martes, 14 de junio de 2011

A 42,5 km. de la luna


Todas las grandes empresas, ideas o proyectos que hoy nos impresionan tuvieron ayer o antes de ayer un origen humilde y remoto. Desconocemos cuál es la fuerza interior que impulsa a los seres humanos a dar el primer paso hacia determinado lugar. El primer paso es siempre el más difícil, porque supone pasar del 0 absoluto, la nada, a tener algo, aunque sea pequeño. Algo que permita subir un peldaño en la escalera de la perfección humana.

Para que el hombre caminase, corriese, saltase y condujese por la superficie lunar, dos potencias opuestas y extraordinarias como la URSS y los Estados Unidos tuvieron dar muchos pequeños pasos que hoy en día tienen menos publicidad en los libros de historia, pero que no por ello son menos importantes. La puesta en órbita del Sputnik, primer satélite, el lanzamiento  de Yuri Gagarin  al espacio, así como la respuesta estadounidense a través del programa Apollo son algunos de los ejemplos de pequeños pasos que hubo de dar el ser humano para que uno de nuestra especie pudiera pronunciar la famosa frase lapidaria que todos conocemos: "un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad".

Chimenea de la fábrica de papel vista desde la Vía Verde del Guadiato.
Haciendo un símil comarcal, 15 años después de la redacción del proyecto, caminar por la Vía Verde del Guadiato equivale, a día de hoy, a pisar la luna. De noche, cuando aquellos pioneros del espacio miraban el  cielo, veían nuestro satélite tan grande que pensaban que podían alcanzarlo. Sin embargo, cuando bajaban la cabeza y miraban a su alrededor comprendían el gran esfuerzo que les quedaba por delante. Nosotros, como los cosmonautas rusos y norteamericanos, al caminar por el antiguo trazado del ferrocarril lleno de balasto vemos lo fácil que sería comprarlo y rehabilitarlo; la realidad, terca y estúpida, nos recuerda lo muchos que nos queda por hacer en este sentido.

Así pensaban quienes soñaban llegar a la luna... hasta que lo lograron... y así pensamos quienes soñamos con la transformación de los 47 km. de FEVE en Vía Verde... hasta que lo consigamos.

Estación de Peñarroya FEVE. Panel anunciador.
La semana pasada quizá fue para muchos una semana más del calendario. Para nuestra Vía Verde no lo fue. El 6 de Junio de 2011 pasará a la historia como el día de que vio la luz el primer tramo de Vía Verde del Guadiato. Con una longitud de 4,5 km se encuentra en el interior de la localidad de Peñarroya-Pueblonuevo.

Parafraseando a Neil Armstrong podemos decir que este pedacito de vía verde interurbano es un pequeño paso dado por todos los ciudadanos del Guadiato, pero es un gran salto para la comarca.

Estación de Pueblonuevo del Terrible. Panel anunciador.

Localismos y euforias aparte, el simbólico tramo, además de ser un poderoso acicate para quienes defendemos esta idea, es un hecho que puede aportar valiosos aprendizajes:


1.- La Vía Verde del Guadiato es posible. Hace unos años, comprar el ferrocarril de FEVE era considerado por muchos una quimera. Su alto precio, así como las dificultades de segregación de algunos tramos privados así lo atestiguaban. No hablemos, entonces, de su arreglo. Los 4,5 kilómetros de Vía Verde, desmontan la vieja y manida teoría de que la plataforma tiene que ser comprada en su totalidad para su transformación, como aseguraban diversos políticos y técnicos comarcales, y pone de manifiesto que la clase política de cualquier municipio, si se lo propone, puede modificar el curso de los acontecimientos en esta cuestión. Solo hace falta ilusión, saber hacer, visión de futuro y, por su puesto, un poco de dinero.


2.- Si nosotros lo logramos, nuestros vecinos también pueden. El Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo ha sido capaz de negociar, encontrar los medios económicos necesarios, comprar y transformar 4,5 km. de plataforma FEVE. No hay nada que impida pensar que las instituciones homónimas de Belmez y Fuente-Obejuna puedan adquirirlos y transformarlos, si se lo proponen.  

