lunes, 4 de noviembre de 2013

NUESTRA PEQUEÑA TRASHUMANCIA

Es lo que tiene la modernidad. Cuando hace unos años empezamos con esto de la Vía Verde de la Maquinilla no podíamos sospechar que uno de nuestros más preocupantes problemas iba a ser el de cómo “luchar” contra las ovejas.
Y es que, más allá de las pérdidas que provoca el calor del verano, una de las causas por las que desaparecen más arbolitos es debido a los animales. Quienes nos siguen saben que en las diversas jornadas de plantación y replantación que hemos hecho, siempre se les han puesto sus correspondientes guías y protectores. 
 
Pero una de las suertes y a su vez uno de los elementos más bucólicos y pintorescos que tenemos en nuestra Vía Verde es que, casi a diario, es transitada por un rebaño que hace el recorrido de ida y vuelta entre Peñarroya y Belmez, por lo que, a pesar de que estamos pendientes de ello, cuando los árboles crecen por encima de los protectores, las ovejas no hacer sino atender lo que les manda su instinto: Comérselos.
En ocasiones no esperan a que crezcan y dan buena cuenta de ellos si se cae o se pierde el protector, ya sea por el viento, porque lo empuje el propio animal o porque alguien se haya entretenido en quitarlo.
Como unas de nuestras premisas son las de reciclar, reutilizar y concienciar, la manera en la que pretendemos solucionar el problema es la de fabricar protectores de madera, utilizando para ello palés en desuso, por lo que el pasado verano empezamos lo que llamamos “operación palé”, recogiendo los muchos que íbamos encontrando tirados en las calles o junto a los contenedores (por cierto que no es ese el sitio donde dejarlos), y pidiendo los inservibles en diversos negocios, principalmente en almacenes de construcción. Como todo lo que se hace con buen fin, la respuesta siempre ha sido positiva.

La siguiente fase ha sido la de implicar a los alumnos del IES José Alcántara de Belmez en la elaboración de los protectores de madera. Los muchachos se han volcado en ello, incluso yendo voluntariamente al instituto por las tardes. En contra de quienes afirman la apatía y la desmovilización de la juventud, estamos comprobando que cuando los adolescentes se muestran ilusionados e interesados en algo, son los primeros en participar.
 
Cincuenta de esos protectores están cumpliendo ya su función y hay más a la espera, con lo que paulatinamente nuestra vía se va llenando de nuevos elementos. Los que la frecuentan verán en los próximos meses otras novedades que están en preparación y que poco a poco se irán instalando.
Parodiando el anuncio de televisión, ¿cuánto está costando todo esto?
Recoger y pedir palés: Sólo un poco de gasolina y algo de tiempo.
Puntillas, clavos y tirafondos: 10 €.
La ilusión de los chavales: No tiene precio.  

Nos queda la protección contra los otros animales, humanos, que obedeciendo también a su instinto se dedican a destrozar o llevarse los árboles, seguramente porque consideran que van a lucir más en su parcela o en el salón de su casa, transformados en bonsáis. Frente a esto sólo cabe una defensa, la educación. Se ve que en su día no se enteraron muy bien de qué significa lo de vivir en sociedad.
La última instalación: Señalización de la Vía Verde en Peñarroya-Pueblonuevo

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