Aquellos o aquellas que tengan una
mínima vinculación con el mundo ferroviario habrán consultado alguna de las tres
revistas de referencia de nuestro país: Maquetren, para los aficionados al miniaturismo y el modelismo
ferroviario, Vía Libre, la más
antigua y prestigiosa de las publicaciones en la que se tratan temas que van
desde la historia ferroviaria, la tecnología ferroviaria y las
infraestructuras. Por último, Mundo
Ferroviario, heredera de la primera y también dedicada a todo lo que tenga que ver
con la historia ferroviaria y las maquetas de trenes.
Como en cualquier hobby, los grandes aficionados al ferrocarril suelen iniciarse desde muy niños, guardando con mimo todo aquello que van adquiriendo durante décadas.
El paso del tiempo y la reducida producción de estas revistas en España para un público escaso pero muy fiel hacen que con el paso del tiempo algunas de ellas
adquieran precios de varios cientos de euros en el mercado de segunda mano,
revalorizándose aún más en la actualidad cuando las nuevas tecnologías están
sustituyendo al papel. Así, hoy en día ni si quiera es posible encontrar
determinados números de estas revistas si no es el versión digital y pagando, por supuesto.
Pero el gran problema del
ferroviario aficionado actual no es el dinero o la falta de ganas, sino el
espacio. De todo esto entiende bastante nuestro socio y amigo Albert Cartagena, que tiene que hacer
auténticos malabarismos para poder construir y guardar sus fantásticos dioramas de nuestro ferrocarril de vía estrecha. Es
entonces cuando, agobiados por el volumen de objetos que amenazan el bienestar en su propia casa e incluso su propio matrimonio, deciden bien alquilar un trastero donde acumular estas colecciones en
las grandes ciudades o bien venderlas
pacientemente en las plataformas
digitales y/o rastros para recuperar un dinero que no mitiga el dolor que supone desprenderse de objetos que les han acompañado durante años. Sólo los más generosos deciden donar sus colecciones a instituciones
filantrópicas. La Asociación La Maquinilla ha tenido la suerte de encontrar a
uno de estos especiales donantes.
Su nombre es Juan José Albiol, nacido en Cataluña, de madre calabresa (Cardeña) y abuelo peñarriblense. Hace más de una década que recaló en La Carlota por motivos
personales. Comenzó en esta afición muy pronto, a los 8 años, cuando su padre
le regaló su primer tren de juguete. No obstante, nos confiesa que desde
siempre sintió fascinación por los trenes al nacer y criarse en Hospitalet, antaño
principal nudo ferroviario del área metropolitana de Barcelona.
A principios de los años 90 comenzó a adquirir modelos a
escala (H0), réplicas de exposición y a construir sus propios dioramas. Del
mismo modo inició la compra de todas las publicaciones nacionales y algunas internacionales sobre temas
ferroviarios. Resultado de todo ese esfuerzo de aprendizaje y acumulación ha dado
como resultado la creación de la mayor biblioteca de magazines ferroviarios de la
provincia.
La semana pasada Juan José, después de leer en la prensa provincial la noticia de que el Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo nos había cedido una de las estaciones abandonadas del municipio, se animó a contactar con nosotros para ceder toda su colección de revistas, cuyo número supera las 600, además de una parte de su colección de réplicas de trenes, con más de 100 elementos.
La futura biblioteca ferroviaria será instalada en en área de taquillas de la Estación de Peñarroya |
Esta donación amplía exponencialmente los fondos
de la biblioteca del CIVV al tiempo que la deja sin espacio físico para su clasificación
y consulta. Ello obligará a nuestra
asociación a iniciar cuanto antes el proceso de rehabilitación de la zona de taquillas de la estación de
Peñarroya de vía estrecha como
biblioteca, con el fin de fundar un referente provincial sobre esta temática.
Desde esta página queremos expresar
nuestro agradecimiento a Juan José
Albiol este singular y poco común acto de
generosidad y también por elegir a nuestra institución para custodiar su magnífica colección. Prometemos conservarla con el mismo cariño que su antiguo propietario. Ojalá que su
ejemplo sirva para que otros ciudadanos
de las localidades de Belmez y Peñarroya-Pueblonuevo donen sus piezas y documentación relacionada con
nuestros ferrocarriles con el objetivo de crear en la
estación de Peñarroya el mayor centro cultural del ferrocarril de vía estrecha existente
en Extremadura, Andalucía y Castilla La Mancha.
La Asociación La Maquinilla no está subvencionada y depende de donaciones privadas para su funcionamiento. Si compartes nuestros objetivos y te gusta lo que hacemos quizás puedas ayudarnos. Con poco hacemos mucho.
Titular: Asociación La Maquinilla
IBAN ES1831870586674721079814
Concepto: ayuda proyectos La Maquinilla
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