Fuente de Salvador Morera. Vía Verde del Guadiato.
3.- Necesitamos a nuestros dirigentes, más que nunca, en esta guerra. La clase política, esa a la que tanto denostamos y despreciamos hoy en día, es o debe ser nuestra abanderada en este y en otros proyectos, la gestora de nuestros sueños, esperanzas e ilusiones. No debemos olvidar que la construcción de estos primeros 4,5 km. de vial y vía verde han sido producto de labor de nuestros representantes públicos. El ciudadano de la calle puede moverse en una u otra dirección, pero es el político el que tiene que ponerse delante o encima, no para tapar al resto, sino para llegar más lejos o más alto, allí donde la gente del pueblo no puede. Nuestros políticos son los verdaderos interlocutores entre "los de arriba", que son quienes manejan los auténticos recursos públicos, y "los de abajo", que somos nosotros.

Muchos Ayuntamientos celebran en estos días cambios de gobierno, como un sano ejercicio de madurez democrática. Tanto los recién llegados al Gobierno como aquéllos que han renovado la confianza del pueblo incluyen el proyecto de vía verde en su  lista de desafíos. Es el momento de tener paciencia y de dejarles trabajar en este asunto.

Caseta de tren junto a la Vía Verde del Guadiato.
4.- El proyecto de vía verde no tiene color ni signo político. Es un proyecto de todos y para todos.  Haciendo un símil deportivo, el proyecto de Vía Verde del Guadiato es como una carrera de  relevos cuya meta es transformar los 47 km.(desde la semana pasada 42,5) de plataforma del ferrocarril en un carril de uso público. Durante el trayecto, partidos políticos de ideologías opuestas, transportan un testigo común, el de la Vía Verde del Guadiato. Desde la salida, el PSOE de Peñarroya-Pueblonuevo ha cubierto la primera posta de 4,5 kilómetros. Por suerte, al final de la en la zona de entrega, en la pista de atletismo, se encuentran, esperando para echar a correr, el PP del mismo municipio o el grupo de IU de Belmez.  Al menos, así reza en su programa electoral. 


5.- El proyecto de vía verde es un dinamizador social y económico allá donde se desarrolla. Cientos de  ciudadanos de Peñarroya-Pueblonuevo y miles de pacientes que acuden desde diferentes puntos de la comarca al CHARE así lo reconocen. El vial Norte y su carril-bici adjunto ha sido, desde su construcción, todo un acierto urbanístico, no solo como vía de comunicación necesaria dentro del municipio, sino por convertirse en un lugar de encuentro y disfrute para toda la comunidad, entre adultos, mayores y niños.

Una obra  pública queda validada en la medida en que los usuarios la utilizan. La que antaño fuera una zona degradada de este municipio, hoy en día es un espacio amigo de ciclistas, deportistas y peatones de todas las edades.

Casas-jardín para personal técnico de la SMMP. Vía Verde del Guadiato.
6.- Existen otras fórmulas de financiación del proyecto. Hasta la fecha, muchos pensábamos que la solución al problema económico de la Vía Verde del Guadiato pasaba exclusivamente por la implicación de la Diputación de Córdoba. Los 4,5 km. de vía han sido construidos con fondos de la Junta de Andalucía. En este apartado, tampoco podemos menospreciar las ayudas del  Gobierno Central, a través de los fondos MINER, en el capítulo de infraestructuras. Quisiera aclarar que estos fondos para el desarrollo de las comarcas mineras no están destinados únicamente a la generación de empleo, sino a la construcción o mejora equipamientos públicos que sostengan o potencien el tejido productivo ya existente. De hecho, las partidas económicas dedicadas a este ámbito no pueden ser trasvasadas a otros, como el empleo o la formación, que ya tienen su propia dotación económica. Por tanto, no estaría de más aprovechar este capital en estos menesteres, una vez que la comarca ya ha sido inundada con suelo industrial urbanizado.

 La trascendencia de esta inauguración no reside tanto en la reactivación del proyecto de vía verde como tal, sino, más bien, en la sensación real de que algún día puede lograrse.

Óculo de la  estación de Pueblonuevo del Terrible.Vía verde del Guadiato
Los sueños, a veces, se cumplen. Soñemos, pues. Y trabajemos.


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