jueves, 1 de diciembre de 2016

Día del Cerco: celebremos lo que somos





El fin de semana volvemos a celebrar el Día del Cerco. Esta será la quinta ocasión de manera consecutiva en que se encienden las chimeneas del viejo complejo industrial con humo de colores, una ruinas sin valor para una minoría, y un monumento expoliado, queremos pensar que  para una mayoría silenciosa.

Si valoramos este evento exclusivamente desde el punto de vista estético o lúdico  podríamos decir que con verlo  una vez es suficiente y, por tanto, la repetición del mismo sobra: unos cuantos selfies que colgar en las redes sociales, un vídeo de recuerdo, también para colgar en las redes sociales y algunas postales tiradas con nuestra buena cámara de fotos construyen ese nuevo  tipo de recuerdo de usar y tirar que  nos dictan, con su velocidad e inmediatez las nuevas tecnologías.

Así, bastaría con encender las chimeneas  cada diez o veinte años hasta alcanzar a la siguiente generación, a los que estuvieron fuera en el puente de Santa Bárbara el día en que se encendieron  o para esos niños que eran demasiado  pequeños para disfrutarlo.

Pero si lo entendemos como una actividad que se desarrolla en un lugar que sientes como tuyo porque  jugabas dentro de él desde pequeño, porque parte de tu familia trabajó allí o, porque, simplemente, ha formado parte de tu horizonte desde que tenías uso de razón, entonces asistir al evento se eleva a un nivel superior, digamos que espiritual y celebrarlo se convierte por parte de los ciudadanos y los poderes públicos en un deber ético y en una  tradición.

Si lo piensan bien, el pueblo de Peñarroya-Pueblonuevo se une muy pocas veces al año para compartir o celebrar aquello que le une de bueno y mucho menos para protestar por aquello que se considera injusto. Si dejamos a un lado las fiestas nacionales como la Navidad y la Semana Santa, que congregan en sus calles a un buen número de personas, convendremos que es   la(s) feria(s) y la festividad de Santa Bárbara  lo que nos hace sentir que somos un pueblo con una identidad propia y diferente; escaso  y hasta cierto punto lógico bagaje para un municipio que se hizo viejo siendo  muy joven aún. 


   Hagamos lo que hagamos, el Cerco está  presente

El Día del Cerco nació  con una vocación artística,  patrimonial, rebelde y de protesta contra el expolio y el adormecimiento de la sociedad local respecto al desmoronamiento de su propia  memoria material es un firme candidato ya a ser en pocos años el auténtico referente de las tradiciones de Peñarroya-Pueblonuevo . Nada más. Y nada menos. De ahí que vivirlo  no pueda o deba ser etiquetado en una categoría turística, cultural,  “sélfica” o simplemente anecdótica sino en un acto de hermandad, de comunidad de un pueblo junto a o frente a su Patrimonio. Ese es el momento en que lo bonito o lo feo, lo importante o  lo accesorio de todo lo que ocurre allí pasa a un segundo plano, superado por el sentimiento de lo que somos  gracias a ese paisaje.

Echar un rato junto a nuestros vecinos alrededor de unos  monumentos especiales y únicos, en un acto diseñad también por nuestros vecinos no sólo nos dignifica  como pueblo, sino que nos normaliza como sociedad tras años ensimismamiento. Celebrar lo que somos una vez al año nunca es más de lo mismo, aunque lo sea.

Es por ello que ya no te convocamos para este Día, porque ya sabes que tienes que venir aunque nadie te lo diga. Por que saber que el Cerco  forma parte de ti, como tu familia,  tus amigos,  tu gente y tu pueblo.

                                                                                                                                Todos somos el Cerco


2 comentarios:

  1. A ver si nos pasamos porque las actividades seguro que son geniales y podemos disfrutar de un día diferente todos juntos, nos pasaremos

    ResponderEliminar
  2. De qué nos sirven unas imágenes que con el transcurrir del tiempo las olvidamos en un cajón arrinconado y que se pierde en el desván.-
    Debemos mantener viva la imagen real de ese monumento que desde siendo un chiquillo vivos alzarse ante nosotros. Y si miramos atrás la vieron nuestros padres y los padres de los padres.-
    No se debería destruir sino hacerle un cerco para la posteridad que los defiendan de los desaprensivos.-

    ResponderEliminar