La confluencia de nuevas necesidades de transporte, así como la concatenación de normativas al amparo de la situación económica y estructural del sector ferroviario en nuestro país, conllevaron modificaciones en el oficio ferroviario que, de forma paralela, incidieron en la evolución y definición del espacio interno del edificio de viajeros, sobre todo en aquellos ferrocarriles en los que por su condición secundaria, obligaba a concentrar todas las funciones en un mismo espacio. A este fenómeno responden los cambios acaecidos en los edificios de viajeros de nuestra comarca. Si ya mencionamos el caso de la estación de Belmez, no resulta menos interesante la evolución del espacio interno del edificio de viajeros de la estación de Peñarroya (MZA).
Al respecto, a partir de la figura 1, nos encontramos con un edificio de planta rectangular, de 30,90 m. de fachada, flanqueado por sendos módulos que rompían la continuidad de la misma en sus extremos y que, a pesar de las intervenciones, mantuvo la distribución de espacios y dependencias articuladas entorno a un vestíbulo central(1). En 1898, la distribución de las estancias del edificio de viajeros, daba prioridad a la función de albergue de cada uno de los empleados de la compañía , de manera que, a lo largo de su evolución se irá disminuyendo la superficie habitacional destinada a estos trabajadores, al tiempo que funciones vinculadas al servicio de viajeros y mercancías ganaran espacio en este edificio. No obstante, en sus orígenes, el cuerpo central abría a sendos lados del vestíbulo dos espacios, de manera que, del lado de Almorchón, el despacho del jefe y la habitación de este trabajador, se encontraban del lado de la vía. En dos habitaciones de superficie similar, y en el lado de la población, se disponían la habitación del guarda-agujas y el cuarto de lampistería. En el lado Belmez, abrían hacia el lado de la vía una estancia para telégrafos y una habitación para el encargado del recorrido, conectada con otra anexa que cumplía la misma función, la cual abría a otro espacio similar situado ya en el lado de la población y anexo a la habitación del factor. Los módulos sobresalientes de los extremos, albergaban, en el lado Almorchón, cuatro estancias correspondientes al jefe de estación, mientras que en el lado Belmez un dormitorio de maquinistas compartía este módulo, separado por los tabiques correspondientes, con tres estancias destinadas a los encargados del recorrido. Antes de una modificación sufrida en 1903, el edificio se articulaba nuevamente a partir del vestíbulo, de suerte que se mantenía la conexión con una zona de equipajes mediante un mostrador, albergando conjuntamente el servicio de telégrafos. De igual modo, flaqueaban a esta estancia central sendos espacios cuadrangulares dispuestos simétricamente y estructurados en cuatro habitaciones de similares dimensiones. En el lado Almorchón y abriendo a lado de la vía, el despacho del jefe y otra estancia de telégrafos, conectadas entre sí, se encontraban separadas por un pilar y sendos tabiques de un cuarto para lampistería y otra estancia anexa, ambas abiertas hacia el lado de la población. Mientras, en el lado opuesto y flanqueando igualmente al vestíbulo central, una habitación para factoría y transmisiones, así como un espacio contiguo abrían hacia el lado de la población, y eran separados del mismo modo de las dos estancias dispuestas del lado de la vía, equipajes y telégrafo, así como un almacén. Los módulos sobre salientes extremos, pierden la distribución interna de manera simétrica y, en el lado Belmez, la sala de espera ocupa de nuevo dos tercios de la estancia, dejando el espacio restante a una habitación que abre hacia el lado de la población. En el lado opuesto, una pequeña entrada da acceso a una zona dividida en tres habitaciones. La modificación propuesta por el servicio de vía y obras prevé introducir nuevos espacios para facilitar el albergue del personal de la compañía. De este modo, las habitaciones señaladas con el número 2 y subrayas con color rojo, antes destinadas al albergue de los guardagujas, ahora servirán de alojamiento a los factores. Por su parte, la habitación señalada con el nº 1 e igualmente, subrayada en rojo, servirá ahora como habitación del jefe de estación, mientras que la provista con el nº 3 y subrayada, estará destinada a los maquinistas. El resto de estaciones numeradas, concretamente con el nº 4, seguirá de habitación para el encargado del recorrido, y de igual modo los espacios que no se corresponden con funciones de pernoctación, continúan ofreciendo la función originaria.
En 1912, se introducían diversos cambios en la organización del edificio, en virtud a una serie de directrices políticas. En este sentido, a partir del vestíbulo, un espacio de planta cuadrangular separado por un mostrador de madera del vestíbulo, seguía ofreciendo el servicio de equipajes a los pasajeros. A excepción de los módulos situados en los extremos, se imponía la simetría en la distribución de las estancias que flanqueaban al vestíbulo central. En este sentido, una solución de dos pilares cuadrangulares, uno central y otro lateral, estructuraban cuatro habitaciones de 3,65m. x 3,65m., separadas por tabiques de pequeño grosor y provistas de una pequeña ventana. En el lado Almorchón, situadas en el lado de la vía se abrían el telégrafo y la taquilla, por un lado, y el despacho del jefe de estación, por otro. Encima de estas y en el lado de la población se disponían dos dormitorios. Por su parte, en el lado Belmez, las habitaciones de equipajes, antes apuntada, y el archivo, se disponían en el lado de la vía, mientras que el dormitorio del personal suplementario y la sala de transmisiones, esta última conectaba con la sala de equipajes, abrían sus ventanas hacia el lado de la población. Finalmente, los dos módulos extremos articulaban sus espacios de forma independiente, teniendo en cuenta las funciones desempeñadas. En el lado Belmez, se abría hacia el lado de la vía la sala de espera, dotada de bancos corridos y ocupando dos tercios del módulo, mientras que, separaba por un tabique, el cuarto de mozos gozaba del espacio restante y abría hacia el lado de la población. En el extremo opuesto, se disponía el servicio de cocina. Se accedía mediante una entrada, cuyo acceso estaba dispuesto de forma perpendicular a la línea de fachada. A ambos lados de esta estancia se abrían, hacia el este, la cocina y hacia el oeste, el comedor que, a su vez, ofrecía conexión con un pequeño cuarto, de 3m. x 2, 63m.
NOTAS
(1)Compañía de los ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y a Alicante. Línea de Ciudad Real a Badajoz. Ramal de Almorchón a Belmez. Estación de Peñarroya. Plano del edificio de viajeros. 1898. AHF B -0005 / 009.
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