Una chimenea abandonada durante
50 años y construida hace más de 100,
más que como monumento, se comporta como un ser vivo: nació, creció y trabajó junto a nuestros antepasados durante medio
siglo alcanzando su jubilación allá por el año 1969 y como es normal en los seres animados, está
envejeciendo por natural obligación.
Sin embargo, la suerte que ha
tenido nuestra chimenea con respecto a las 8 restantes y también con respecto a los humanos que la admiramos es la posibilidad de alargar
su vida mucho más allá de lo útil gracias a ciertas operaciones, la mayoría
relacionadas con la traumatología y la estética.
De todas ellas, la intervención más
importante y compleja desde el punto de vista técnico es la instalación de
zunchos en su corona. Para los iniciados aclaramos que un zuncho es una abrazadera
metálica que sirve para apretar, asegurar elementos constructivos en ruinas.
Los más observadores o paseantes de los Cercos se habrán
percatado de la existencia de una chimenea, concretamente la de los hornos de Cock, que luce una decena de estos elementos. Efectivamente,
esta chimenea fue atirantada por la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya en
1955 para evitar su desplome, no por un defecto de construcción, sino por la
acción de un potente rayo que unos años antes provocó una grieta en la corona.
Dicha grieta fue extendiéndose en sentido
longitudinal hasta comprometer con el tiempo la propia estabilidad de la misma.
Los estudios realizados por la
arquitecta responsable del proyecto de restauración, Isabel Payer han detectado
la existencia de un anillo metálico previo
que no era perceptible desde el suelo, pero si a vista de dron. Éste se
encuentra concretamente sobre el pebetero, el más simple y bajo de los ornamentos que servía para evitar el manchado
de hollín de la chimenea durante los días de lluvia. Este resto arqueológico,
unido a las argollas colocadas en sentido longitudinal evidencian que era muy frecuente la acción de los rayos sobre ella que debilitaron su estructura
en un momento de su historia y que sugirieron la instalación de un pararrayos,
hoy desaparecido.
Los trabajos de reparación,
entonces, pasan por la recuperación del zuncho original para que continúe
ejerciendo su misión de sostén y la colocación de otros dos sobre el anterior,
con el objetivo de imprimir consistencia a la corona y facilitar los
posteriores trabajos de rellenado de grietas y limpieza del fuste.
Aquí os presentamos las imágenes de
la fabricación de estos aros gigantes de
metal que a buen seguro alargarán la vida de nuestra chimenea por otros 50
años. Tienen un diámetro de 2,55m. lo que ofrece una idea de las dimensiones de
esta vieja amiga de nuestro paisaje cotidiano.
Nuevas técnicas, viejos remedios. Nuestras chimeneas
se mantienen hoy en pie aplicando las mismas soluciones aunque
con métodos menos artesanales.
|
La empresa que se ha ofrecido a
fabricarlos ha sido Talleres y Montajes
Calvo, en la vecina localidad Belmez. Desde este medio de comunicación agradecemos su gran profesionalidad y su
colaboración en este proyecto histórico.
Como saben, nuestro colectivo siempre
ha apostado en el valor de la gente del
Valle del Guadiato para sacar adelante nuestros proyectos, con notable éxito,, por cierto;
por ello, en el tema de los anillos no podíamos hacer una excepción.
El tamaño, una cuestión de perspectiva. El espacio abarcado
por el anillo en el que caben varias personas dan una idea
de lo colosal de estas construcciones
|
Y es que una vez más queremos
demostrar que en nuestros pueblos hay grandes personas que quieren ayudar,
buenos profesionales que saben hacer su
trabajo y, sobre todo, grandes conciudadanos que ponen todo su cariño para mejorar nuestro
bienestar, en este caso, cultural y estético.
La climatología decidirá el
momento de la obras de nuestra chimenea. Mientras tanto, disfrutemos, una vez
más, de la buena voluntad de algunos de
los seres humanos que aquí viven para
construir un entorno un poco mejor para todos.
Detalle de la bisagras de un zuncho |
El anillo en la iconografía cristina es señal de compromiso eterno entre personas. Para nosotros los dos anillos gigantes de acero para nuestra chimenea representan la promesa de que, algún día, todas las chimeneas de Peñarroya-Pueblonuevo den el salto de la protección legal a la protección real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario