jueves, 2 de julio de 2015

TAREA PARA EL ÚLTIMO DÍA DE CLASE

Pongámonos en situación: solo falta un día para las vacaciones de verano, los exámenes ya acabados y dadas las notas. Un día de clase por delante y cien chavales de trece a dieciséis años pensando más en la piscina y en los dos meses que vienen, que en otra cosa.
Y ahora nos ponemos en la situación de maestros y profesores: ¿Qué podemos hacer hoy con estos?
Solución: Vamos a pasear por Belmez y conocer nuestro patrimonio industrial.
Y allá que nos fuimos, con una impresión que se iba generalizando entre los alumnos: “Si por aquí delante paso yo todos los días… ¿cómo va a ser esto algo importante?”
Y sí, lo es. Estamos hartos de repetirlo, nuestros pueblos, sobre todo Peñarroya-Pueblonuevo y Belmez, son hijos de la Revolución Industrial. Existían desde antes, sí, pero son lo que son merced a la minería y la industria.  Saber por qué están ahí muchos edificios y cual fue su función durante décadas es fundamental para conocer nuestra historia, y su divulgación debería ser labor de todos. 
La visita estaba programada con una duración de hora y media, poco para todo lo que habría de ver, pero más que suficiente para no aburrir a los muchachos que, justo es reconocerlo, se portaron mejor que bien, guardando silencio e interesándose por la historia de los edificios visitados.
El paseo comenzó por la Plaza del Santo y la Casa Grande, antigua Dirección de la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Sorprendió saber que desde esta casa partía una de las primeras líneas telefónicas (si no la primera) que se instalaron en Andalucía, para unir la Dirección con las minas de la compañía.
Seguimos por la Fábrica de Harinas de la calle Córdoba, que sirvió para repasar la importancia de la industria harinera y conocer cómo estas fábricas se convirtieron durante décadas en los suministradores de electricidad a muchos pueblos, como fueron los casos de Belmez y Villanueva del Rey.


Por proximidad, nos fuimos al edificio del almacén de la mina Santa Isabel, que permitió hablar de las minas de la comarca, las grandes compañías mineras y la importancia del carbón como combustible, así como de las condiciones de trabajo de los mineros, una charla que continuó en el monumento a los trabajadores situado en sus inmediaciones, donde repasamos las mayores catástrofes y accidentes mineros de esta cuenca.
Hubiéramos ido hacia la “estación de la estrecha” y el Montadero, pero no había tiempo, así que preferimos dirigirnos al Teatro Principal, el primer café teatro que hubo en el pueblo y uno de los lugares de esparcimiento de la población. Contiguo a él estaban los locales de la Unión Belmezana, la primera asociación obrera de ayudas y socorros a los trabajadores, que contaba con una pequeña biblioteca, escuela, panadería y economato para sus asociados.

Cierto que el paseo fue breve, pero creemos que productivo. Si alguno de los chavales se fue a su casa con el convencimiento de que esos sitios por los que pasan todos los días están cargados de pequeñas historias, la cosa ha valido la pena.
Para el próximo curso más, también en Peñarroya-Pueblonuevo. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario