Fuente: miciudadreal.es
Lo que hasta hace casi cincuenta años era la unión ferroviaria entre
Castilla y Andalucía hoy se ha convertido en la vía verde del carbón y
la plata en un tramo de quince kilómetros entre Puertollano y la
estación de Cabezarrubias gracias al tesón del Club Caminos y Cañadas y
el apoyo del Ayuntamiento que adquirió los terrenos necesarios para su
acondicionamiento.
La de ayer fue una emotiva jornada que comenzó con niebla y acabó con una mañana soleada en las cercanías de la Dehesa Boyal. Fue una fecha muy importante para el sector del ocio y el turismo que ha marcado la apertura de esta vía natural que vertebrará y diversificará la oferta turística de esta ciudad. Al acto asistió la alcaldesa de Puertollano, Mayte Fernández; los alcaldes de Cabezarrubias y Argamasilla de Calatrava, Antonio Moreno y Jacinta Monroy; el diputado provincial, Antonio Rodríguez y dos centenares de componentes de Caminos y Cañadas que recorrieron en bicicleta los cuatro kilómetros del carril bici entre Puertollano y el puente de Cañadillas.
Recuerdo a Alberto Manzanares
Una puesta de largo que ha coincidido con
el descubrimiento de un monolito dedicado a la memoria de todos los
ciclistas, especialmente de Alberto Manzanares, ciclista que había
acudido a las inmediaciones de la junta entre los ríos Fresnedas y
Montoro para contemplar el paso de la Vuelta a España y falleció a los
25 años a consecuencia de un accidente en septiembre del 2006. Su padre,
David Manzanares, ha acudido a la inauguración de este monumento que
también está dedicado “a todos los ciclistas que llegaron a su meta”.
La vía verde forma parte de la red de la Fundación de Ferrocarriles
Españoles, que podría ser de las de mayor longitud de Europa con 225
kilómetros entre Puertollano y Fuente del Arco.
La alcaldesa Mayte Fernández recordó que en el primer encuentro con
el presidente de la Diputación, Nemesio de Lara, que mantuvo tras su
toma de posesión al frente del Ayuntamiento de Puertollano, los dos
creyeron en un proyecto factible para la diversificación y el desarrollo
económico de esta comarca. “Caminos y Cañadas nos hicieron ver la
potencia que tiene una vía verde, económica, social y medioambiental y
vamos a pedir la implicación de los Gobiernos regionales de Castilla-La
Mancha, Andalucía y Extremadura para completar la vía a toda su
extensión”.
Un sueño de 17 años de andadura
Para Juan Manuel Umbría, presidente de Caminos y Cañadas, se cumple
un sueño que se inició hace diecisiete años. “El recorrido no ha sido
fácil, pero el resultado ha merecido la pena y ya los cicloturistas y
senderistas pueden disfrutar de este entorno verde de gran riqueza
paisajística”.
La inicial falta de respuesta institucional sirvió de acicate para
que los voluntarios del club se pusieran manos a la obra en el sentido
estricto de la palabra y con la autorización de las distintas
administraciones comenzaran a realizar diversas tareas de desbroce de la
antigua vía para despejar la vegetación en un tramo de cuatro
kilómetros desde la Finca Navajitos a la estación de Cabezarrubias para
que pudiera acceder la maquinaria.
Explanación del terreno
En una segunda fase también han trabajado en el acondicionamiento de
parte del firme, con la retirada de las piedras, con el fin de crear un
sendero y facilitar su explanación, así como el extendido de tierra en
el tramo entre el puente Feve a la estación con un dumper y un camión.
“Han sido 44 años sin pasar nadie por allí. Que un proyecto de tantos
años de lucha sea una realidad y todo el mundo pueda disfrutarlo es una
enorme satisfacción y animamos a que cada uno persiga sus sueños, que en
ocasiones se hace realidad”, aseguraba Umbría.
De esta vía verde quedaría por ejecutar otro tramo entre la estación
de Cabezarrubias a la de Brazatortas-Alcudia, de nueve kilómetros, que
sería la unión definitiva de Puertollano con el Valle… Y desde ahí a
Minas del Horcajo con un recorrido de otros doce kilómetros, en donde
habría que buscar alternativas al itinerario dado que no se podría ir
por la antigua vía.
Terrenos adquiridos por el Ayuntamiento
También ha sido el sueño de Luis Miguel Ortiz, concejal de Medio
Ambiente, que ha puesto personal empeño en que esta iniciativa se
materializara tras superar un largo de recorrido de adquisiciones de
terrenos, apertura de vallas y buscar los recursos necesarios para su
acondicionamiento para que fuera un trayecto seguro y a la altura de una
vía verde.
En los últimos meses trabajadores de Planes de Empleo han realizado
tareas de ejecución de un puente para evitar inundaciones en el tramo de
Cabezarrubias y entrada a Navajitos, y también han instalado unos
singulares quitamiedos elaborados con restos de bicicletas recicladas.
En el último empujón al proyecto ha sido fundamental la colaboración
de la Diputación Provincial que ha permitido que su puesta en marcha se
agilizara con el acondicionamiento de varios tramos con maquinaria
pesada con la tierra procedente de uno de los antiguos puentes
ferroviarios de la mina La Manchega.
Una vía verde que continuará
Estos quince kilómetros son el primer paso, pero el objetivo es
continuar hacia el Valle en los terrenos adquiridos por el Ayuntamiento
de Puertollano, entre las estaciones de Cabezarrubias a Alcudia y puerto
Niefla y Minas del Horcajo, en los que si bien hay determinados tramos
que están vallados será necesario requerir su apertura o actuar de forma
subsidiaria.
La vía verde del Carbón y de la Plata, en su tramo inicial, discurre
durante 23 kilómetros por los Valles del Ojailén y Alcudia y se adentra
en Sierra Morena, tomando camino hacia la provincia de Córdoba. Fue
ferrocarril de vía estrecha entre Puertollano y Peñarroya por un
itinerario de 148 kilómetros, y entre Peñarroya y Fuente del Arco (68
km). Fue construido entre 1895 y 1927, y clausurado el 1 de agosto de
1970. Durante la inauguración de ayer, Manuel Sánchez León mostraba el
documento original de escrituras de constitución de la compañía que
explotó este ferrocarril, fechado en 1923.
Numerosas casas ferroviarias en pie
Desde su inicio en Puertollano, la ruta discurre por parajes de
bosque mediterráneo (encinas, jaras, madroños…). A lo largo del
recorrido se mantienen en pie numerosas casas de peones (algunas
perfectamente conservadas, incluso habitadas) que servían para alojar a
los trabajadores que realizaban el mantenimiento del trazado, así como
la estación de Cabezarrubias, de la que se conservan todos sus
edificaciones (estación, almacén, urinarios y casas).
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