Trasera del antiguo hospital de la SMMP (actual Centro de Salud)
Cuando hablamos de conservación histórica, pensamos en elementos materiales e inmateriales, pero nunca en aquello que tiene vida propia. Edificios civiles, edificios religiosos, complejos fabriles, castilletes, castillos, canciones, usos, costumbres, tradiciones son incorporados a la colección eternamente inacabada e inabarcable de elementos de “eso” que todos hemos convenido en llamar cultura de una zona obviando en este proceso asimilador elementos fundamentales como, por ejemplo, la vegetación. Si hay algún elemento vivo, después de los vecinos septuagenarios y octogenarios que puede representar a la belle epoque de la industria y la minería en la zona, ese es el pino australiano. Durante décadas en Peñarroya-Pueblonuevo, Belmez y sus alrededores era más normal encontrar esta especie arbórea que una encina o un olivo. Las empresas extranjeras, especialmente la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX plantaron de forma masiva este árbol en las proximidades de las minas e industrias por su rápido crecimiento y sus indudables ventajas desde el punto de vista de la entibación, enriquecimiento rápido de suelos degradados y como barrera contra humos.
Fábrica de papel y de tejidos con el bosque de cauarinas al fondo
Foto FJ Aute
Casuarinas y eucaliptos se entremezclan en esta imagen del barrio francés de Peñarroya-Pueblonuevo
Casuarinas y eucaliptos se entremezclan en esta imagen del barrio francés de Peñarroya-Pueblonuevo
A lo largo del siglo XX esta industria y los
pozos fueron desapareciendo, no así los
árboles, que permanecieron allí hasta los años 90 del siglo XX. La expansión urbanística de los municipios como consecuencia del puntual repunte de población
y la nueva política de creación de polígonos industriales, unida a la
ausencia de una política medioambiental en los Ayuntamientos propiciaron la
tala impune de lo que fue el bosque de esta especie más importante del sur de
España. Si bien es cierto que se
levantaron algunas voces en favor de la repoblación de otras zonas
aledañas con árboles equivalentes, estas no fueron escuchadas. Con aquellos
árboles centenarios se fue también parte
de nuestra memoria colectiva. De los más de 300 árboles centenarios que
existieron en su momento, actualmente, tan sólo sobrevive una pequeña reserva junto al antiguo hospital minero de la SMMP (Centro
de Salud de) y otra hilera joven en su parque periurbano, además de algunos
ejemplares aislados en viviendas francesas de Peñarroya-Pueblonuevo.
Uno de los 10 ejemplares de casuraina plantados por nuestra
Asociacón en la Vía Verde de La Maquinilla el invierno pasado
En ese compromiso por la preservación de la memoria en relación con la industria, los
ferrocarriles y las minas del Guadiato, la Asociación La Maquinilla ha plantado
10 casuarinas en el trazado Verde próximo a
los pozos “Antolín” y “Arcadio” durante el último invierno. El objetivo es recuperar con el tiempo lo que es, o debería ser un símbolo vegetal de estos municipios. Al igual que sus abuelas y bisabuelas, las
nuevas casuarinas se han adaptado bien al hábitat minero de la Vía Verde y se
espera que pronto sean un elemento singular de su paisaje gracias a los 30 metros de altura que
potencialmente alcanzan en edad adulta.
Peñarroya-Pueblonuevo
Casuarina centenaria en una antigua vivienda-jardín francesa
No estamos planteando ningún sinsentido.
Algunas ciudades de España regulan el uso de determinados ecosistemas en de su
interior y castigan a quienes perpetran
algún daño o perjuicio en ellos. El
ejemplo más claro lo encontramos en la ciudad de Elche y su palmeral milenario.
Al igual que ocurre con el nivel de conservación de los edificios históricos, la importancia que se concede a la protección de las especies arbóreas especiales también son un rasgo de las sociedades culturalmente avanzadas. Nuestra actitud hacia estos árboles indefensos y elegantes también determinará qué somos ahora y qué pretendemos ser en el futuro. Nuestros árboles también son patrimonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario