domingo, 16 de marzo de 2014

Pasear y trabajar


¿Se puede pasear y trabajar a la vez? Si se trata de analizar la situación actual   y las posibilidades de puesta en valor de un monumento que tiene un millón de metros cuadrados de extensión podemos decir que si. El pasado Sábado, 15 de Marzo de 2014, la comisión que está mejorando, ampliando y perfeccionando el reglamento  de conductas cívicas en el municipio de Peñarroya-Pueblonuevo en materia de patrimonio, compuesto por miembros de las Asociaciones patrimoniales (Desde la Cima y La Maquinilla), de entidades supramunicipales (Fundación Cuenca del Guadiato), culturales (Camino Mozárabe por el Guadiato), ciudadanas (Consejo Local de Participación Ciudadana) así como por representantes de los grupos políticos locales (PP, IU) recorrieron el Cerco Industrial de Peñarroya persiguiendo varios objetivos:

1) Diseñar una ruta segura y atractiva para fomentar las visitas turísticas y el conocimiento de la ciudadanía local.

2) Establecer medidas de protección adecuadas contra el expolio y el vandalismo del lugar.

Sorprendentemente, la expedición echó en falta la presencia de representantes de las fuerzas de seguridad del municipio. Desde aquí, queremos pensar que no han acudido por causa mayor. Tras dos reuniones, seguimos esperando la incorporación de nuestros agentes de orden público al proceso de toma de decisiones en relación a este particular ya que su criterio debe ser fundamental a la hora de elaborar un operativo plan integral de protección patrimonial del Cerco.  Elaborar un plan de defensa del Cerco sin contar con la policía equivale a querer construir muros con ladrillos de gominola.

El safari industrial estuvo guiado por el incansable cronista oficial de Peñarroya-Pueblonuevo, Jerónimo López, siempre dispuesto a poner orden y rigor histórico a cualquier tarea relacionada con este sitio. En él pudimos contemplar a  algunas de las alimañas ciudadanas que  continúan expoliando nuestro patrimonio, los destrozos irreparables que provocan en éste  así como los importantes daños infligidos por la Unidad Militar de Emergencias en estructuras y edificios con la aquiescencia del Consistorio.

No nos engañemos: pese a la voluntad de nuestros gobernantes por terminar con esta lacra social, el expolio del Cerco continúa, y a buen ritmo.


Decenas de butrones como éste son practicados en los muros de nuestros edificios históricos en honor a la patria.


Puente de La Vía Verde de la Maquinilla, en el interior del Cerco.


La ferralla de esta construcción vale 100 euros en una chatarrería. El daño provocado al patrimonio material del municipio no tiene precio.


Paseamos mientras trabajamos pero, después de observar las fotografías  nos preguntamos si tal vez no ha llegado el momento de empezar a correr. El tiempo para salvar de la desaparición este inmenso legado se agota. Quienes  dedicamos nuestro tiempo a mejorar algún aspecto  de la vida de nuestros vecinos debemos saber que el mérito no se encuentra en la reunión sino en alcanzar con posterioridad el objetivo o los objetivos de ella. De lo contrario, tales eventos se convierten en actos de hipocresía.
   
El próximo martes, día 18 de Marzo, volveremos a reunirnos para trabajar, esta vez sentados, en las alegaciones al borrador de reglamento de conductas cívicas. Ojalá que después de ésta última puedan llamarnos cualquier cosa menos hipócritas.



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