inmenso, alegal y caro mercado persa de piezas y documentos  que sin tener certificado  oficial o arqueológico si pueden ser considerados  únicos o relevantes para una comunidad o municipio.

De este gusto por el  fetichismo en red  lógicamente no escapan  asociaciones como  La Maquinilla, siempre a la búsqueda  de más y mejores elementos de origen industrial y ferroviario de nuestra tierra que, una vez ubicados en su verdadero contexto,  permiten  explicar la historia  y el carácter de nuestro territorio. Y es que contar la historia  por medio de un libro o  en una ruta guiada está muy bien, pero hacerlo a través de un objeto de época o de un paisaje adecuadamente recuperado (como la vía verde) lleva a quienes nos visitan a un nivel superior de disfrute y comprensión.

Cada año nuestro colectivo destina  un porcentaje  mayor de su  presupuesto anual a  la adquisición  de objetos de indudable  valor cultural y  etnográfico para nuestra tierra, siendo víctima propiciatoria y consciente  de especuladores  virtuales y reales, que conscientes de la escasez de estos  objetos  hacen su Agosto a costa de nobles causas como la nuestra.

Papelera y Yutera, en los años 60 del siglo XX

Si el año pasado informamos de la adquisición de cuatro placas ferroviarias de trenes de la vía estrecha o de embalajes metálicos para el transporte de productos químicos por ferrocarril en esta ocasión queremos anunciar la compra de un saco original de yute de la marca Abonos Peñarroya S.A. destinado al almacenamiento de sulfato de cobre.  Aunque la valija, que data de los años 40 del siglo XX, está bastante deteriorada conserva detalles que lo hacen especial como el popular logo de la marca, las iniciales Y.P. como señal inequívoca de que fue fabricado en la nave Yutera  para la SMMP.

Para aquellos jóvenes con curiosidad o poco iniciados en estos asuntos comentamos que los sacos empezaron a ser fabricados por la SMMP en 1917 junto a otros productos  de papel en el segundo cerco industrial, hoy complejo Eiffel. Como saben por otras publicaciones anteriores estas fábricas fueron erigidas para rentabilizar la masa forestal de la inmensa finca La Garganta, ubicada en Ciudad Real, e incluida en el paquete de compra de otra empresa extranjera dueña de las minas del Soldado y las propias minas de plomo de la Garganta. El objetivo era cerrar el círculo virtuoso de extracción de materias primas, fabricación y almacenaje de los productos elaborados  que tanto éxito dio a esta multinacional. Posteriormente, en 1928,  tras no satisfacer sus expectativas iniciales, la SMMP  vende dichas  fábricas  al consorcio vasco Papelera Española, que crea Papelera del Sur. No obstante, ésta mantuvo la gerencia y el personal técnico de origen francés hasta su cierre en 1968. Los sacos producidos allí eran utilizados  para el almacenaje y transporte de los abonos inorgánicos  producidos en el Cerco Industrial (sulfato de cobre, sulfato de hierro, sulfato de amonio, superfosfatos, etc.).

   

Anuncio de abonos y superfosfatos Peñarroya diseñado por el famoso
cartelista italiano Leonetto Captiello

El saco recuperado, que ya forma parte de la colección particular de La Maquinilla, fue adquirido a un coleccionista de Gerona. Actualmente es el único ejemplar conocido de este tipo  hasta la fecha que se conserva, lo que lo convierte en  una joya etnográfica de Peñarroya-Pueblonuevo con un valor muy por encima del precio pagado por él: algo más de 100 Euros.

Dicho saco, al que se le ha buscado un adecuado dispositivo de conservación, puede ser admirado en el Centro de Interpretación de la Vía Verde del Guadiato y Los Pedroches a la espera de que en un futuro no muy lejano podamos crear un centro de interpretación del Cerco Industrial de Peñarroya, una infraestructura en la que ya estamos trabajando de cara al futuro.

¡Viva el fetichismo útil y pedadógico!

Desde aquí y aprovechando esta buena nueva, volvemos a recordar a los ciudadanos de la comarca que tienen material histórico relacionado con este o u otros  ferrocarriles de la zona  que la casa de uno nunca debe ser el lugar donde exponer un patrimonio que es de todos sino que deben descansar en aquellas instituciones culturales y/o filantrópicas que promueven su conocimiento y preservación para futuras generaciones.


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