Hasta la fecha hemos destacado el valor cultural, sentimental o histórico de la Vía Verde de La Maquinilla, pero muy pocas veces hemos aludido a su importancia desde el punto de la flora o la fauna autóctona. La degradación de los terrenos por los que discurre debido a décadas de actividad minera en sus proximidades, el elevado número de pozos y de explotaciones agrícolas que se asoman a la plataforma no han ayudado precisamente, a construir una imagen de naturaleza en este territorio.
Sin embargo, la Vía Verde de La Maquinilla es, pese a todos estos condicionantes, un corredor rodeado de vida. Las numerosas charcas y lagos artificiales, las zonas de dehesa de algunos tramos y los espacios reforestados (parque periurbano de Peñarroya-Pueblonuevo) desde hace años han ido creando un frágil ecosistema que debemos mantener y/o ampliar entre todos en el futuro.
El éxito en el sostenimiento de este microcosmos de vida insertado entre seres humanos no depende tanto de su propia capacidad de regeneración como de la actitud de los ciudadanos que conviven junto a ella. Como en todo, la educación formal y no formal es la base de este cambio de mentalidad. En este sentido, el IES José Alcántara de Belmez lleva una larga trayectoria en la educación y concienciación de los adolescentes mediante la organización de talleres, actividades escolares y extraescolares relacionadas con el patrimonio natural, histórico y cultural de la zona.
La última de estas iniciativas ha sido la organización de un taller de casas-nido en colaboración con Área Forestal las Monteras, con sede en Peñarroya-Pueblonuevo, a través de la asignatura Proyecto Integrado.
El objetivo principal del mismo ha sido fomentar la cultura medioambiental entre los jóvenes de este municipio y crear una red de apoyo a la avifauna de la Vía Verde. Rafael Bellido, técnico forestal del área Las Monteras, como promotor de esta idea, ha coordinado en todo momento los trabajos de los niños, impartiendo charlas, repartiendo el material educativo con el que han sido elaboradas.
Asimismo, Rafael ha donado al Centro Educativo diversas herramientas para instalar en las copas de los árboles las casas nido lejos del alcance de los principales depredadores, es decir, los seres humanos de la zona, así como diversos formatos de comederos para pájaros.
Al margen de los innegables beneficios educativos que reporta este programa de trabajo a los futuros ciudadanos de este municipio, no podemos olvidar la satisfacción de una demanda en alza, la de los aficionados a la observación de aves autóctonas, cuyo número crece exponencialmente cada año a nivel nacional. También para los amantes de las aves migratorias: aunque la Vía Verde se encuentra alejada varios kilómetros de la zona ZEPA, sus lagunas y lagos artificaiales suelen ser descansaderos de apoyo a ésta en el largo viaje que las lleva desde el Norte de Europa hasta África y viveversa.
Todo sea por hacer que la Vía Verde de La Maquinilla sea una ruta versátil y adaptada a los gustos y necesidades de cada ciudadano, de cada especie.
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