Entre todas las ventajas que hemos relatado sobre las Vías Verdes desde un punto de vista general en este espacio, la posibilidad de realizar actividades físicas en familia es, probablemente, la más importante. La suavidad de los antiguos trazados ferroviarios acondicionados como camino, las abundantes zonas de sombra y la la limitación del tráfico motor en los mismos permite a los padres, madres y abuelos disfrutar con los más pequeños de un buen día de campo, bien sea a pie, a caballo o en bicicleta.
Este es el motivo por el que cada día es más común ver a familias completas utilizando nuestra infraestructura de múltiples formas, eso si, siempre aprendiendo o enseñando la historia de los lugares por los que pasaron sus antepasados.
Cuando los padres o las madres quieren ir más allá, entonces organizan actividades de un gran calado educativo para sus hijos y, de paso, generosas con el municipio en el que viven. Este es el caso del AMPA del Colegio Público Bilingüe Alfredo Gil que por segundo año consecutivo ha puesto en marcha una actividad de senderismo en la Vía Verde de La Maquinilla con taller medioambiental incluido en la Vía Verde de La Maquinilla. Si en el curso pasado enseñaron a los más pequeños a mejorar y a cuidar la flora de su entorno plantando árboles en el parque periurbano de Peñarroya-Pueblonuevo, este año han querido ayudar a la fauna avícola de la Vía Verde, mediante la construcción de cajas nido.
Entre los motivos que ha llevado a de este iniciativa se encuentra, por un lado, en el permanente interés de estos progenitores en la transmisión de la cultura minera, industrial y ferroviaria entre los más pequeños, y, por otro lado, en la necesidad de resarcir el daño causado a las cajas instaladas por la Asociación A.n.a. Guadiato hace unos meses por la acción de una minoría estúpida, inculta y ruidosa.
A la gente que todavía no entiende para qué sirve lo que hacen estos señores y lo que hacemos nosotros, les explicamos que gracias a estos proyectos los niños adquieren una cultura del reciclaje tan necesaria en estos tiempos, desarrollan la creatividad, aprenden el uso de formas de transporte no contaminantes, conocen la historia industrial minera y ferroviaria del Valle del Guadiato y mejoran la relación con sus padres sus profesores y sus compañeros. Todo lo anterior unido a los beneficios desde el punto de vista físico convierten en ideales este tipo de iniciativas.
La propuesta educativa comenzó el viernes, 24 de Octubre con la construcción de las casas de madera por parte de los padres con ayuda de sus hijos y la posterior decoración por parte de éstos últimos. Hay que decir que todos se implicaron con igual empeño, los niños con la paciencia de los adultos y los mayores con la ilusión de los más pequeños. Sólo hay que echar un vistazo a los árboles del kilómetro 6,4 de la Vía Verde de La Maquinilla para verificar el excelente trabajo realizado por todos ellos.
Al día siguiente, nos reunimos todos en el Almacén Central, cajas en ristre, para realizar la ruta por la Vía Verde que nos llevaría a la zona de del Parque periurbano de Peñarroya-Pueblonuevo objeto de recuperación medioambiental. Ya en el mirador del parque, que recordemos se asienta sobre el antiguo Pozo número 3, los niños aprendieron el funcionamiento de una lámpara de carburo así como sus usos sociales y mineros. Es un deber de todos enseñar a los más jóvenes de dónde vienen y no hay nada mejor que ofrecerles la experimentación con objetos de aquella época para que lo entiendan.
La travesía finalizó con la colocación de 12 casas nido realizadas por padres, madres e hijos en los árboles próximos a la Vía Verde. Como punto y final de la actividad, tuvo lugar en el colegio una comida de convivencia en la que se evaluó la actividad y se comentaron proyectos para cursos venideros, también en la Vía Verde.
"Lo que se dé a los niños, los niños lo darán a la sociedad", decía Karl A Meninger. Después del trabajo realizado, no tenemos ninguna duda de que los alumnos del Colegio Alfredo Gil dentro de unos años serán unos grandes defensores de su acervo cultural dondequiera que estén, dondequiera que vayan y unos excelentes ciudadanos.
Agradecemos al Ampa del CEIP Bilingüe Alfredo Gil por contar con nosotros en la gran responsabilidad de educar a sus hijos y en especial a su Presidente, Miguel Martínez, por su excelente labor al frente de este colectivo, por su apoyo a la causa de la construcción de la Vía Verde del Guadiato.
Al día siguiente, nos reunimos todos en el Almacén Central, cajas en ristre, para realizar la ruta por la Vía Verde que nos llevaría a la zona de del Parque periurbano de Peñarroya-Pueblonuevo objeto de recuperación medioambiental. Ya en el mirador del parque, que recordemos se asienta sobre el antiguo Pozo número 3, los niños aprendieron el funcionamiento de una lámpara de carburo así como sus usos sociales y mineros. Es un deber de todos enseñar a los más jóvenes de dónde vienen y no hay nada mejor que ofrecerles la experimentación con objetos de aquella época para que lo entiendan.
La travesía finalizó con la colocación de 12 casas nido realizadas por padres, madres e hijos en los árboles próximos a la Vía Verde. Como punto y final de la actividad, tuvo lugar en el colegio una comida de convivencia en la que se evaluó la actividad y se comentaron proyectos para cursos venideros, también en la Vía Verde.
"Lo que se dé a los niños, los niños lo darán a la sociedad", decía Karl A Meninger. Después del trabajo realizado, no tenemos ninguna duda de que los alumnos del Colegio Alfredo Gil dentro de unos años serán unos grandes defensores de su acervo cultural dondequiera que estén, dondequiera que vayan y unos excelentes ciudadanos.
Agradecemos al Ampa del CEIP Bilingüe Alfredo Gil por contar con nosotros en la gran responsabilidad de educar a sus hijos y en especial a su Presidente, Miguel Martínez, por su excelente labor al frente de este colectivo, por su apoyo a la causa de la construcción de la Vía Verde del Guadiato.
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