Hace un año, por estas
fechas, anunciábamos una serie de actividades conmemorativas de los 150 años de
la llegada del ferrocarril a la cuenca del Guadiato, que culminan ahora con la
publicación del libro “150 años de ferrocarril en Belmez”, con el que se
pretende hacer un repaso de la historia de las cinco líneas férreas que recorrieron
la comarca.
En los últimos años se
han publicados libros que tratan de cada una de ellas, pero esta obra pretende
añadir más información y datos que quedaron fuera de esos libros.
Para llevar carbón a los
centros de consumo, en 1868 se abrió la línea de Almorchón a Belmez y cinco
años después la de Belmez a Córdoba.
Por la necesidad de
transportar el carbón desde las minas a los lavaderos y estaciones se construyó
en 1887 el ferrocarril minero a Santa Elisa, origen del que años después se
conocería como La Maquinilla, desde Cabeza de Vaca, en Belmez, hasta El
Porvenir de la Industria, en Fuente Obejuna, pasando por el Cerco Industrial de
Peñarroya.
En 1895, la SMMP
construyó la línea de vía estrecha desde Fuente del Arco, para el suministro de
mineral de plomo a la Fundición de Peñarroya. Al mismo tiempo esta sociedad
construía una línea de Puertollano hasta San Quintín, por lo que se propuso la
unión de Puertollano con Peñarroya con un ferrocarril de ancho métrico, lo que
se consiguió finalmente en 1927.
El ferrocarril en sí
mismo y las relaciones entre las compañías propietarias (SMMP, MZA y
Ferrocarriles Andaluces) influyeron decisivamente en la economía y la sociedad
de la cuenca minera durante décadas, dedicando este libro varios capítulos
tanto a las vicisitudes surgidas en la construcción de las líneas, como a
diversos aspectos directamente relacionados con el ferrocarril en sus primeros
años: relaciones económicas, urbanismo, comunicaciones, política, movimiento obrero,
etc.
Una de las novedades del libro: Ofrecer en color imágenes que hasta ahora solo se conocían en blanco y negro |
Como no puede ser de
otro modo, también se ocupa de describir cómo evolucionaron los viajes en tren
a lo largo de estos 150 años, con numerosos testimonios de sus usuarios,
analizando los recorridos, los tiempos que se invertían en estos viajes, los
trenes utilizados y las tribulaciones de los viajeros.
La nacionalización de
las líneas supuso un cambió en la gestión de las líneas y una relativa mejora
en los trenes, pero no acabó con los problemas que tenían desde hacía años,
dedicándose varios capítulos a repasar esta evolución en la segunda mitad del
siglo XX y la decadencia del transporte por ferrocarril.
Un capítulo se dedica
exclusivamente a las estaciones y casetas. Otro, al transporte por carretera,
su evolución y su relación con el transporte ferroviario. Y otro, al uso que en
esta comarca se dio al ferrocarril durante la sublevación cantonalista de 1873,
la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil.
Aspectos tan variados como
el ocio (ferias, fútbol, toros, etc.), el comercio de todo tipo de productos y
la sanidad, también tienen sus correspondientes apartados, sin olvidar el
transporte de productos agrícolas y ganaderos.
Por último, se explica
el cómo y el porqué del cierre de estos ferrocarriles y el uso final de la
línea Almorchón-Belmez-Córdoba como tren del carbón.
En sus casi doscientas
páginas se recopilan más de trescientas fotografías y documentos que, sin duda,
hacen muy didáctico su contenido y más apetecible su lectura.
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