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viernes, 13 de noviembre de 2020

SALDANDO DEUDAS FORESTALES 30 AÑOS DESPUÉS

 

Las deudas del pasado son las hipotecas del mañana. Los hijos de Ismael
volverán a jugar  entre casuarinas. Él no pudo hacerlo


Si hay algo que tenemos claro quienes venimos a esta vida es que las deudas tienen que pagarse; y en el caso de no ser satisfechas tanto nosotros como nuestros herederos tendrían que pagar las consecuencias  del impago en forma de embargos, privaciones, oprobios,  o incluso  con penas de cárcel.

Las deudas más frecuentes suelen ser las de tipo  económico. Sin embargo, también existen las deudas morales, quizás las más difíciles de pagar en todas las épocas, históricas como la que tiene el Estado con la autonomía andaluza, y podríamos seguir denominándolas hasta pedir perdón  por deberle  algo a alguien o tener que perdonar  algún favor no devengado.

Y puestos a seguir con la metáfora, lógicamente, también existen las deudas  forestales. En Peñarroya-Pueblonuevo, tenemos una de las más antiguas. Quizá la recuerden y es la que adquirió la Sociedad Cooperativa Andaluza de la Construcción con la localidad hace 30 años  cuando decidió construir la barriada de Casas Blancas.

Como saben, el lugar elegido para levantarla fue la parte trasera del hospital minero de la SMMP, antiguamente una zona repleta de pozos mineros, pero que en los años 90 del siglo XX era uno de los bosques de casuarinas más grandes del sur de España. El Ayuntamiento de Peñarroya-Pueblonuevo también contribuyó al desastre mediante la erección del famoso polígono industrial los pinos.

Ya saben que el ecologismo nunca fue el punto fuerte de los pueblos mineros e industriales. Sin embargo, en aquellos tiempos ya hubo en la localidad algunas voces de intelectuales en su mayoría que protestaron en medios locales por la atrocidad cometida. Tales reproches públicos arrancaron el compromiso, eso si, verbal, por  parte de la promotora, construcciones Gavina, para reforestar  los alrededores de la localidad con el mismo número y tipo de árboles centenarios eliminados en la urbanización y construcción de las viviendas.

Las últimas de Casas Blancas. Estas son las únicas supervivientes centenarias de ejemplar de casuarina
de las 400 que había en esta zona verde en 1980. La Maquinilla, poco a poco, está dando forma a la promesa
que la constructora de las viviendas  y el Ayuntamiento nunca  cumplieron



En total fueron unos 400 árboles centenarios los que desaparecieron en aquella época de bajo sentido histórico y de pésima cultura ecológica  que demostró este municipio a finales del siglo XX.

La falta de memoria de  esta constructora unida a la ausencia de una sociedad civil debidamente organizada hicieron de esta deuda una leyenda urbana que como todos sabemos jamás fue ni reclamada ni satisfecha.

Y así, en silencio, llegamos a finales de la segunda década de este siglo en que los niños que un día jugaron en aquel fantástico bosque de casuarinas y que eran unos adolescentes cuando lo arrasaron se hicieron mayores y decidieron ponerse a pagar esa deuda a través de la Asociación La Maquinilla.

Desde 2015 nuestro colectivo lleva plantando ejemplares de casuarina en la Vía verde de La Maquinilla, algunos procedentes de donaciones y otros comprados con recursos propios, lo que ha incrementado la masa forestal de este espacio en varias decenas. Así, se han contabilizado 70 árboles de esta especie icónica de la zona, aunque no autóctona, en la vía verde y parque periurbano.  

Quien paga descansa. Nuestro socio Emilio Moraño lo tiene claro



No obstante, como saben, quedaban muchas casuarinas por plantar hasta saldar esta histórica  deuda, de modo que ha decidido plantar otras 100 en la ruta no sólo para continuar reparando aquella promesa incumplida sino para que los niños de 2030 puedan tener un nuevo sitio arbolado donde poder construir mejores recuerdos que los que tuvimos nosotros por mor de las especulaciones inmobiliarias.

Con esta nueva plantación son 170 las casuarinas que darán sombra dentro de unos años en la Vía Verde y Peñarroya-Pueblonuevo empieza a liquidar, aunque sea a plazos, una deuda histórica consigo misma.

Evidentemente, la Asociación La Maquinilla no es la responsable de aquella deuda, pero si se siente heredera de ella, como con muchos otros asuntos de nuestro Patrimonio Industrial no  resueltos por nuestros antepasados cercanos. No somos tontos, sólo creemos en  la capacidad de nuestro Patrimonio Industrial para generar cambios culturales en nuestra gente del mismo modo que consideramos que un pueblos sin hipotecas es un pueblo más libre.

 

Quedan 200 casuarinas como la de la imagen  para saldar la deuda  de Construcciones Gavina.
La Maquinilla la pagará en dos años más. Eso si, el bosque construido será longitudinal


 La Asociación La Maquinilla no está subvencionada y depende de donaciones privadas para su funcionamiento.  Si compartes nuestros objetivos y te gusta lo que hacemos quizás puedas ayudarnos. Con muy poco hacemos mucho.


Titular: Asociación La Maquinilla

                                                   IBAN     ES1831870586674721079814                     

                                                   Concepto: ayuda proyectos La Maquinilla




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